Yo estuve viendo este
Rheingold en Los Prados (Oviedo), y no hubo incidentes en la retransmisión, sólo dos brevisísimas interrupciones de imagen y sonido que no representaron impedimento alguno; con todo, los responsables de la sala decidieron devolver el dinero de las entradas ó bien ofrecer una entrada gratis para cualquiera de las siguientes retransmisiones desde el Met. Nos trataron con guante blanco, desde luego
. La sala estaba llena, con muchos habituales de estas retransmisiones, ya provistos de los correspondientes abonos para esta temporada (¡también yo!).
La verdad es que disfruté mucho, con una producción espectacular que habría encantado al propio Wagner, por cuanto posibilita efectos que sólo eran realizables en la imaginación del compositor, y jamás con la
cartonpiedrez de la época que le tocó vivir a Herr Richard.
El complicado dispositivo escénico, esos enormes paneles verticales, casi unas gigantescas "teclas de piano", permite combinaciones muy diversas, desde una pared completamente vertical ante la que nadan las Hijas del Rhin, una escalera de bajada al Nibelheim, una rampa por la que bajan echados boca abajo sobre patinetes Freia, Froh y Donner, dos plataformas abatibles a los lados para la aparición de Fafner y Fasolt, un estilizado castillo con dos torres representando el Walhalla… y lo que nos queda por ver en el resto del
Anillo, donde sin duda sacarán todo el partido posible a un montaje que ofrece gran variedad de posibilidades. En el debe, mejorar el dominio de tan sofisticada maquinaria escénica, que a veces limitaba a los cantantes, pues no debe ser muy tranquilizador cantar colgado de un cable aunque te juren que es seguro, o tener que caminar hacia atrás por una rampa (no había más que ver lo mal que le salía a Richard Croft). Algunos efectos de iluminación fueron discutibles, como el arcoiris, que tuvo un colorido sorprendentemente poco sutil, de neones de puticlub ó luces de discoteca.
Estuvo muy bien la entrevista previa de Deborah Voigt (futura Brunnhilde para
Walküre) a Bryn Terfel, así como el reportaje de los ensayos, con las tres Hijas del Rin familiarizándose con la maquinaria escénica. No faltaron las expresiones de horror de alguna de las cantantes al ver los arneses y los cables que iban a suspenderlas en escena. Las caras eran como "¿… y de verdad que tengo que cantar así?"
Coincido con Le Gouverneur en que el nivel de la representación fue muy alto, con una orquesta que sonó bien y un reparto que podría calificarse de homogéneo.
–Me gustó
Bryn Terfel como Wotan por su adecuación al personaje, aunque resultó horrible un agudo del principio. Si lo comparo con el Wotan de René Pape en el
Oro de la pasada apertura de temporada en La Scala, Terfel gana con una gran diferencia. Y conste que Pape me encanta, pero se le veía con un miedo que el galés no tiene, o no trasluce. Problemas aparte, realmente bien.
–
Stephanie Blythe fue una estupenda Fricka, super–super–matrona del panteón de los dioses germánicos
. Me gustaron en sus papeles
Wendy Bryn Harmer y
Adam Diegel, Freia y Froh respectivamente, adecuados hasta en lo físico.
–En el apartado de voces graves masculinas (una de mis debilidades, ya se sabe
), me quedo con
Eric Owens como Alberich y el Fasolt no exento de nobleza y melancolía de
Franz Josef Selig, estupendo Séneca en la
Poppea de la pasada temporada del Liceu. Y una mención muy especial al Donner de
Dwayne Croft, que sonó de maravilla en su preciosa invocación a las nubes y el trueno.
–
Patricia Bardon hizo una Erda correcta, pero se echaban de menos unos graves poderosos. De las tres Hijas del Rin destaco la intervención de la mezzo
Tamara Mumford como Flosshilde.
Para mí fue una gran velada, que hace esperar mucho del
Anillo del Met. Tengo curiosidad por lo que nos depare
Die Walküre anunciada para su retransmisión en mayo de 2011.
Como colofón: ¿alguien sigue pensando que Carestini es antiwagneriano?