Por más que me guste ir al teatro sabiendo poco o nada de la producción, teniendo entradas para la última función de Rusalka lo tenía complicado, así que fui al teatro asumiendo que había dramaturgia paralela, cortes en la música y "trampas" en la traducción.
De acuerdo en que la historia paralela más o menos encaja (aunque sigo sin necesitarla, la ópera ya me cuenta una historia), de acuerdo en que cuando empieza promete y en que hay momentos realmente hermosos en el tercer acto, como el dúo final (¿momento Noche del cazador?), pero la estética de La Cubana mientras escuchaba música de Dvorák me superó; la música iba por un lado y lo que veía iba por otro, pero no tanto por lo que narraba sino por cómo lo narraba. Para mi la escena falla ahí estrepitosamente. Una pena
Dicho sea con todo el respeto para La Cubana, que son una gente muy divertida.