Gracias por los ánimos
Spi, la palabra
fijo en un hilo sobre Supervía...
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El casting
Tiene dos minutos para convencernos</center>
Vamos a empezar fuerte.
En la introducción prometí una zambullida en su voz y su estilo. No se me ocurre mejor forma que el aria de Carceleras de las Hijas del Cebedeo (Ruperto Chapí), sin duda una de sus mejores grabaciones. Para los que se inicien en su voz, vaya tarjeta de visita. Para los escépticos, tratamiento de choque. Para los convencidos, fiesta.
El comentario que hago es totalmente superfluo. Puede servir para reflexionar sobre cómo consigue los efectos extraordinarios que oímos. Pero lo alucinante en Supervía es la naturalidad de su canto, la facilidad extrema con la que maneja el sonido, la ligereza del acento y la empatía del fraseo. En otro post comentaré un poco más en general su voz, pero ésta me parecía una buena introducción.
Tiene dos minutos para convencernos. ¿Lo hará?
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Dedicado a Hektor_fanCallas, que le encanta
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Supervía comienza en una media voz, afinando el timbre, con una ligereza que le permite una dicción perfecta y un acento naturalísimo (ambos rasgos dominan toda la audición), para culminar la frase con el sutilísimo grupeto de
amore-e-es (00:20). Para contrastar (qué es el canto sino contraste), cómo colorea el
siento (00:22) cargando la emisión (con el sugerente golpecito inicial), para volver a aligerar en
mareos. En la “o” de
encantadores vemos sin embargo cómo el timbre pierde cuerpo en la zona más aguda. Progresivamente en las dos frases siguientes, con una mezcla de color y acento, va intensificando el fraseo hasta presentarnos, en su versión más agresiva, su registro grave (
que me marea 00:38...), de nuevo con el golpecito enfático (ya hablaremos largo y tendido de su registro grave
). El fraseo chulesco (ese
picaronazzzo), la paleta de color y las agilidades resueltas con extrema naturalidad han hecho su aparición en la primera estrofa. A mí sí que me tiene mareao.
En el fraseo rápido (00:49) el timbre pierde algo de brillo, pero la acentuación es impecable, martilleando cada sílaba. La zona aguda mucho mejor (el último
salero, 00:55, liberadito y controlado). MAGISTRAL en la dos frases siguientes (00:56...): la primera en forte (
porque roba corazones), la segunda a media voz (
con su gracia y su salero),
por no hablar del precioso grupeto en ro-o-o-ba (eso es facilidad). Cumpliendo con la máxima del canto: si se repite dos veces lo mismo...¿por qué hacerlo igual?
A los tres primeros
saleros agudos del principio les responden otros tres graves (1:02) en las antípodas de su voz, de nuevo su grave carnoso y carnal, potentísimo, el último de ellos lanzado con infinita agresividad. Así ataca la segunda estrofa central, sobre la misma melodía (1:07). Brutal cómo afila el acento en el crescendo de los tres
las ganas (1:12), para después repetir la frase aligerando la emisión, regalando el grupetín en
mu-u-chas (1:13) y adoptando un maravilloso acento burlón (1:14). Y después de la burla cierra volviendo al pecho de batalla (1:19) y al acento fiero (¡ese
quieren!), para responder de nuevo a la triple repetición inicial de
las ganas, esta vez, hasta abrir el grave enfáticamente en el último de ellos (efectazo, 1:22). Y para cerrar, el ralentando sobre la misma frase, enfatizando cada sílaba y haciendo volar el último
las ganas, en un efecto de nuevo casi mágico (1:25). Precioso, como es habitual en ella, el paso al registro grave en la última palabra, gradual y regulando. No nos deja con las ganas precisamente. Lo hace TODO. En la misma tónica aborda la última estrofa, diferenciando perfectamente los dos
ay, el primero suspirado con portamento (1:32) y el segundo intensificado sobre el grave (1:35). El fraseo cada vez más acelerado e intenso lleva a...
ESA ESCALA FINAL, que define en una sola frase la voz de Supervía (1:45...). Atentos, un solo fiato de 15 segundos que lo dice todo. Vamos a diseccionarlo. Lo ataca en un ligero crescendo sobre su centro vocal, para construir la primera escala de coloratura (perfectamente ligada, cada nota pegadita a la otra con una suavidad impresionante) hacia el grave, a la vez regulando el sonido, hasta que la escalera encuentra
sin choque el registro de pecho (1:48 ), alarga la nota, la regula (1:50!), y vuelve a bajar en escala hacia el grave cargando y descargando la emisión con extraordinaria facilidad para dar efecto de messa di voce (1:54), para terminar sosteniendo la última nota en media voz, sin ninguna muestra de tensión. (Respiro, y ella también). Tras tomar aire, un sonoro
ay construido sobre el registro de pecho (2:02), y el agudo final sobre la “o”, algo pobre de sonoridad (el agudo no es ni de lejos lo mejor de su voz) pero sin problema aparente.
Más allá de la exhibición técnica que hace, lo maravilloso es cómo pone todos los recursos vocales al servicio de una expresividad imaginativa, siempre cambiante, llena de color y variaciones. Es una concepción del canto como juego, como comunicación, como LUZ. Espero que lo hayáis disfrutado. Y esto es sólo la puerta de entrada
¿Tiene el factor Ñ?