Madrid, 18 de julio de 2019.
Termina la temporada del Teatro de la Zarzuela con una cita imprescindible para los amantes del lied: el barítono Christian Gerhaher, uno de los liederistas más importantes de la actualidad, y la mezzosoprano Anna Lucia Richter interpretan en el Teatro de la Zarzuela uno de los ciclos de lied más famosos: Las Canciones Italianas de Hugo Wolf, o Italienisches Liederbuch, sobre poemas italianos traducidos por Paul Heyse, premio Nobel de literatura, al alemán. Al piano, les acompañaba el joven Ammiel Bushakevitz.
La semana pasada, Gerhaher y la soprano Julia Kleiter dieron un recital del Ciclo de canciones españolas. Ahora es el turno de las italianas. Hugo Wolf es uno de los más grandes compositores de lied. En el momento de componer este ciclo, las creaciones miraban hacia el exótico sur, después de tomar a la mitología nórdica como referente. Las canciones italianas hablan del amor, de la guerra, de la muerte, incluso tienen momentos cómicos como la parte final de la segunda parte. La belleza del lied, en la que piano y voz se complementan para crear algo mágico, que da rienda suelta a las emociones, es algo que abunda en este ciclo.
Gerhaher tiene una voz de barítono clara, ligera. Ciertamente conoce este repertorio y es expresivo, capaz de cantar en piano, como susurrando la canción al oído del espectador, aunque también es capaz de sacar todo el volumen posible y llegar generosamente a la sala, pasando de un registro a otro como en Selig ihr Blinden, die ihr nicht zu schauen, uno de los mejores momentos de la noche. La segunda parte fue sin duda la mejor, donde pudo sacar todas sus posibilidades vocales, como en la bella Benedeit die sel’ge Mutter, que abordó desde un piano fabuloso. En las canciones finales, las más jocosas y ácidas, sacó a relucir su caudal vocal.
Richter en cambio posee una enorme, bella y rica voz. Esta soprano que ahora es mezzosoprano, interpretó todas sus canciones con su potente volumen, sus agudos increíbles y su grave que suena como gélido, además de su exquisitez en el canto, y también su vis cómica en las canciones más divertidas. Una agradable sorpresa para quien no la haya visto en su concierto de 2020 en este mismo teatro.
Bushakevitz acompañó a los artistas, mimando sus voces en todo momento, aunque también pudo destacar, especialmente en las canciones más lentas, donde con sus tempos más pausados recreaba el ambiente íntimo y de belleza de las composiciones, aunque también supo agilizar en las más divertidas.
Termina así el XXIII Ciclo de Lied, así como la Temporada 2021-2022 del Teatro de la Zarzuela, que varias alegrías nos ha traído, y que sigue conquistando al público por su variada, interesante y asequible programación. Qué bien que lo haya hecho con la belleza de la música de Wolf.
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