tucker escribió:
Gracias ante todo por vuestros comentarios
Con respecto a Damrau, un par de apuntes : el primero y pregunta ¿ sigue con sus problemas de fiato corto que interrumpen su línea de canto, con sus “ famosos” jadeos ?
Y segundo apunte que quizàs sirva con lo de la presunta enfermedad o voz maltrecha de Doña. Diana. Me comentaron unos amigos parisinos habituales de la Ópera de Paris que Damrau canceló su Marguerite de Valois en sept. ( fue sustituida por una bastante exitosa Lisette Oropesa ) , ya que en los primeros ensayos no podía con las partes màs agudas de aquel role ni con la tesitura Meyerbeeriana.
De lo que deduzco, que tiene ya la voz màs que cascada por asumir roles casi imposible para una soprano ligera y que en sus buenos años tenía unos agudos y sobreagudos fàciles y de categoría ( ex Reina de la Noche, ex Zerbinetta, ex Konstanze, ex Linda di chamonix, etc...
Pero ayy señores!! Cuando una ligera como Damrau y que empezó siempre con repertorio alemàn, se mete a cantar Lucia, Violetta, Gilda, hasta la Marguerite, pues pasa lo que pasa : la voz queda dañada y maltrecha, salvo que seas una soprano técnicamente fuera de serie.
En el Liceo por ej.y cuando debutó en el 2010 con la Konstanze de l Rapto mozartiano, Damrau estuvo ágil, convincente y dio gusto escucharla, pero desde entonces a ahora, caída vocal en picado
La Damrau ya no está para las alturas. Prueba de ello es que omitió el mi bemol de tradición al final de Sempre libera, que para los inicios de su carrera hubiese sido un caramelo.
Ya esas deficiencias las había mostrado en la Gala del Met.
Pero qué puede hacer una cantante con sus características, que ya no puede volverse al Mozart y tampoco tiene para papeles pesados de soprano lírica? Aún le faltan ahorros para retirarse.
Así que lo que le queda, es seguir cantando como pueda papeles de soprano lírica, escudándose en histrionismo para disimular y en estas épocas de público complaciente, todo ello pasa.
En el caso de Flórez me es simpático cómo algunos esperaban de él una eterna juventud y critican que ahora se ve viejo y ojeroso.
Lo cierto es que mantiene su chispa y vitalidad de vida y muestra de ello, fue el guiño y broma que hizo atrás de la presentación en cámaras que estaba haciendo Anita Rachvelishvili- la anfitriona de la transmisión - colocado con la Damrau en la cama, segundos previos al reinicio de la función en el acto segundo.
El barítono es uno de los ídolos actuales del Met y habrá que escucharlo por rato.
Para la anécdota: el Yannick al disponerse a iniciar el acto segundo, le salió disparada la batuta de su mano y tuvo un ataque de risa que apenas pudo contener luego de que alguno de los de las orquesta se la encontrase.