Ascanio in alba.
Serenata teatral en dos actos. K111.
Estrenada en Milán en el Teatro Regio Ducal, el 17 de octubre de 1771 (capicúa), con motivo de las bodas del archiduque Fernando. Mozart cuenta con quince años (angelito
) El texto es de G. Parini.
El poeta Giuseppe Parini.
Personajes.(voces)............Intérpretes estreno
Venus........Soprano...........Geltrude Facchini
Ascanio......Mezzosoprano..Giovanni Manzuoli
Silvia.........Soprano...........Maria Girelli
Acestes......Tenor..............Giuseppe Tebaldi
Fauno........Soprano...........Adamo Solzi
Trama
Ascanio se abrasa en secreto de amor por la ninfa Silvia, alentada por Venus, la cual, como buena madre, teje la urdimbre de esta boda. Silvia, pese a respetar la voluntad divina y animada por “maravilla y respeto” (cita del libreto) hacia el esposo que aún no conoce, confiesa al sacerdote Acestes la turbación que siente desde que un “jovencito de rubia crin” se le ha acercado en sueños, inflamándole el corazón. Entre intermedios de pastores y pastoras, apariciones de genios y ninfas celestes y toda clase de artificios escénicos (en el ballet de las Gracias, los troncos “enguirnaldados” se transmutan en columnas, ¡el “sólido y rico orden arquitectónico” de la futura ciudad de Alba!), aparece Fauno, el cual, con intrigante benevolencia, exalta la belleza de ánimo de Ascanio.
Venus viene de nuevo a resolver la resignada desesperación de Ascanio y el turbamiento de Silva (quien reconoce en él al jovencito de su sueño); la diosa baja a la tierra rasgando nubes con su carro de luz y reúne a los dos amantes, no sin recordarle a su hijo, futuro soberano de Alba, sus deberes como padre de la ciudad.
Arias más importantes
1ª parte
n.3: “L’ombra de‘ rami tuoi” (Venus)
n.8: “Se il labbro più non dice” (Fauno)
n. 14: “Come è felice stato” (Silvia)
n. 16: “Ah, di si nobil alma” (Ascanio)
2ª parte:
n.19: “Spiega il desio” (Silvia)
n.23: “Infelici affetti miei” (Silvia)
n. 25: “Torna, mio bene, ascolta” (Ascanio)
n. 28: “Scendi, celeste Venere” (coro)
n. 31: “Ah, caro sposo, oh Dio!” (terceto)
Notas.
Encargada por María Teresa a través del conde Firmian durante la visita a Milán de octubre de 1770, como homenaje musical para la boda de su hijo el archiduque Fernando con María Beatriz de Módena la serenata teatral
Ascanio in Alba es el capítulo que justifica y domina el segundo viaje a Italia de Mozart de agosto a diciembre de 1771. al poco de llegar a Milán, Mozart comienza la redacción de esta ópera basándose en el texto de una comedia pastoril – alegórica del abate Parini, quien detentaba a la sazón cátedra de retórica: una verdadera “fiesta” barroca trufada de todo tipo de maquinaciones escénicas y artificios teatrales, a través de los cuales se buscaba plasmar la maravilla de la intriga celeste. En doce días, con un cansancio que le rompe los dedos –según dice la leyenda- Mozart pone fin a la partitura: veintidós episodios musicales y ocho ballets ricos en elementos decorativos y movimientos escénicos. Los ensayos con los cantantes transcurrieron en harmonía y sin incidentes (como siempre que estaba presente su admirado castrado Manzuoli), y el estreno resultó un éxito tan rotundo que, en la velada siguiente, la serenata tuvo que ser bisada. El argumento y el libreto, tan generosos en metáforas y alusiones, eran un auténtico homenaje a la vanidad real: María Teresa, lisonjeada, podía identificarse sin esfuerzo en la celeste-intrigante Venus, mientras que la preciosa Beatriz y el purpurado Fernando prestaban cuerpo, voz y emoción a la fresca Silvia y al Ascanio “de las mejillas rosadas”.
La ejecución y el éxito de este estreno teatral presidieron a la celebración de otra célebre “academia” el 22 de noviembre; luego, mientras las academias y las aclamaciones se apagaban como velas de candilejas, a primeros de diciembre los dos Mozart emprenden el camino de regreso.
Orígenes legendarios de Roma
Leyenda de Eneas.
