(Perdonad que la crónica vaya con otros comentarios de otras funciones que ya tienen su hilo, pero es que es en el fondo una respuesta en la tertulia y creo que puede servir para hablar sobre la función aquí. Comentar sólo respecto a lo que se ha comentado en este foro sobre capriccio que soy de la opinión de que es un libretto extraordinario aunque la función no haya sido sobresaliente.)
Pues Balstrode, me ha decepcionado un poco esta Die Walküre. No es una mala representación ni mucho menos, recomiendo a todo el que pueda acercarse a verla en el cine, pero quizás mis expectativas eran demasiado altas.
Se esperaba con mucha expectación la producción de la que dicen que es la más cara de la historia de la ópera. Entre el público se encontraba la grandísima Jessey Norman. No me ha gustado mucho, no se puede decir que sea una castaña, pero los millones de dólares empleados no lucen como deberían. Se sigue con el mamotreto ese gigante, que son unas enormes teclas de piano piano que son semi triangulares y que pueden hacer que el escenario sea plano, plano elevado, perpendicular, cóncavo, convexo, vertical y tener una panorámica desde arriba de la escena con el cantante (o doble como al final agarrado con arneses) y en donde se proyectan imágenes.
Al final se queda en algunos momentos breves muy espectaculares pero con el mayor porcentaje de la representación con ese mamotreto sin sacarle demasiado partido. Es como si el interés de la puesta en escena radicara, en vez de potenciar el drama, en ver el ingenio del director de escena en cómo saca el partido a la gigantesca maquinaria, contando la escenografía siempre con los mismos elementos. Es como una dificultad impuesta que no era estrictamente necesaria. Lástima de dinero. Toda la pasta de esta producción ha salido de la familia Ziff, no sé si estarán muy contentos. Además aunque el oro me gustó bastante y el final fue grandioso, creo que cuando se vea el anillo completo totalmente seguido o cambia mucho la cosa o puede resultar verdaderamente cansino.
La dirección musical era de Levine, un director de máximo prestigio en USA, ya muy mayor, dirigiendo una de las obras que mejor le ha quedado. Ya sabemos que Levine suele emplear tiempos lentos en Wagner, pero estos son muy peligrosos, especialmente en una obra que requiere un ritmo teatral como el anillo. O te queda grandilocuente, hermoso y transcendental o caes en el aburrimiento. Hubo momentos realmente expléndidos pero algunos fueron un poco tediosos.
El reparto era difícilmente mejorable, aunque tuvo sus peros. Algo falla en una Die Walküre si la cantante femenina que se lleva más ovaciones, por muy bien que haya estado, sea la Fricka. Stephany Blythe estuvo inconmensurable, con una voz poderosísima como pocas veces se pueden escuchar en tiempos actuales, pero dejaba a sus compañeros de reparto algo empequeñecidos. Voigt no estuvo mal del todo, era la que más peros le ponía antes de la representación y sacó adelante el papel, aunque no está para muchos trotes y en los momentos exigentes las pasa canutas, con un timbre además que no es demasiado bello y parece algo envejecido. Se pegó la pobre un guarrazo inmenso nada más salir al intentar trepar por las teclas de piano que en ese momento estaban en curva. Disimuló como pudo.
Westbroek estaba algo indispuesta, algo que ya comentábamos en el intermedio con algún amigo que también la había escuchado escuchado en Valencia y se había percatado que no sonaba con la amplitud del anillo de la Fura. La sustituta sacó el papel sin destacar tampoco gran cosa.
Pocos peros se pueden poner al reparto masculino, con un Kaufmann con la emisión algo engolada como ya sabemos, lo que le resta algo de sonoridad, pero con un timbre que resulta bello con cierta oscuridad y dramatismo muy apropiado a Siegmund y cantando con una expresión muy acertada en todo momento. No es un Siegmund que canta desgañitándose sino matizando con un fantástico alemán. Muy bien. También estuvo a gran altura Terfel, una de las mejores opciones del momento aunque pasó sus apuros al final. Pero también es de los que en vez de gritar, dicen, expresan. Más monolítico pero con una voz fantástica, Köning, que destacó también como Hunding y completó un cast masculino de altura.
En resumen, una producción costosísima que no termina de funcionar, una dirección algo pesada de Levine y un reparto masculino muy interesante junto a una excelente Fricka. Función que hay que ir a ver al cine pese a los defectos apuntados, quizás a la producción se le saque más partido mostrando planos generales de los momentos espectaculares y pasando el tiempo más rápido cuando no sucede nada a través de primeros planos.
