SPOILERS -- SPOILERS -- SPOILERS
A mí me ha encantado.
Ha sido una gran velada (y no sólo por mi acompañante
).
Lo primero de todo, qué sorpresa más agradable la orquesta y su director. Boder ha hecho un gran trabajo, entre un lirismo venenoso y una brutalidad siempre controlada. Gran transparencia. Los tutti vocales me han sonado especialmente bien, tenían algo casi madrigalesco (la fiesta en París con las acciones Jungfrau, vg), y me imagino que de esto es también Mr. Boder responsable.
Los cantantes:
Petibon me ha chiflado. Vocalmente ha hecho suyo el papel. Quizas en algún momento se ha quedado corta en el registro bajo, nada de importancia. Por el escenario se ha paseado consciente de que ella era el centro de ese universo, sensual pero no vulgar, con una indiferencia sólo interrumpida por algún momento de desesperación tras su salida de la cárcel, completamente desvalida y exhausta en la escena de Londres. Rubia Dietrich, morena Louise Brooks, melenaza pelirroja, se entiende que todos los personajes se vuelvan locos por ella.
Final impresionante: cuando Jack la acuchilla, ella queda desnuda de pie en mitad del escenario, crucificada, como una divinidad pagana, y en los últimos compases TODOS los personajes reaparecen súbitamente y se arremolinan a su alrededor, como imantados. Tal es el poder de esta mujer, incluso muerta.
Los demás: bien. Tenía mis dudas con respecto al Domador (que luego hace de Atleta), pero las retiro. Geschwitz no me ha entusiasmado, pero en su última intervención ha estado bien (y más le valía, porque es ella quien cierra la ópera).
Olivier Py: maravilloso.
Tras el desconcierto inicial que supone el verse bombardeado por los eslóganes, el enjambre de personajes rocambolescos, los decorados corredizos (que parecen poder renovarse ad infinitum
), los fluorescentes, los cristales, las escaleras, los diferentes niveles...
tras el desconcierto inicial (que no te abandona completamente, todo hay que decirlo) uno cae rendido ante la belleza de la puesta en escena.
Es preciosa.
A mí me ha recordado a la película
Playtime de Jacques Tati, y me pregunto si él la ha tenido en cuenta o se ha inspirado en ella, pues a menudo ocurren varias cosas en lugares muy dispares del escenario, similares a los gags simultáneos de
Playtime.
Hasta qué punto todo es "informativo" o es meramente
horror vacui, no voy a determinarlo. Necesitaría volver a verla otra vez.
Pero es cierto lo que dice Tucker de la distracción del público: aunque más que como un defecto o un aspecto negativo, yo lo veo como una disposición de ánimo buscada activamente por Py. Se requiere una cierta "desconcentración" como espectador, una cierta dispersión.
La misma dispersión de la atención característica de la era de internet, en la que somos sometidos constantemente a impactos y en la que la pornografía y el sexo son omnipresentes?
Tal vez.
Porque la puesta en escena tematiza precisamente esto: provocar por medios absolutamente teatrales y "analógicos" la misma superabundancia de impresiones, de impactos, y de estímulos (también sexuales) de la era digital.
En definitiva, un placer para los sentidos en todos los aspectos.
Y gracias a Elvira por su
promenade desvelándome los misterios del Liceu