La tradición que se generalizó es ésta. Destruida Troya, los supervivientes Eneas y Antenor emigran. Antenor funda Patavium (Padua). Eneas, hijo de Afrodita y de Anquises, casado con Creusa (desaparecida en el asedio), hija de Príamo y Hécuba (reyes de Troya), llega a Sicilia tras siete años de viaje, con su hijo Ascanio, llevando a hombros a su anciano padre y con sus dioses penates (imágenes de los genios de sus antepasados). Anquises muere y es enterrado en la isla. Llega a Cartago y conoce a Dido, princesa tiria emigrada que ha fundado la ciudad. Se enamoran. Cuando Eneas parte, Dido jura que Cartago será siempre enemiga del linaje de Eneas y se suicida. En Cumas, la sibila Deifobe desvela a Eneas la futura grandeza de su estirpe. Eneas es acogido por el rey Latino y casa con su hija, Lavinia, que rompe su compromiso previo con el rey de los rútulos. En 1176, Eneas con su familia funda Lavinio y ha de guerrear con los rútulos: mata en combate singular a su rey, Turno. Eneas muere ahogado en el río Númico y recibirá culto como "Iovis Indiges" (Júpiter Indígena). En 1152 Ascanio funda Alba Longa. Tiene un hijo (Silvio, "del bosque") que le sucederá como rey de Alba. Tras él, reinan Eneas, Latino, Alba, Atys, Capys, Capeto, Tiberino, Agripa, Rómulo, Aventino y Proca.
Grabaciones que podemos encontrar (No muchas, la verdad
)
Sello Brilliant
Naxos
Philips
Curiosidades
Los festejos por la boda (hábil y minuciosamente descritos por Parini en una amena nota publicada en Milán) parecen la crónica de un carnaval más que un matrimonio: la “entrada solemne” del archiduque, la ceremonia de la catedral, el “concertino” en la corte, el almuerzo público ofrecido a cuatrocientas parejas de casados vestidos para la ocasión, la representación de la ópera
Ruggiero de J.A. Hasse, enriquecida por dos rumbosos ballets y, finalmente, la serenata de Mozart (si bien las fatigas de los pobres novios no terminaron aquí: el cortejo de las máscaras, las carreras de caballos, el “palo de la cucaña” y otras muchas diabluras).
Más allá de dichas curiosidades mundanas, estas nupcias imperiales ofrecen también una intrigante trastienda musical: la confrontación directa, y aún hoy posible, entre música “experimental” de Mozart y la “legítima” del viejo y célebre J.A. Hasse, a quién se había confiado la composición de la ópera oficial para estos esponsales. Dicha confrontación (el personaje más tenso, como era previsible, fue Leopold, quien había seguido el surgimiento de la ópera del concurrente Hasse “nota a nota”, aprendiéndose de memoria todas las arias...) tuvo lugar en el teatro: el 16 de octubre se puso en escena
Ruggero y el 17
Ascanio en Alba. Leopold no cabía de alegría: “Todos los caballeros y la gente nos paraban sin cesar en la calle para felicitar a Wolfgang. En resumidas cuentas: lo siento, pero me complace decir que la serenata ha dejado enana a la ópera de Hasse, y aún me quedo corto.”
Al éxito ante el público y ante la pareja real (tras el cuarto bis, se dice que el archiduque solicitó todavía el “da capo” de dos arias) correspondió con un premio: el habitual reloj, esta vez en oro y diamantes, decorado con un retrato esmaltado de la emperatriz, y sobre todo, la promesa informal, por parte de Fernando, de darle un empleo en la corte.
Maria Teresa de Austria
Los Mozart –tras recepciones, conciertos, “academias” y cartas jocosas a casa- alargaron todavía hasta diciembre su estancia en Milán. Luego se produce el brusco toque de atención de María Teresa a su hijo: “No veo por qué tenéis necesidad de un compositor o de gente inútil (...) Rebaja la calidad del servicio cuando se trata de gente que viaja por el mundo como pordioseros; además, Mozart tiene una gran familia.”
Unos días en Turín, el carnaval de Venecia y luego vuelta a casa, para enfrentarse al destino, que se presenta con la forma del nuevo arzobispo Colloredo.
El arzobispo en cuestión.
Nota He editado el texto porque con las prisas del
cut & paste me dejé el cuerpo central que he colocado con el título en rojo.