Yo también anduve por allí. La verdad que cuando salió el director del teatro a anunciar cancelaciones dio miedo... Lo que no entiendo es lo de "ola de frío y humedad" que, decía, había provocado la cancelación, porque las temperaturas fueron más bien altas. Aún así, un detalle que sea el mismo director el que salga a anunciarlo, micrófono en mano, y no por megafonía o con el clásico cartelito.
De la función lo mejor para mí, sin duda, la dirección de Zubin Mehta. A veces parece metido demasiado en la rutina, pero deja unos detalles de genio, y el nivel medio de toda la función, el empaste de la orquesta, la atención a los cantantes... es un placer enorme escucharlo siempre. Una atmósfera maravillosa en el tercer acto, una tensión dramática y un sentido del drama admirable. De los mejores momentos, un crescendo de los que te deja temblando previo al "Vittoria, vittoria!!"... que Fraccaro se encargó de arruinar nada más abrió la boca.
De los cantantes fantástica Urmana, aunque los agudos muchas veces se le notaban forzados, y algunos incluso gritados, pero en general una cantante con personalidad y poderío, fraseando de maravilla y dominando bastante bien el papel.
De Fraccaro sólo había leído por aquí críticas... y ahora lo entiendo todo. Y es el que se supone que nos va a cantar el Don Carlo en Sevilla...
Es un desastre, en cuanto pasa a la zona un poco aguda se le estrangula el sonido y es desagradabilísimo, pero en fin... Y el director lo anunció como uno que va para figura, que venía de Zurich, que tenía firmadas más óperas para Florencia y más sitios importantes... Ay...
Y Raimondi... pues si a sus habituales problemas de entonación se le unen los 70 años... `pues eso. Hizo lo que le dio la gana, inventándose a veces las notas, desafinando otras, gritando a veces... y alguna vez incluso cantando. Pero vamos, que al menos tiene voz y tablas, que el tenor ni eso. Al menos dejó un personaje creíble, y algún que otro detalle de buen cantante.
Pero vamos, que yo, entre Mehta y Urmana, disfruté una barbaridad. Y el resto, aunque no bueno, no fue ni mucho menos lo insufrible o irritante de otros muchos que muchas veces toca sufrir. Para mí, una buena función, muy disfrutable.