Yo fuí ayer sólo porque un amigo me dió su entrada (odio los días de estreno en el Real) y yo no la calificaría de ladrillo. Incluso el éxito de público fué, teniendo en cuenta el evento y el día, más que evidente.
¿Que si me gustó? pues casi que no. Sobretodo por su simplona y poco genial forma de agradar al respetable en un "si es no es" continuo, pero no precísamente porque fuese un ladrillo en el sentido de algo áspero y difícil.
Y seguro que muchos hablaran de eclecticismo y bla, bla, bla.. pero lo que en realidad encierra Faust-Bal es una falta de genio compositivo evidente, de estilo propio verdadero más allá de conocer perféctamente las distintas técnicas compositivas del oficio.
Hay momentos de un facilón que repele, como la danza de los esqueletos (esta más bien sonroja), o esos acordes mantenidos por el coro infantil cada vez que interviene Dios. También estan esos otros mantenidos en terceras simultaneas por el coro en el momento de la llamada a la guerra, y que luego el compositor intenta reconducir, con la de "arena", metiendo los glisandos descendentes que tanto le gustan y que tanto abundan en su obra (en "Dionisio" por ejemplo). Vamos, superoriginal y modeeeeerno.
Ojo, Balada sabe componer, tiene un oficio evidente como demuestra su puesto de profesor en una universidad americana, pero su obra, en mi opinión, es eso: un estupendo y respetable ejercicio compositivo que demuestra haber asistido a todas las lecciones y conocer los estilos y técnicas más variopintos, pero, por otra parte, demostrando el mismo genio compositivo y personalidad que un chino diseñando un Versace. Así es.
En fin, por lo menos salía gente encantada de comprender obras contemporáneas (
). Algo es algo.