gakugeki escribió:
Me permito la jeremiada que sigue porque alguien, como yo, que no aprecia demasiado Tristán e Isolda (me encanta el comentario de Lenz) y lo dice y no lo remedia, se la puede permitir sin colgarse antipaticas ínfulas de superioridad. Tengo los pies de barro.
Igual que el fémur de un megalosaurio fue el primer resorte que permitió reconstruir los esqueletos de los dinosaurios, si de Verdi sólo nos hubiera quedado Falstaff, hubiéramos podido entender lo que fue toda la obra verdiana.
Falstaff es Verdi en cápsula, Verdi condensado, médula de Verdi.
Falstaff es un clado de Otello, Ernani y Boccanegra; una destilación de Ballo, Forza y Trovatore; una filigrana de Aida, Don Carlos y Vespri; una filtración de Attila, I Due Foscari e I Lombardi; una sombra chinesca de Traviata, Luisa Miller y Stiffelio; un lejano relámpago de Monteverdi. Un milagro.
Quien no ama Falstaff, no ama a Verdi, ni al mundo. Aunque esto es hablar por hablar, porque no hay nadie que no ame Falstaff. Sólo hay gente que no la conoce. Ya les llegará el momento.
Venga, a escuchar diez, veinte, cuarenta veces el dúo de Ford y Falstaff, con el monólogo de Ford, hasta que les llegue la iluminación. Escuchen "l'ora è fissata" de Ford. ¿Por qué, si les gusta Don Carlos, no les fascina esto? Unos segundos después, escuchen "o matrimonio: inferno!" ¿Si les gusta Otello, qué tiene esto de difícil? Tras un instante, escuchen su "le corna..." ¿De qué forma es esto menos intenso que Rigoletto? Luego, "laudata sempre sia": ¿hay mayor ebullición lírica en Trovatore? Todo un mundo en breves minutos. ¿Se ha retratado con mayor riqueza el alma de una persona, la ironía de una situación, en la historia de la ópera? Sí. Unas cuarenta veces más. En Falstaff.
Co*o. ¡Qué es muy buena!
Y sí, sé que soy cursi. Por Falstaff eso y más.
Y todo eso antes de las siete de la mañana.