ACTO II:
(En el que entendemos qué c****** tenía que ver el ACTO I con el ORO)
EL Acto empieza con el Leitmotiv de la huida de Siegmund y Sieglinde al que sigue el de la Walkyria. En la roca de las Walkyrias tenemos de nuevo a Wotan, diciéndole a Brünhilde, la Walkyria que da título a la obra e hija de Wotan (al igual que Siegmund), que embride su corcel , vaya a proteger a Siegmund y mande a Hunding al infierno más hondo.
Brünhilde, loca de alegría se pone a saltar de peñasco en peñasco cantando su grito de guerra (si hacemos caso a los que piden producciones ajustadas al libreto, a la Nilsson habría que ponerle un teleférico para que fuese de peñasco en peñasco...
), cuando vislumbra a Fricka, la mujer de Wotan viniendo hecha una furia.
-Papa, me piro, que tu jefa viene que da miedo verla y hay mucha vajilla a mano.
Se va Brünhilde y llega Fricka, clamando por Hunding..."pero esto qué es? soy la diosa del matrimonio y tu hijo anda por ahí levantándole la mujer a otro que es, además, su propia hermana!". Wotan le intenta dar esquinazo verbal, pero Fricka no es mujer a la que se pueda dejar sin contestación y clama (en uno de mis momentos favoritos de la obra):
-"Cuándo se ha visto que dos hermanos se amen??"
A lo que Wotan responde:
-"HOY lo has visto". (me encanta, es casi un himno a la tolerancia)
El caso es que Fricka no cede y le echa en cara a Wotan que, aún por encima de andar por ahí teniendo hijos con otras (estilo Zeus), permite que sus hijos la deshonren, vulnerando los principios básicos del matrimonio. Wotan le insinúa que Siegmund tiene un papel muy relevante que cumplir, pero ella sigue erre que erre y le dice:
-Mira, majo, tu hijo se ha pasado de listo y ahora Hunding está más que justificado para darle estopa...júrame que no lo protegerás...quítale la espada que le has dado.
Wotan empieza a pasarlo mal..."él se ganó esa espada", dice, pero Fricka replica "sí, pero fuiste tú quien la clavó para él...no le protejas".
Wotan cede: "Vale, no le protegeré"...pero Fricka conoce muy bien a su marido..."sí, pero que la Walkyria tampoco le ayude".
Ahí sí que Fricka agarra por los h***** a Wotan..."no puedo hacer eso, él encontró mi espada, él es mi hijo...".
Pero Fricka le da el golpe final..."qué sería de nosotros si permitiésemos que los hombres se nos subiesen a las barbas, eh? permitirás que un mortal deshonre a tu mujer, eh? niégale la victoria! que Hunding se cobre venganza" Lo juras?".
"Lo juro" -dice Wotan (aquí, Hotter hacía como un susurro, absolutamente espeluznante).
Ya tenemos montado el escenario para el segundo clímax de la obra: Wotan acaba de jurar que no va a impedir que Siegmund muera a manos de Hunding, como expiación por su "pecado" de haberle levantado a su mujer.
Brünhilde vuelve y se encuentra con un Wotan desesperado por lo que acaba de jurar y le pregunta que qué pasa.
Wotan se confiesa: él sabe que el día que Alberich recupere el anillo, el ocaso de los dioses estará cerca. Ese anillo lo sigue teniendo Fafner, quien vive ahora en una caverna, en medio del bosque, consumido por el Anillo, convertido en un ser monstruoso.
El caso es que Wotan, como muy bien han explicado jalu y brunilda, está sujeto a los pactos que hace, de modo que él no puede arrebatarle el anillo a Fafner (porque él mismo se lo ha dado!! véase "El oro del Rhin"). Por eso necesita a alguien que no le deba nada a Wotan, alguien libre, para que se lo arrebate. Por eso crió a Siegmund, para que un día fuese él quien le quitase el anillo a Fafner.
Pero ahora todo se ha ido al garete...Siegmund morirá y es probable que Alberich consiga el anillo. Wotan revela que Erda (véase el Oro del Rhin) le ha profetizado que en el momento en el que Alberich tenga un hijo, el fin de los dioses estará cerca. Y Alberich, se ha enterado Wotan, va a tener un hijo (del que tendremos noticias en el Ocaso de los Dioses).
-"En fin, mi niña" -dice Wotan a Brünhilde- "no ayudes a Siegmund hoy, que muera a manos de Hunding...ya nada vale la pena...todo se ha acabado"
Brünhilde grita: "Estás loco?? no me puedes pedir que mate a tu hijo!!"
Wotan se enfada y le grita:
WOTAN
¡Ah, insolente!
¿Atentas contra mí?
¿Quién eres, sino de mi voluntad
la ciega expresión?
¿Al deliberar contigo
he caído tan bajo
que he llegado a ser insultado
por mi propia criatura?
¿Conoces, hija, mi cólera?
¡Tu valor desaparecerá
si un día mis rayos,
aniquiladores,
se precipitan sobre ti!
En mi pecho cobijo la rabia
que arroja al horror y a la nada
un mundo cuya sonrisa
una vez me complació. (me encantan estos versos)
¡Ay de aquel que la provoque!
¡Su desafío le traerá desgracia!
Por eso te aconsejo:
¡no me irrites!
¡Ejecuta lo que te he ordenado!
¡Caiga Siegmund!
¡Sea esta la obra de la walkyria!"
Y se marcha entre truenos y relámpagos. La Walkyria queda sola en el escenario, se arma y se dirige a anunciarle a Siegmund que hoy es su día, el día de su muerte...
(CONTINUARÁ)[/b]