Onurma escribió:
A mí lo que más me llama la atención de esta lamentable temporada que nos acaban de presentar es el tema de los abonos.
En los abonos de 9 óperas incluyen las cuatro modernas, que ningún aficionado a la ópera clásica se va a tragar (una, como este año vale, cuatro no). Y a su vez, esos aficionados tan cultos a los que les gusta cualquier ópera con tal de que sea moderna y no le guste al populacho, no se van a tragar cuatro óperas de repertorio que son la definición del sota, caballo y rey.
Claro. Por eso es el abono de nueve. Si no quiere ir a todas, tiene otros abonos. O puede incluso no comprar abono; por el momento, a tal punto llega la libertad de la que disponemos. En cualquier caso, traza usted una línea demasiado gruesa entre "aficionados" (por supuesto, entiendo que era una generalización necesaria)
MarttiT escribió:
lord cacahuete escribió:
El teatro musical compuesto después de la última guerra mundial es puramente episódico en cualquier país (incluido EE.UU, Alemania, etc) y se programa a cuentagotas como flor rara y de invernadero. Otra cosa es la tendencia de muchos "responsables culturales" de programar en contra del público usando fondos públicos, pero es otra historia...
Como extravagancia, no está nada mal.
Desde luego. Y es que siendo éste un viejo, cansino y estéril debate, para el que se necesitaría no solo una erudición sino una profundidad intelectual y un análisis teleológico que me exceden mucho, y en el que nunca habrá unanimidad (Dios nos libre), ¿para qué debe gastarse el reino de España dinero en el teatro real, pues?
Los responsables culturales no deben programar en contra del público usando fondos públicos. Vale. Entonces, ¿para qué los necesitamos? Oiga, decidimos la temporada y los artistas del Real en votación asamblearia, o mediante suscripciones de mecenazgo, al estilo van Swieten y compañía, y santas pascuas. Y aplicamos lo mismo a cualquier actividad cultural que necesite subvencionarse al no generar beneficio económico.
Mi opinión es que, ya que se va gastar dinero de todos, incluidos la mayoría de la sociedad, que detesta la ópera, debe haber un fin y un bien para toda la sociedad. Ello tiene que ser compatible, claro está, con la calidad de los espectáculos, con el disfrute del público o con su afinidad a las propuestas.
Cualquier temporada (realista y viable) que ustedes imaginen podría ser criticada y despedazada con argumentos congruentes. Así que critiquemos, que desahoga mucho, es verdad, pero sin caer en el catastrofismo. O sí; esto es un foro de Internet, para eso está.