MarttiT escribió:
Ah! Y Ariadne auf Naxos es cualquier cosa menos contemporanea, que ya es nonagenaria.
Me refería por supuesto a Ainadamar, que más contemporánea no puede ser siendo del 2003, si mis referencias no me fallan
Y quería decir que, teniendo en cuenta lo que me consta que ocurre cuando una orquesta quiere dar un concierto con bandas sonoras de películas en cuanto a derechos de autor, desconocía si era realmente igual de caro realizar un estreno. ¿Alguien tiene alguna idea?
delaforce escribió:
Pero debemos entender que muchos aficionados prefieren ver por vigésimo segunda vez otra producción de Rigoletto, antes que Ainadamar, por inconcebible que esto pueda parecer.
Creo que no es eso lo que está en discusión. No se discute si el sexto título debe ser un Ainadamar o un Rigoletto. Se discute si es correcto gastar un dinero que realmente no se tiene en un título más, sea el que sea, teniendo otros cinco tan flojitos o gastárselo en subir la calidad de lo que se ve y se escucha. Y por cierto, la prueba de que el público no quiere ver siempre lo mismo de cualquier manera está en la Boheme de este año. Muchos la consideramos completamente superflua. Porque si me vas a poner la misma escenografía que hace seis años y cantantes ramplones ya me dirás qué interés tiene, por mucho que me guste la obra.
Me parece muy bien que se estrenen obras o se programen cosas que al gran público le producen indiferencia, por decirlo suavemente, ¿pero no tienen el mismo derecho a que cuando se programa una obra del repertorio podríamos decir "de toda la vida" se haga con un reparto mínimamente solvente sin ya pedir el reparto perfecto? Yo creo que sí, y creo que en ese sentido las temporadas no están saliendo equilibradas.
Creo que es evidente que se está apostando por traer buenas escenografías y repartos para obras que son estrenos aquí como Diálogos de Carmelitas y Rake's progress, que ya sé que no tienen nada de contemporáneas por cierto, y luego se acomete con ramplonería Boheme o Ballo. Creo que se merece la misma apuesta de calidad unas que otras, y si esa calidad no se puede dar por las voces al menos se puede demostrar interés por la puesta en escena. Pero da justamente la impresión contraria, que cuando algo se sabe que agrada al gran público se invierte menos dinero e importa menos el resultado porque, total, el teatro se va a llenar igual...