Yo fui el día 7. Maravilloso, como esperaba (tengo el DVD). Música deliciosa, escenografía impresionante, actores sobresalientes, vestuario espectacular. Una obra maestra de la puesta en escena. Sales con una sensación: ASÍ ES COMO SE DEBEN HACER LAS COSAS. Soy muy aficionada a la ópera barroca y al teatro clásico y una está harta de adaptaciones supuestamente originales, de escenógrafos listillos que pretenden adaptar la obra a nuestros días, de actores que no declaman sino que recitan como si estuvieran haciendo un anuncio de detergente etc etc. Lo que ocurre es que montar una obra o una ópera respetando las esencias barrocas es lo verdaderamente difícil y original. Ver a los actores trabajar frontalmente, los maquillajes, la iluminación con velas, en fin, todo, me pareció impresionante. Nada chirriaba, todo fue armónico, una se sentía miembro de la corte de Luis XIV que asistía al espectáculo. Asistir a una cunjunción planetaria (esta sí) como la unión de dos genios como Lully y Molière es algo que no tiene precio.
Pocas veces he visto al público aplaudir con tanto entusiasmo, después de cuatro horas intensísimas. Y es que en España no estamos acostumbrados a estas cosas, aunque podríamos estarlo. Tenemos muchos textos clásicos, especialmente de Calderón, que conservan su música (la original o la que se adaptó posteriormente en el XVIII por compositores tan competentes como Nebra), conocemos la estructura de las fiestas teatrales barrocas, con sus danzas correspondientes: ¿por qué no llevarlas a escena?. ¿Por qué el señor Mortier no promociona este tipo de espectáculos recuperando zarzuela y ópera barroca española bien montada y no nos vende la burra de un pseudo monteverdi o pseudo tema español? Se han rescatado obras deliciosas como Las Amazonas de España. ¿por qué no ponerlas en escena?
Es cierto que alguna cosa se ha hecho. Coincido con ustedes en lo dicho sobre la segoviana Ana Zamora (su Cristo de los Gascones me emocionó hasta las lágrimas) y hace unos años asistí a dos espectáculos sorprendentes en el festival de Almagro (estrenados en la semana de música religiosa de Cuenca). El primero fue un auto sacramental de Calderón , La divina filotea, montado estupendamente por Pedro María Sánchez con música de Nebra. El segundo fue aún mejor: La paz universal o el lirio y la azucena (otro auto de Calderón), obra escrita para celebrar la boda de Luis XIV con la hija de Felipe IV; en este montaje, con los cantantes que actuaban y recitaban estupendamente bien, con una francamente buena música de Peyró, la compañía Antiqua Escena con los músicos de La grande Chapelle se esforzaron en representar la obra tal y como se hacía en el barroco. Ambos espectáculos, financiados por Caja Madrid, pasaron desapercibidos, no salieron de ahí (no sé si por falta de financiación o por qué). Aquí les dejo dos cosas sobre la última de la que les he hablado: la página web del espectáculo y un pequeño vídeo que recoje el final de la obra. Yo quiero más de esto, por favor:
http://www.youtube.com/watch?v=zgTvGWV0N8Ahttp://www.laudamusica.com/paz/index_esp.html