Ahora que casi nos habíamos acostumbrado a que en el Teatro real la escenografía corriera por cuenta de nuestra imaginación, nos sorprenden con una cuidada y espectacular puesta en escena.
No me convenció la orquesta, en más de una ocasión sentía que música y cantantes iban cada uno por un lado, sin ensamblarse. A lo mejor es que la obra es así.
Jorge de León, fue otra sorpresa del Real. Un jovencísimo tenor con voz para rato, si sabe aprovechar esta entrada por la puerta grande en el mundo de la representación y sigue trabajando, seguro que puede llegar a ser uno de los mejores. Le seguiremos.
La soprano (Ana nosequé, vaya apellido), sin tener una voz especialmente bonita consiguió emocionarnos en los dúos con el tenor.
Marco di Felice, genial….se le oía!! Desde que (no) oimos a Vratogna
en Un baile de máscaras (y por partida doble), temblamos con los barítonos del Real.
Especialmente emotiva la aria de Madelon, un paralelismo precioso con La mamma morta. Una perdió un hijo y entrega al nieto y la otra perdió a la madre y luego se entrega ella. Conmovedor.
Tip escribió:
Y para finalizar: ¿alguien me puede decir por qué llevan los revolucionarios del segundo acto la bandera de Serbia?
Es verdad, nos dimos cuenta que las banderas que llevaba la plebe en el segundo acto no eran las francesas. ¿Hubo cambio de bandera con la Revolución? ¿Fue un descuido o algo premeditado?
En definitiva, un muy buen tercer reparto para una representación de “rebajas” que nada tuvo que envidiar a las primeras figuras.
Besos y abrazos