Estuve el Sábado en el Cellini del Liceo. Muy contento de poder ver esta ópera, 264 de mi lista de títulos vistos en teatro. Eso sí, no me parece una obra redonda ni mucho menos. Ni una melodía alcanza vuelo, ninguna memorable. La acción un tanto confusa, falta de fluidez y de muy discutible fuerza dramática y teatral. Prefiero Damnation y Troyens, que aunque es un mamotreto irregular, tiene momentos mucho más destacables. Josep Pons realizó un apreciable esfuerzo para sacar adelante una partitura muy difícil de montar. Notable el coro, pero la orquesta a pesar del esfuerzo no puede ocultar sus carencias de cara a una orquestación tan complicada, grandilocuente y pretenciosa como la de Berlioz.
En el reparto destacaron únicamente el tenor
John Osborn con su voz de tenorino, que resulta especialmente pobretona en un teatro tan grande, pero impecable estilísticamente, musical, con buen legato, articulación y facilidad arriba, algo imprescindible en su
particella. Bien también, siempre fiable tanto vocal como interpretativamente,
Annalisa Stroppa como Ascanio. Inadmisible la soprano Kathryn Lewek como Teresa. Un grillo en la más absoluta indigencia técnica. Vocecilla de soubrettinina desconocedora de las mínimas nociones del pasaje de registro y que obsequia a la audiencia con una colección de sonidos agrios, abiertos, hirientes, apoyados en la nada. Y está anunciada como reina de la noche en Madrid... Madredelamorhermoso
Muy "tocado" el otrora recio y sonoro bajo Eric Halfvarson en absoluta y alarmante decadencia. Inaudible Muraro como Balducci y muy deficiente el Fieramosca de Holland.
La producción es vistosa con algunos momentos espectaculares. Divertida, alocada, propia de los Monty Python, pero también con momentos excesivos y otros farragosos, con demasiados elementos tanto escénicos como humanos sobre el escenario. Lógicamente, se adaptará mejor o peor según la dimensión del teatro donde se monte.