Ayer tuve ocasión de asistir a la primera representación de Lucia en Bilbao. Con la Damrau en el papel de Lucia, y con la representación del MET con Dessay muy fresquita...
Empiezo por el final: me emociono mucho más la Dessay en cine que la Damrau en vivo. Puede tener que ver que en plena locura de Lucia a un fulano o una fulana (mejor esto último, sea cual sea el género del culpable...) le sonó el móvil, rompiendo cualquier hechizo que hubiera podido crear la Damrau...
Voy con mi crónica:
- lo mejor la orquesta y los coros. El tal Carlo Montanaro manejó a la Sinfónica de Navarra, y le sacó un gran rendimiento.
- bien, o mejor dicho, digno, Tezier. Ha interiorizado el rol de malísimo, y se nota. Cierto es que su voz cambia de color según por donde cante, pero creo que lo hizo bien.
- la Damrau empezó con la voz tensa, áspera. Luego fue mejorando, y en su escena lo dió todo. Algo sobreactuada, pero habría que verme a mi si en mitad de mi escena suena un móvil. Lo de Cura en Madrid hubiera parecido el colmo de la buena educación...
- Michael Fabiano cantaba el papel de Edgardo. Voz masculina, pero le ví muy inseguro. Si en vez de cantar un rol tan bonito como este hubiera cantado algo menos agradecido no cabe posibilidad de que le pusiera bien... Aprobadillo ramplón.
- Simon Orfila no me gusta. Teniendo un rol agradecido también (lo es el caso de Raimondo), tiene una voz similar a la de las ovejas. Sus "trinos" me superaron.
- el papel de Lord Arturo lo interpretaba Francisco Corujo, que además debutaba en ABAO. Como estaba en gallinero, penúltima fila, no puedo pronunciarme. Será un gran fichaje para nuestro Chen.
- el resto de comprimarios, pues eso: dignos.
Mención especial para la Direccion de Escena de Sagi. Barata y sugerente, tiene un momento cama-ascensor que no supe interpretar, pero en general no me distrajo, lo que en los tiempos que corren debe ser equivalente a un notable...
En resumen: lo mejor de este viaje, el bacalao al pil pil del Guría a medio día, y la cena post-representación en el Serantes. Ah! Y las copitas en el Churchill. Ahí si que braveé cual tifosi a los camareros.