¡Caramba, Zacarías! Es que no da usted tregua en su particular cruzada pro-Mortier... Parece que toda empresa en la que ande metido este buen hombre debería dejarnos epatados forzosamente, sin posibilidad de respirar e incapaces de ofrecer la menor oposición (pues, en caso contrario, enseguida nos pinta usted como paletos sin criterio propio). Y hombre, eso no es así. Me recuerda usted a Don Erre que Erre...
Ahora va a resultar que en España el público "español" tampoco entiende de flamenco. De flamenco, claro, no de
performances aflamencadas. Ha tenido que venir el cosmopolita "belga" --un celtita de nada,
que diría Goscinny-- para enseñárnoslo. Primero nos quiso aleccionar sobre lo que es la verdadera ópera --dejando claro que aquí no sabíamos muy bien de qué se trataba-- y ahora también quiere darnos clase sobre algo tan español como el flamenco, por medio de su comprometido flamenco "protesta"
. Suena todo un poco pretencioso, ¿no? Sobre todo si es verdad, como dice Ángelparsifal, que nuestro querido Mortier dijo lo de "revolucionar" el género (imagino que, más que por Galván, sería porque él mismo estaba por medio: como la idea del espectáculo fue suya...).
He de confesarle, amigo Zacarías, que está resultando ser usted un ejemplo paradigmático de nuevo "afrancesado". ¿O sería mejor decir "belguijizado"
?
Al margen de todo y fuera de bromas, me alegra sobremanera --de verdad-- que el espectáculo de Galván vaya a exportarse. Y deseo que triunfe (también esto es de verdad), lo cual resultará quizá mucho más fácil fuera que aquí, puesto que allí entienden menos de flamenco y es posible que sean más receptivos a lo
konzept...Por cierto: no toda la crítica patria ha sido tan malintencionada como usted afirma cuando habla de "crítica bienintencionada". Y si no pinche
aquí y verá...