(AD: Lo había puesto en otro hilo; hago un vulgar "copy-paste")
El sábado fui a ver la ópera
Le comte Ory de Rossini, con Flórez, Damrau, DiDonato y Pertusi, entre otros. "Quicir" -que diría Khayman-, no fui con ellos, sino con mi tío y con la no-forera Carmen, me refería a que estaban cantando en Nueva York.
La verdad es que me llevé una buena sorpresa con esta obra, muy divertida (algo en lo que sin duda constribuyeron los cantantes), música preciosa, alegre, perfecta para resetearse un fin de semana.
Juan Diego Flórez parece haber olvidado los problemas de hace un año en Madrid aunque los agudos en el primer acto no fueron tan buenos como en el segundo. Además, se movía impulsivamente para lograr la dificilísima coloratura (disfrazándola de humor); no quedaba visualmente muy bien pero el resultado valió la pena. (Me dice antxi que poco antes fue padre y que se le notaban las ojeras. Puede ser.) En el segundo acto, sensacional. Además, me sorprendió lo buen cómico que es, metiéndose en los tres papeles que interpretó, muy expresivo, en sintonía con el espíritu de la obra. Como lo vea Milikito lo ficha para El Club de la Comedia.
Diana Damrau, para mí, la reina de la noche pero sin Mozart. No la conocía yo en los cortijos rossinianos. La voz es extraordinaria, los agudos limpísimos, cómoda en la coloratura, y encima estuvo tan expresiva como Flórez, cómica sin caer en la exageración o en lo grotesco. Capaz de cantar y poner una cara que nada tenía que ver con lo que cantaba.
Joyce DiDonato tiene un papel menos agradecido que los anteriores pero lo aprovechó muy bien. Se la ve suelta en los personajes masculinos. Hizo un dúo con Flórez en el que casi es imposible empastar mejor las voces.
El resto, a gran altura, empezando por Stephane Degout, muy bien en su gran aria ("Dans ce lieu solitaire") que acaba con la escena de un brindis magnífica. Lo mejor de la obra. A Pertusi lo encontré un poco desmejorado pero tampoco su Gouverneur precisaba más.
La puesta en escena..., bueno, parecía que la Cruzada contra los sarracenos se había librado justo antes. Pero tampoco era conceptista.
En el intermedio me encontré con Fledermaus, a quien la ópera también le encantó. Y si no, que lo diga.