--------1816, ROMA PIDE UNA NUEVA ÓPERACuenta Ferreti en sus memorias que el 23 de Diciembre de 1816 Rossini tenía prisa por elegir un argumento para darle al empresario del Teatro Valle de Roma, después de que la idea de hacer “Ninetta a la corte” fuese censurada (tal libreto iba acerca de los peligros de la vida cortesana para las jovencitas inocentes; al Papa de entonces, Pio VII, no le gustó la idea). Muchos títulos se pensaron la tarde de aquel día entre el compositor y el libretista pero el elegido fue el de la Cenicienta, pues en tal historia -un cuento para niños- no podría haber nada que censurar. ¡Y sí lo hubo!
La ópera se iba a llamar “Angiolina, ossia la bontà in trionfo” pero resulta que por aquellos dias había una ciudadana romana llamada Angiolina conocida no por ser un dechado de virtudes precisamente, y la ópera pasó a llamarse entonces “Cenerentola, ossia la bontà in trionfo”. Pero no fue todo, dado que la obra tiene una importancia vital en que la protagonista se pruebe el zapatito lo cual habría implicado que la cantante enseñará pie y tobillo en escena, tal cosa se tuvo que cambiar para evitar la censura. Por lo que Ferreti optó por un modo de ver menos mágico y ya que se puso con los cambios, adaptó otras muchas cosas
Podemos hacer un paroncito aquí para ver los cambios argumentales de la Cenerentola en comparación con los cuentos en general y el de Perrault en particular:
Desaparece la madrastra para hacerle sitio a un padrastro, en palabras de Angiolina, lleno de orgullo. El personaje es bastante egoista, pues parece que Ceni tenía una buena herencia que el hombre ha malgastado por comprarle trapitos a sus niñas. Es este otro cambio de guión, pues en ningún cuento aparece que la protagonista tenga dinero de su difunto padre en herencia aunque se supone que tienen buena posición pues han sido invitadas al baile.
El príncipe no está solo en su cometido de buscar esposa, tiene 2 ayudantes: por una parte está el sabio Alidoro (alias, hado madrino) y el ayuda de camara Dandini. Sobre el tutor del principe, aunque no se dice con total claridad por ninguna parte, me tengo hecha la teoria que si trejemaneja tanto es por mandato del difunto rey pues dice Dandini en un momento dado:
“Ahora pues, continuando el discurso
que no he comenzado,
de regreso de mis largos viajes,
y hallando que mi padre,
que ha pasado a mejor vida,
en el momento de morir ordenó
en sus voluntades que me casase,
o si no quedaba desheredado;
he mandado invitar a todo el vecindario,
y si encuentro un bocado delicado,
para mí me lo reservo;
he dicho, he dicho y ahora tomo aliento”.Dice la lógica que el padre de Ramiro tuviera dos dedos de frente y dejara a alguien al cargo de que el príncipe no se casara con la primera crápula que pasara por allí. Lo dejaría el señor escrito por ley, pues dice Ramiro que hay una ley que lo obliga a casarse. Pero el caso es que es el personaje que lo arregla todo para que Ramiro y Angiolina se conozcan, y al ver que -según sus planes- se han enamorado, mueve los hilos para que se reencuentren.
En cuanto a Dandini, contribuye a otro cambio y al duo de voces graves típico del bufonismo; hace de príncipe para que el verdadero pueda cotillear las posibles esposas (pobre reino en chicas, por cierto, solo 3 donde elegir). Así tambien, como ya le pasara al Conde de Almaviva, se puede asegurar Ramiro que Angiolina lo quiere de verdad y no por ser rico.
El cambio más importante, como deciamos por la censura, es el tema del zapato. Es curioso que la única constate de la tradición del cuento, el zapatito perdido, sea lo que esta versión no tiene. En su sitio tenemos que Cenerentola tiene un par de brazaletes y le da uno al príncipe para que sea posible que él la encuentra. Se ve también que en este caso, de nuevo el príncipe es “manipulado”; no tiene bastante con que Alidoro le organice la vida que encima le quitan la opción de buscar a su amada, “toma el brazalete, me buscas y ya hablamos” le dice la protagonista. ¿y si no te quería buscar, qué?
Anyway, este el cambio más obvio de la obra.
--Hecho el apunte, sigamos con Ferreti y Rossini.
Teniendo ya la obra elegida, era cosa de ponerse en marcha, en 24 días tuvo lista la obra el pesarés, y el romano tuvo apunto el libreto en 22 días. Hay alguna anecdota divertida sobre los días de composición, como que el aria final de la protagonista era conocida como el “aria dei rizzi” porque en Italia había costumbre de comer recien hecho el arroz y al entrar en donde estaba durmiendo Rossini, le preguntó el responsable “¿echo ya el arroz?” a lo que Rossini asintió y para cuando se había cocido, él ya tenía la pieza compuesta (se podría decir y mucho sobre Rossini en cuanto a como componía; que sea todo verdad... eso ya es otra historia....). También era famoso el hecho de que componía con todos los amigos en casa, con mucho ruido en la habitación. Pero bueno, el caso es que 2 dias antes del estreno estuvo lista (con un poco de ayuda de Luca Agolini, que se encargó de los recitativos, un par de arias y un coro) la obra. Decía Ferreti en aquellos momentos:
«Conosco la mediocrità de’miei versi non ritornati sull’incude:
ma ho la fortuna di consegnarli al moderno Prometeo
dell’armonia, che saprà scaldarli con la favilla del sole»Parecía que sería un éxito. La obra seguía los valores clásicos, con un par de personajes serios (Ramiro y Angiolina), un “Deus ex machina” (Alidoro) y el resto de personajes puramente buffos (Don Magnifico, Dandidni, y las hermanastras), con la chispeante música de Rossini y una revisión de un cuento conocido. Pero se torció un poco el asunto....