Abdallo escribió:
Todas esas críticas se saldrían, de acuerdo con las del Foro, fuera de las normas
No veo por qué. Lo que pasa es que las cartas están echadas, el pescado vendido, etc. o sea que nada queda que añadir.
Desde luego Rebeka es una soprano de las que hacen vibrar peligrosamente los tímpanos a la vez que encandilan el espíritu cual sirenas. Y como he tenido la suerte de coincidir también con Abrahmyan (hace unos años ya la había escuchado allí en Tabarnia, pero no recuerdo en qué rol) y Massi, que no está tan mal, creo que me puedo dar por más que afortunado.
En la producción no he creído ver nada que me pareciera fuera de lugar. Si acaso los niños con capirote es un exceso, pero nada grave. El primer acto de Norma trata del poder de la religión sobre las conciencias y, proyectado éste, sobre la sociedad y por tanto la política. Tanto Norma como Pollione, invocando éste al Amor como dios supremo, hacen trampas y usan ese poder hipócritamente a su conveniencia. Es evidente que en vida de Bellini no era posible revestir una historia semejante con los símbolos de la religión imperante; situándola en el inverosímil y lejano mundo pagano de romanos y druidas la cosa se disimulaba, pero la esencia ahí está. No veo razón para no hacerlo ahora que por suerte ya no hay censura eclesiástica, de hecho me parece el vehículo más obvio; en España y supongo que en toda Europa el público entenderá bastante bien el significado de cada símbolo, de hecho recuerdo una Cavalleria en Paris con procesión “trianera” en el intermezzo.
El segundo acto añade más elementos, muestra lo que hay de real detrás de tanto folklore engañoso: las pasiones primarias del hombre y la mujer. Por eso tampoco me parece incongruente el interior burgués y tecnológico del refugio secreto de Norma. Hacia el final, la imposición masiva de las pirámides de crucifijos se acaba haciendo un poco cansina, eso es verdad xD