Con el permiso de Ecclitico...
DVORAK
Vodnik (El duende de las aguas), Op 107Un difunto que busca a su novia para despedazarla con otros muertos en un satánico festín. La joven se salva por milagro. Un ondino que se transforma en un monstruo asesino. Éstos son algunos de los protagonistas de “Kytice” ("El Ramo de Flores") de Karel Jaromír Erben. La atmósfera de misterio y de horror que emana de las baladas y su gran vuelo épico cautivan a los lectores desde hace un siglo y medio. Compositores como Antonín Dvorák y Zdenek Fibich, artistas plásticos, hombres de teatro y cineastas una y otra vez han plasmado en sus obras baladas de "Kytice" donde a la culpa le sigue siempre un cruel castigo. La culpa puede ser expiada sólo por una larga penitencia y arrepentimiento.
Dvorak escribió cuatro poemas sinfónicos inspirándose en el texto del libro Kytice. Entre enero y febrero de 1896 compuso “Vodnik” (“El duende de las aguas”), al que poco después siguió “Polednice” (“La bruja del mediodia”),” Zlatì kolovrat” (“La rueca de oro”) y “Holoubek” (“La paloma del bosque”).
Los intentos de conseguir por medios electrónicos estos textos han fracasado miserablemente, y la autora del artículo en el que me baso para hacer esta presentación afirma en un artículo bastante reciente (de octubre pasado) que es posible agenciarse el libro, pero en checo. Por lo tanto, no podemos seguir la literalidad de la historia y tendremos que conformarnos con su sinopsis: un duende del agua (espíritu maligno que arrastra a las personas hasta las profundidades) está sentado en un álamo junto al lago donde mora, entonando una canción a la luna mientras cose una chaqueta verde y unas botas rojas para su próxima boda. En la aldea cercana, una joven se despierta temprano y coge su ropa para ir al lago a lavarla. La madre, angustiada, relata a su hija un extraño sueño que ha tenido, en el cual la ha visto vestida con túnicas blancas, como la espuma de un remolino de agua, y con perlas de lágrimas de profundo dolor, igual que un collar alrededor de su cuello. Siente que este sueño es un presentimiento y advierte a la hija de que no se acerque al lago.
A pesar del aviso, la joven se siente extrañamente atraída hacia allí y apenas moja su vestido en el agua se hunde el puente de madera y un remolino la engulle hacia el fondo. Secuestrada por el malévolo duende se ve obligada a casarse con él en una extraña y fastuosa ceremonia donde participan como caballeros y damas de honor cangrejos negros de río y peces plateados.
Pasado un tiempo, la joven ha tenido su primer hijo y le canta una melancólica canción de cuna donde expresa todo el dolor y tristeza que la consume por hallarse cautiva en aquel sombrío lugar donde no luce el sol. Esto enoja al duende, aunque ella procura calmarlo y a la vez le suplica que le permita volver a tierra para visitar a su madre. Él se resiste, pero finalmente la deja ir, con tres condiciones: No debe abrazar a nadie, ni siquiera a su madre, debe dejar a su hijo en el lago y por último tiene que regresar cuando toquen las campanas del crepúsculo.
Grande es la emoción y ternura con que se reencuentran madre e hija, aunque también esté presente el sufrimiento de ambas por el breve encuentro y la pronta separación impuesta por el duende.
Al atardecer, la madre angustiada retiene a su hija y le prohibe regresar al lago. Suenan las campanas de vísperas, la luz del día ya desaparece para dar paso a las primeras sombras de la noche. De pronto, suenan unos secos y fuertes golpes en la puerta de la casa y aparece el duende reclamando a su esposa para que le prepare la cena. La madre, con energía y coraje, le replica que coma de lo que tiene. Regresa el duende por segunda y tercera vez, diciendo que se ha de hacer su cama y luego que el niño llora y tiene hambre. Responde la madre que traiga el niño con ellas. El duende regresa al lago enfurecido y lleno de cólera enmedio de una impresionante tormenta. Se escucha el llanto desgarrador de un niño y después todo queda en calma. Un rastro de sangre se escurre por debajo de la puerta de la casa donde están madre e hija y al abrirla se encuentran un pequeño cuerpo sin vida.
Como vemos, una narración digna de Edgar Allan Poe. Y por el estilo deben de ser los demás relatos del libro de Erben.
Dvorak compuso su obra en forma de rondó, marcando siete temas principales a la vez que seguía fielmente el texto de Erben. El duende del agua se presenta con un tema a partir de tres notas repetidas que son vitales para toda la composición pues la mayoría de los otros temas empiezan con tres repeticiones. El tema de la hija trata de reflejar su inocencia, pero en realidad es el mismo del duende desarrollado en distinta forma. La habilidad de Dvorak se manifiesta en toda la obra, cambiando los temas de principal a secundario, invirtiendo el ritmo de las notas y tratando en todo momento de expresar los sentimientos de los protagonitas y el ambiente que les rodea.
Vodnik se estrenó en Londres el 14 de noviembre de 1896, bajo la dirección de Henry Wood, aunque se había ofrecido antes una interpretación semipública el 1 de junio en el Conservatorio de Praga, con el director Antonín Bennewitz. Para su ejecución en Austria por la Orquesta Filarmoníca de Viena con el director Hans Ritcher, Robert Hirschfield pidió a Dvorak una descripción de la obra, y el compositor en una carta le envió esta respuesta:
Allegro vivace: El duende del agua (Flautas)
Andante sostenuto: La joven (clarinete) y su madre (violines) diciendo a la hija su mal sueño y advirtiendole que no vaya al lago
Allegro vivo: La muchacha hace caso omiso de la advertencia (violines y oboes) y cae en el lago en poder del duende.
Andante: La miseria del mundo submarino.
Un poco piú lento e molto tranquilo: La joven canta una canción de cuna a su hijo (flauta y oboe).
Andante: El duende del agua le dice que deje de cantar y tienen una disputa.
Lento assai: La joven visita a su madre y tienen un triste reencuentro (violonchelo y trombón).
Allegro vivace: La tormenta en el lago, se oyen las campanas, los golpes en la puerta de la casa y finalmente, una fuerte explosión orquestal cuando el duente arroja el cuerpo sin vida del niño.
Andante sostenuto: croar de las ranas (picolo y flautas) la madre quejándose que el viernes fue un dia de mala suerte (corno inglés y clarinete bajo) angustia terrible de la madre (oboes, cellos y contrabajos) desaparición misteriosa del duende en la profundidad del lago.
Fuente:
http://classicmusica.blogspot.com/2010/ ... aguas.htmlPasamos a escuchar "Vodnik", de Dvorak, Op 107:
http://www.youtube.com/watch?v=XtoCUsDC ... r_embeddedhttp://www.youtube.com/watch?v=X0cK9h8m ... D6&index=2http://www.youtube.com/watch?v=JzSDT8_e ... D6&index=3