Perdón por el retraso en escribir pero es que no encontraba el momento.
He estado muchos años sin intentar siquiera ir al Euskalduna porque mis amigos operísticos me decían que los precios eran desorbitados si querías oír mínimamente bien, pues al ser un edificio tan grande las voces se perdían si ibas a las localidades económicas. Lo cierto es que cuando fui al Romeo et Juliette pasado, me llevé la agradable sorpresa de que había localidades, que si bien no eran baratas, estaban en el tercio inferior de precios, y podías escuchar a los cantantes de maravilla. Por otra parte, desde Santander por 7 euros te plantas en Bilbao en un autobús de Alsa en hora y media, y como hay un autobús que sale de vuelta de Bilbao a las 23:45, te da tiempo perfectamente a ver muchas óperas y en el caso de funciones de viernes y sábado, que al día siguiente no hay que madrugar, pues aunque llegues de vuelta a la 1:15 de la mañana no es ningún problema. Además, la ABAO tiene autobuses (aunque para determinadas funciones) que te llevan después de la función de vuelta a muchas ciudades, entre ellas Santander, si bien en este caso creo que tienes que ser abonado. Ojalá cundiera el ejemplo y se copiaran estas prácticas en otros teatros. A Oviedo tardo algo más pero también pienso aprovechar los fines de semana que esté en Santander para hacer algunas escapadas musicales allí, que bien lamento haberme perdido el reciente Lohengrin y la Manon.
El caso es que Tip me había dicho (sin saber yo ese día que era Tip) un día que estábamos en butacas contiguas en el Teatro Real, que el barítono mogol (yo ya no sé si decir mogol o mongol, pero una amiga ha comprobado que ambos términos son correctos) era algo impresionante y que valía la pena escucharlo. Y así me animé a asistir a la función del pasado viernes 23. La verdad, no puedo sino darle la razón a Tip porque la voz de este barítono realmente impresiona por su calidad.
Además darte una vuelta por Bilbao siempre merece la pena, y aunque el horario del teletrabajo no me dejó mucho margen y tuve que tomar el autobús de las 16:30, pude degustar el famoso pincho de tortilla de la cafetería Swansea, que me recomendó hace años el forero Cappuccilli, y como apetito no me falta, me tomé luego un bollo de mantequilla, si bien resistí la tentación de comprar las trufas de Arrese, que sí cayeron la vez anterior.
Encima, ya en el Euskalduna, hice amistad con un matrimonio cuya hija es cellista en la Sinfónica de Bilbao y además son abonados del Liceu, con lo que pudimos hablar largo y tendido de la temporada del Gran Teatro barcelonés, entre otras cosas del reciente Ballo.
Pues bien la función me pareció francamente disfrutable, con algunos matices. Empezando por el gran barítono Amartuvshin Enkhbat. Yo pensaba que iba a ser algo así como una vozaca baritonal y que iba a cantar a base de energía y volumen y, sin embargo, me llevé la agradable sorpresa de que este cantante parece un barítono que me recuerda a la vieja escuela italiana, con una voz bella, un canto legato de mucho nivel, que “acaricia” el sonido, que además se preocupa de apianar y matizar. Si este señor fuera bajo haría un Attila muy “ad hoc” pues verdaderamente te lo imaginas cazando a caballo por las praderas de Mongolia, con un físico “contundente”, pero que tiene detrás a un músico impecable.
