_Annio_ escribió:
Me gusta eso que dices de la marcada feminidad de la ópera a partir del acto II. Y es que, por mucho que el Conde y Figaro pretendan ser en el primer acto los que cortan el pescado, van a terminar siendo Susanna y la Condesa las que llevan los pantalones en esas parejas. No en vano van a crear y a sacar adelante todo el entramado del engaño sin que ni Fígaro ni el Conde puedan hacer nada por evitarlo. La única que en un momento parece darse cuenta de qué es lo que está pasando (Acto IV) es otra mujer, Marcellina, que siempre SIEMPRE sostiene la inocencia de Susanna.
Para mí Susanna es la verdadera protagonista de la ópera. Es la que conoce desde principio a fin las intenciones de los demás y la que actúa en consecuencia consiguiendo que todo termine plegándose a sus deseos. Figaro, un tontaina, desde el primer momento, que no se da cuenta de que el conde le da la habitación para acostarse con su novia, ¡por favor!