A mí me gusta mucho más como funciona el Barcelona, desde un punto de vista organizativo y estructural, que como lo hace el Real Madrid de Florentino Pérez. Los cambios que impulsó este señor a los estatutos del club (que fueron declarados legales por la justicia..., y sin necesidad de llegar al Tribunal Supremo), lo convierten en una especie de dictadura con ropajes democráticos, y la única salida parece la dimisión, o el fallecimiento (esperemos que dentro de muchos años) del propio señor Pérez. Es especialmente divertido cuando se presenta como el garante de que el club seguirá siendo propiedad de sus socios (pero gestionado por él mismo, a perpetuidad), para evitar que se apoderen de la sociedad millonarios rusos, árabes o chinos... mientras vemos al Barcelona, que debería estar entonces en parecida tesitura, seguir adelante con normalidad en sus procedimientos democráticos internos.
Pero dejando aparte ese asunto societario, la gestión deportiva del señor Pérez en los últimos años, empeñado en cambiar el nombre del estadio de Santiago Bernabéu a la Pirámide de Pérez, o al menos a Abu Simbel, ayudado por esas grandes constructoras que mencionaba el señor Tucker, mientras deja que la plantilla se vaya pudriendo y hundiendo en la mediocridad, sólo merece que salga cuanto antes del club.
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