Ya me he metido de lleno en Don Quichotte
Hay varias cosas que me gustaría comentar, pero voy esperando a que salgan en tu hasta ahora magnífica exposición.
Spinoza escribió:
Por el momento, los primeros compases nos sumergen de lleno en el alboroto de un día festivo en la plaza central de un pueblo castellano. Ritmos y melodías populares, reconocibles, un tanto tópicamente exagerados por Massenet, castañuelas incluidas, combinados con esos gritos de "Alza!" y "Ole!". Un lenguaje musical plagado de costumbrismo afrancesado que nos da la sensación del alborozo popular en el que se van a enmarcar las acciones posteriores.
No me parece tan tópico, de hecho ese comienzo me ha parecido de lo mejor de la ópera (esas frases como straussianas después de Alza alza). No está tan lejos de Manuel de Falla (que estaba por esos años en París) o de Turina. Es costumbrismo del bueno (como Janacek, en otra tierra). En todo caso el que exagera el color popular es el director de la grabación de Ghiaurov, Plasson lo hace muchísimo más fino.
Spinoza escribió:
El lenguaje musical sigue manteniendo los rasgos habituales de la producción de Massenet, pero el tono con el que trata el argumento se aleja de los grandes dramas decimonónicos,
¿Hasta qué punto absorbió Massenet las influencias de la nueva generación de compositores franceses Ravel o Debussy? Porque musicalmente hay a lo largo de la obra algunos momentos de música que se quiere despegar pero siempre termina volviendo a soluciones que podría haber hecho Massenet 20 años antes, Gounod 40 o Berlioz 60. ¿Estaba Massenet en sus últimos años en contacto con los nuevos compositores? ¿Qué veía en el teatro? ¿Le gustaba?
También la estructura es un sí pero no. Se empeña en dividir la ópera, a pesar de su corta duración, en 5 actos, como si fuera una Grand Opéra, pero sin embargo esos actos se parecen más a escenas debussinianas, a veces incluso con interludios (bellísimos, como el último, antes de la muerte de Don Quijote).
Rupert de Hentzau escribió:
Del "Quijote", el gran mérito de Massenet, y lo que la hace tan conmovedora, es la gran humanidad de los personajes, que, efectivamente, no se convierten en personajes-símbolos, sino en personas de carne y hueso, completamente vulnerables. Como cualquiera de nosotros. Es la visión de un anciano (Massenet) que ya está de vuelta y que conoce bien las debilidades humanas
Yo creo que ése es el mayor mérito de esta ópera. Realmente los personajes respiran. El más logrado, aunque Don Quijote sea muy bueno, para mí es Dulcinea. Decepcionante como musa, fascinante como mujer decadente. Por eso lo que hace Berganza con Plasson es espectacular, a pesar su mermado estado vocal. Berganza es una Dulcinea hastiada de su pequeño mundo. Ya no puede amar y todo divertimento es amargo, cargado. Y sin embargo no se va a la capital a vivir la vida porque allí tendría que ser prostituta y mira, aquí tengo casa, estoy muy bien y ya no tengo cuerpo para esas cosas. Y lo que me encanta de la partitura es que no hay choque violento entre la inocente visión del amor de Don Quijote y la decadente y resabiada Dulcinea. Simplemente una dulce aceptación (y ahí Dulcinea demuestra que todavía puede ser tierna, aunque más como una madre que como una amante), un callado y melancólico despertar.
Y todo eso menos de veinte años después de componer Werther, un inspiradísimo pero sobrecargado melodrama postwagneriano, lleno de tópicos tardorrománticos. Un golpe de genio.