El forero MarttiT nos comenta, y seguro que, con toda la razón, que lo del bis es cosa de Daniel Oren. Desde luego sin beneplácito del director no puede haber bis. Pero en la función del viernes 23 se repitió el bis. Ya sé que todo esto de los bises que ahora se hacen tan frecuentemente es algo que no se ve bien por muchos aficionados, aunque el que nos regaló Nadine Sierra también en el Euskalduna me pareció un regalazo más allá de cualquier otra consideración purista, y me alegro infinito de que lo diera. El caso es que, desde mi punto de vista, justamente el “Sí vendetta,,,” no me pareció que fuera tan brillante como el que hacía el veterano y añorado, por mí al menos, Nucci. Y no es que lo hiciera nada mal, pero este barítono yo creo que destaca más en las líneas cantábiles que en los números de bravura (no sé si es correcto utilizar la expresiones sfogato o di sbalzo, que las oigo aplicadas a las sopranos). El grave y el centro de su voz me parecen soberbios (comparado con lo que escuchamos hoy en general, y recordando que hace nada teníamos a Vratogna copando los repartos en los grandes teatros, como si fuera Bastianini), el agudo lo encuentro correcto y de hecho en “la maledizione” al final de la ópera dio uno de los agudos no escritos, pero no tiene el desahogo de por ejemplo Nucci. Por ello, y en mi opinión, cuando se bisó “Sí, vendetta…” perdió algo de fuelle y como yo estaba en una zona de lateral pero con buena visibilidad del foso y del lado opuesto, por el que entraron de nuevo Amartuvshin Enkhbat y Sabina Puértolas, me pareció que el barítono tenía cara de no estar satisfecho y como los aplausos fueron muy intensos, agradeciendo el público el esfuerzo, pareció que se lo pidió a Oren y que Sabina se quedaba un poco perpleja, lo mismo que el público. Lo cierto es que en esa segunda repetición cantó en mejor forma.
Por otra parte Sabina Puértolas aguantó el tipo estupendamente, cantando las tres veces muy correctamente y ascendiendo al agudo final con seguridad y rotundidad. No pude escuchar la Manon de Oviedo pero sé que allí tuvo un gran éxito. A mí me gustó bastante más que Julie Fuchs en Madrid, que en mi día (vi cuatro funciones del Rigoletto madrileño para escuchar a los 3 repartos y repetí con el primer reparto) mostró un vibrato importante y dificultad en el registro agudo. Puértolas, sin embargo, se mostró en buena forma y cantó con sensibilidad e implicación dramática su parte.
A mí Ismael Jordi es un cantante que me gusta mucho y que, aunque aquí se discute a veces sobre la peculiaridad tímbrica de su instrumento, desde mi punto de vista, su musicalidad y buen gusto hacen que sea una baza muy atractiva cuando aparece en algún reparto. Cuando cantó Traviata en Madrid, fue el que más me gustó, de todos los tenores, por las virtudes mencionadas, y lo mismo cuando le he escuchado en varios Donizettis. Pero yo tenía reservas porque el Duque de Mantua tiene mucha miga. Pues la verdad es que su duque me pareció muy digno y bien cantado. Hubo un pequeño desliz al empezar “E il sol de anima”, porque según dijo las primeras palabras, entiendo que se debía de haber adelantado, y tuvo que repetirlas empezando de nuevo.
Pero no pareció que se le atragantase ninguna parte, al contrario, mostró un canto seguro y aristocrático, recreándose en la partitura. Y en La dona è mobile ascendió con plena seguridad al agudo no escrito, manteniéndolo sin problema.
En cuanto a la dirección de Oren, me pareció correcta pero no especialmente atractiva. Disfruté mucho más con la dirección de Luisotti en Madrid, aunque ya sé que a muchos foreros no les gustó.
Es una gozada que en el Euskalduna no te prohíben hacer fotos, simplemente te piden que tengas en cuenta y que valores no molestar a los artistas. Como tengo cámaras con obturador electrónico que no hacen ruido al disparar y puedo conseguir que no emitan luz al exterior, me llevé un teleobjetivo e hice un reportaje sin que se notara lo más mínimo. No sé si las reglas del foro impiden que incluya un link a una carpeta de OneDrive para que quien quiera las vea. Si no estuviera permitido, quien me escriba y me proporcione un mail o whatsapp, le mando el link correspondiente. Aunque estaba muy de lateral y no pude hacer fotos frontales, algunas están bastante bien.
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