Nueva corrida de inválidos! Para cuándo un reconocimiento previo, como en los toros, en el que personal facultativo califique a los cantantes de aptos o no aptos para la lidia, .. digo, para la lírica?
Todas las voces modernanmente escasas, con diferentes matices. La Olympia de Durlovski, que fue Rosina hace unos meses, es la única que es suficiente. Como sólo tiene una aria -creo, o poco más- la defiende bien. En Il Barbiere las coloraturas no le salían ni a la de tres pero aquí las trae más trabajadas, ha habido progresión. Se la ovacionó y fue aplaudida al final. Lafont también da bastante bien sus dos pequeños papeles (el padre de Antonia y otro, yo con los personajes de esta obra me pierdo bastante). Otro papel corto, la voz de la madre de Antonia funciona más o menos. Al malo en sus distintos avatares, Vito Priante, no se le oye y cuando se le oye aburre, es puro encaste bajo-barítono. Hoffman, Eric Cutler, es desigual, a veces (pocas) uno dice 'apto por los pelos' y otras (más) 'que se lo lleven y traigan otro'. No es tan soporífero, pero es muy justito. La von Otter, vocalmente ni está ni se la espera, aunque lo compensa siendo muy graciosa en escena. Casi tan graciosa como el Duo Sacapuntas, creo que tengo alguna ternilla aún suelta (en general, da la impresión de que los montajistas creen haber hecho algo graciosísimo y chispeante). Measha B. hace Antonia y Giulietta. Lo de Antonia le queda bonito, maneja sus pocas cartas (no entro en si lo que emite puede calificarse de voz) con habilidad para componer algo, aunque creo que el efecto lo puso el autor y no ella. Como Giulietta todo queda deshilachado. La más abucheada creo que fue la Otter.
La orquesta fue muy aclamada. Al final y en el inicio dela tercera parte. No sé yo si es para tanto, quizás sí. Es obra, como todo el repertorio francés posterior al barroco, que me dice poco. Ni la siento mucho ni la conozco bien y creo que para valorar bien a una orquesta hace falta al menos una de las dos cosas. Les dejo en notable bajo. El coro fue abucheado pero quizás es porque se creyó que eran los figurantes. De todas formas, estuvo bastante mal.
La obra, ya saben, es un lío de autoría. Si no estoy equivocado, Offenbach dejó sólo orquestado un tercio. La barcarolle no la puso él ahí: se le ocurrió la idea a otro de los que después de su muerte metieron mano a la obra. El orden de los actos va bailando, ahora se hace la Antonia en el medio. Yo, quizás porque sé eso, le veo muchas costuras. Además, lo operettístisco, que asoma todo el rato, sobre todo en el prólogo y en el acto de Olympia, no me va. Pero está llena de cosas muy buenas. El acto de Antonia, sobre todo su segunda mitad, es espléndido. El concertante que hay ahí de la madre, la hija y el malo, fue lo mejor, para mí, de la noche.
Se confirma que los registas leen UNELO. Así, por alusiones del formidable forero Tunner, hay gabardinas! Por alusiones del más mustio forero Baldassare, no es que suban a una mesa, es que de una mesa sale gente. Es un rizar el rizo muy fino. Hay que decir que al ser mesas de billar no es tan transgresor. Agotador montaje, con temblores de Warlikowski incluídos, desnudos sin ton ni son, alusión al CBA por los pelos (sólo la estatua de la cafetería) e intromisión del pésimo Últimatum de Pessoa/Alvaro de Campos que si bien es breve (lo embutido es una selección de ese engendro), no deja de ser desagradable (Pessoa me gusta poco, como es natural, pero está mal que se le ponga en uno de sus aspectos más apolillados, dejará una mala impresión a quien no lo conozca). Abucheos habituales a la troupe de parásitos, del nivel de los otorgados a Warlikowski. O quizás mayores, no llevé el abucheometro.
Tengo sólo las dos versiones de Cluytens. Me gusta, especialmente la del 48 (graciosísimo el Frantz de Bourvil), aunque las voces de la otra sean muy superiores. En vivo no la había oído. Siendo un poco reticente, necesitaba que fuera cantada muy bien, lo que no ha sido el caso. El montaje no es el problema, pero sí la puntilla. Casi diría que lo peor es la luz más bien fuerte, le iría mejor un montaje oscuro, como la Alceste que vimos hace poco. Porque la obra es una ensoñación, no? Las ocurrencias arbitrarias en ráfagas (culminado en el Pessoa) es algo que ya no molesta, como las moscas en verano se dan por descontadas.
En fin, otra pena.
_________________ Et O ces voix d'enfants, chantant dans la coupole!
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