La influencia de Weber supongo que es evidente en Die Feen" (igual que Marschner), Mejerbeer en "Rienzi", y Bellini en "La prohibición de amar". Sus intentos de hacer ópera alemana, Grand Opera, y opera italiana respectivamente. A partir de ahí Wagner es todo lo desapegado que se pueda ser respecto a la tradición (sobretodo a partir de Tristán). La influencia de Beethoven, me parece más clara en Schumann, Brahms etc...

¿No dicen que Lohengrin es la más italiana de las óperas de Wagner?

He de confesar que esta es una de las óperas que solo salvp por el tenor y, sin el cual, pasa con más pena que gloria en mi humilde opinión. Kraus ES Werther y reulta inconmensurable e inmaculado en la recreación, musical y dramática, del personaje; lo demás, qué les voy a decir, me da igual. Todos los otros tenores palidecen a su lado, se llamen Thill o Gedda. Y sí, el aria de la carta es muy bonita y bien cantada por la malograda Troyanos, pero no me importa.

Lohengrin me parece rara, sobretodo pensar que es posterior a Tannhauser. No sé, también la veo como una ópera bastante italiana, pero bueno, como digo, la siguiente en estrenarse es Tristán.

Por supuesto. No en balde, esta ópera se hizo popular en más de medio mundo a través de la versión italiana.

Es todo un placer para el alma de todo melómano escuchar a Wagner por Karajan. No me gustan los gazpachos auditivos orquestales y a pesar de que soy consciente que me pierdo a Kna!! en buena medida. Para mí la orquesta es lo fundamental en Wagner y si no la distingo con claridad...como que no. Aquí se la oye hasta el más sutil de los acordes y es de agradecer, toda vez que la grabación de WARNER es más equilibrada en el binomio voces-orquestra que la antigua grabación EMI. Aquí nunca la orquesta tapa al cantante.
El otro punto fuerte es el inconmensurable, titánico Tristán de esa cantante-actor tan genial que fue Jon Vickers. Su Tristán adquiere una profundidad en toda su extensa parte pocas veces superado y su "escena de la locura"...:
El resto de compañeros masculinos perfectos en sus cometidos dando solera a esta grabación. Helga Dernesh. Ésta fue la culpable de que nunca me haya acercado a esta grabación. Ésta o los críticos, porque no he encontrado a ninguno que haya destacado, o sólo apuntado, las virtudes de una encarnación muy destacada. De clara dicción y con detalles expresivos de agradecer. Ella hace un papel fantástico como Isolde y vocalmente si es chica, no hay una labor rutinaria. Tenía a karajan destrás y está claro que sólo él podía sacar oro de donde no hay. En este caso se ve el trabajo vocal y expresivo de la cantante y la dirección del Maestro, dando como resultado a una versión redonda, donde no encuentro lunares y sí puntos muy destacables.
Para uno que empieza con este autor, creo que ésta es la versión.
MI VESIÓN DE ESTUDIO, YA LO DIJE:
Ser Reginal Goodall con Linda Esther Grey como Isolda en la DECCA...con diferencia... y si acaso, seguida de ésta.

Es curioso que en esta carátula de Warner se incluya el nombre del pastor de Peter Schreier en detrimento del Kurwenal de Walter Berry. Si se fijan, Berry sí está en la carátula "antigua" de al lado y el tenor no. Misterios de la mercadotecnia o error garrafal de la edición.

Si esa portada la diseñó alguien de años recientes, fuera de cerciorarse de los dos protagonistas, le debe dar lo mismo quiénes sean los que canten.

No es de extrañar esos descuidos, del sello Urania sale a la venta el próximo mes una reedición de Falstaff, donde el Ford es Robert Merrill.

La novedosa portada solo indica los apellidos de los cantantes y expresa: MERRITT.

Cuando ví de pasada el anunció, creí que era un grabación novedosa con el tenor Chris Merritt haciendo de Fenton, pero cuando ví que abajo aparecía el apellido KRAUS, rápido salí de la ilusión.

Esta obra es uno de los Strauss menos programados entre los que aparecen de vez en cuando; otros, sencillamente ni aparecen. Tampoco es una ópera brillante pero hay momentos hermosos y, además, esta versión tiene nombres de categoría. Tuve la fortuna de verla en Toulouse hace ya bastantes años.

A mi me gusta mucho esa ópera, el aria de Apollo cantada por James King es una maravilla, todo el final a partir de ahí lo es.

Daniel Barenboim hace aquí una lectura brillante y apasionada de esta ópera al mando de una insuperable Staatskapelle berlinesa, que tampoco tiene mucho que envidiar a la homónima de Dresde. El reparto es equilibrado, pero yo destacaría a la siempre inquietante Ortrud de Deborah Polaski y al tonante Pajarero de un René Pape en plena forma. No quiero desmerecer con ello a Seiffert y a Magee, pero evidentemente estos no ocupan un lugar de honor en mi galería de protagonistas.

El final es fabuloso.

La he podido ver en vivo en el Liceo, versión concierto, con Ricarda Merbeth como protagonista.

De Strauss me faltan por ver en teatro Intermezzo. Guntram, Feuersnot y Friedenstag

No te pierdes mucho. Esas obras son de lo peor de Herr Strauss; obras de tercera categoría, incoherentes y gaseosas.

Vale, la música de esta operita de Hans Krasa es de una sencillez apabullante por aquello de ser interpretada por niños pero la historia de sus funciones en Theresienstadt es de obligado conocimiento.

Un servidor pudo disfrutarla escenificada en el Capitolio de Toulouse (2014) con Franz-Josef Selig, Anna Larsson, Claudia Barainski y otros