Por otro lado, tampoco ninguna de las otras producciones que he visto ha sido inolvidable. Todas han tenido muy buen nivel general pero ninguna ha sido descollante.
El Ory muy bien cantando por Flórez, Damrau y Di Donato también me pareció un poco lastrado por la aburrida dirección musical. Luego tuvimos la cena con el tenor que organizamos con los florecidos.
El Capricco estuvo bien, pero fue muy flojo el director Peter Rose como La Roche y Fleming aunque cantó bien, su actuación fue poco convincente, con una escenita muy forzada acariciándose el cuerpo con una rosa donde quedó ridícula y muy incómoda cantando con el arpa encima. Tendría que ensayar y corregir muchas cosas en el lado escénico. Genial el tenor italiano. Dirección musical también un tanto floja, buena y clásica producción, sólo con cambio de época.
El trovador fue bastante bueno, la producción no valía nada, pero Radvanovsky estuvo extraordinaria. Dice Rubini que la ponían a parir, no lo entiendo, es de lo que más me ha gustado de todo lo que he visto en el Met y realmente el teatro se venía abajo con sus actuaciones. Puede que hay alguna estridencia en algún agudo y que no era un ejemplo de italianidad, pero una voz impresionante que se escuchaba con una potencia impresionante, estaba en el último piso. Era además capaz de hacer unos pianísimos extraordinarios, auténticos hilos de voz, que se escuchaban en las alturas de forma nítida y preciosa. En mi opinión la mejor opción para Leonora y con muchísima diferencia a la segunda opción. ¿Cuál es? Bravísima. Zajick se mostró en forma con una voz también muy potente y con esos graves de pecho tan impactantes. Alvarez luchó como pudo contra las exigencias del papel, pira muy deslucida medio tono bajada. La pira se va a quedar en cantar unas frases, pegar unos cuantos abrazos al coro y luego dar un grito. Muy bien sin embargo en algunos momentos con algunas frases apasionadas y bellas, especialmente cuando no había muchos agudos que son totalmente abiertos. Hvorostovsky a pesar de algunas limitaciones de emisión me pareció mucho mejor que los últimos conde de luna que había visto en el Covent y en el Real y de cuyo nombre no me quiero ni acordar. Al menos este cantante tiene una línea de canto interesante y es capaz de ligar y ofrecer fiatos inmensos.
Quizás este trovador me gustó más que otras funciones porque venía eufórico de la celebración de la copa, de la que no me dejaban irme de la peña madridista de NYC, estaban invitándome a unos tequilas y me hubiese quedado gustoso pero tenía la entrada de un amigo que venía desde Puerto Rico. Fue mi debut en el Met, bueno en las cercanías del met y canté dos piezas, una de ellas operísticas, aunque cambiando la letra. (Para más pistas algo que canta el tenor de Rigoletto)
Muy divertido The Book of Mormon, espectáculo de moda en Broadway que me recomendó un amigo especialista en estos eventos. Es un musical de los creadores de South Park, la música aunque es muy agradable no es lo más importante. Es una comedia no apta para niños que no tiene nada que ver con los dibujos animados pero destila en cierta manera un humor parecido. Tenía delante al actor Cristian Slater acompañado de una veinteañera buenorra y se rió y aplaudió como un loco. En general todo el teatro se reía a carcajadas ya que es realmente divertido y la interpretación, especialmente de los 2 protagonistas, fue inmejorable.
Para Rigolier y otros amantes del ajedrez comentarle que fui a jugar al Washinton Square Park, parque de mucha tradición ajedrecista y donde se puede ir a jugar partidas donde se hacen apuestas por dinero. Allí juegan jugadores normalmente de color, ya algo mayores, que pertenecen al Manhatann Chess Club, el club de ajedrez más importante del mundo y donde el legendario Capablanca dio grandiosas lecciones de ajedrez. Son jugadores de un nivel altísimo que han dejado de jugar torneos internacionales y pasan allí buenos ratos mientras sacan algo de pasta. Jugué con uno 2 partidas a 3 dólares winner, me sopló los 6 dólares y luego me estuvo contando los torneos que había jugado y un poco su vida en general. Muy interesante.
Aunque todas las funciones han sido buenas, alguna ha defraudado un poco, pero lo que no defrauda nunca es la ciudad Nueva York, es imposible aburrirte, y esa final de copa…
Última edición por Le Gouverneur el 25 Abr 2011 3:26, editado 1 vez en total
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