Bueno, he aquí el comentario a la escena final del Boris:
Track 10: Un gran tumulto orquestal y escénico nos pone en situación... el falso Dmitri está marchando sobre Moscú (atención a la música del comienzo, con muchos paralelismos con la música asociada con el policía del Prólogo). El coro representa al pueblo, aprovechándose como mejor puede de la anarquía. En 2:05, un momento de calma, los metales emiten una nota sostenida para dar entrada al coro de mujeres en pianissimo (2:16 –admirable el coro del Bolshoi, una vez más). Se une el resto del coro y la escena vuelve a ser un caos. En 3:15 nuevamente un silencio, el coro en pianissimo (mecido por el sonido de las cuerdas) y nuevamente el coro entra al completo con fuerza.
En estas continuas tensiones y distensiones (me encanta cuando en 4:29 entran los flautines y en 4:33 las trompetas, formando una especie de grotesca marcha/chacona), entran Missail y Varlaam (5:04) con un canto burlonamente solemne. En 6:17 se forma una especie de fuga con el coro y Missail y Varlaam formando de nuevo un controlado caos musical...
Track 11: interrumpido por las voces, a lo lejos de unos Jesuitas cantando en Latín y alabando a Dmitri. Missail y Varlaam incitan (1:26) al pueblo a ahorcarlos. Atención a la contraposición entre el canto solemne de los jesuitas y el anárquico del pueblo. Y lo curioso es que, incluso cuando los llevan a la horca, los jesuitas claman en latín (2:23),
...este detalle siempre me hizo mucha gracia, además del mérito compositivo de hacer cantar a los jesuitas, las imprecaciones de Varlaam y el canto del pueblo simultáneamente en un contrapunto casi salvaje.
Unas rápidas escalas (3:08 ) y el redoble de los tambores nos anuncian la llegada a bombo y platillo (nunca mejor dicho) de Dmitri, ante el clamor del pueblo (quien, no hace nada, aclamaba a Boris...)
Track 12: Oimos por última vez a Dmitri...
"¡Nos, Dimitri Ivanovich,
por la gracia de Dios
zar de todas las Rusias,
príncipe heredero de nuestros antepasados,
llamamos a todos los perseguidos por Boris
y os prometemos clemencia y protección!"
Me encanta (00:40) todas esas frases de Dmitri (en una tesitura bastante complicada, por cierto) después de que alguien le haga la pelota. Y en 1:23, atención a esa especie de marcha triunfal de Aida (siempre me la recordó) que acaba en la nada, en la desolación del canto del idiota:
"Brotad, brotad, lágrimas amargas!
¡Llora, llora, alma creyente!
Pronto vendrá el enemigo
y la oscuridad caerá.
Negra oscuridad,
tinieblas insondables.
¡Ay, ay de Rusia!
¡Llora, pueblo ruso, pueblo hambriento!"
Atención a Kozlovsky, dándole a lo que canta su justa medida, ese tono entre lastimero e inocente (aparte de lo bien emitidos que están los agudos, claro). La ópera se encamina a su fin, la melodía se va apagando y la voz del idiota despareciendo...la orquesta (3:29) nos repite su tema de manera ominosa, como indicando las tinieblas en las que se va a sumergir Rusia de ahora en adelante. La melodía pasa de unos instrumentos a otros hasta desaparecer en esa especie de bajo continuo obsesivo que la acompaña. Las cuerdas graves y luego la nada.
Perdón si no es lo que esperábais, pero he hecho lo que he podido, que no estaba inspirado...