Comienzo pidiendo perdón a quien ya le raya el tema éste de Tunner (que no es para menos), pero en conciencia (y después de perderme toda la película) algo quisiera decir. Ignoro si, en estos momentos en que redacto estas líneas, Carl Tunner ha sido ya baneado, aunque todo indica que es algo inminente.
Por supuesto que apoyo a la moderación en la ejecución de su advertencia, dado que de otro modo quedaría totalmente autodesautorizada. Y, lo haga mejor o peor, dado que es la moderación de que los foreros nos hemos dotado, ha de hacerse valer y lo que consensuadamente opine ha de ir a misa. Si las claves y los cllicks les dan la potestas, su legitimidad democrática les otorga la auctoritas.
Cosa distinta es que yo, personalmente, discrepe de su colegiada decisión. Y lo hago por dos razones. Compartiendo absolutamente que la libertad de expresión es un derecho limitado, no creo, en conciencia, que Carl Tunner haya transgredido esos límites ni con lo de la basura ni con lo de la falange. Y en segundo lugar, el criterio acumulativo que ha parecido seguir la moderación me siembra alguna duda.
No soy un fan de Carl Tunner. Ha padecido, yo lo sé, reacciones falangistas (en el sentido con que él usa el término) por el ejercicio de su libertad como aficionado de ópera, pero en mi opinión, la autoconsideración (suya y de otros) de verdadera voz y criterio de su ciudad, de auténtica prueba del algodón de su teatro (sin cuyo beneplácito el éxito o no es posible o sólo es fruto de una pandémica ignorancia), también me parece, en ese mismo sentido, falangista. Pero ello no quita para que respete mucho su fundamentadísimo criterio (mucho más fundamentado que el mío propio, a mi parecer) y en algún sentido chulapón (uno es fan total de Teresa Berganza, y eso marca) me haga gracia su personaje. Un personaje cuya virtualidad puede ser quebrada, como la de todos, por un comportamiento, digamos, asocial. Y es verdad que le gusta jugar al límite, es verdad que tiene un carácter provocador y es verdad que en ocasiones se ha excedido (menospreciando la calidad discursiva del foro como un lugar de de seguidismo y pañitos calientes; creo recordar que en aquella ocasión yo mismo le exigí que se disculpara y lo hizo), pero personalmente, esto del baneo me parece un tanto excesivo.
Fundamentalmente porque, como creo entender a la moderación, esto no se suscita por los excesos, mayores o menores, de este hilo, sino por un carácter continuado del modo de hablar "tunnerista". Y ello no me termina de convencer, porque difumina la delimitación de los argumentos de cargo contra un forero (lo que Sharpless y Tunner llamarían principio acusatorio). Este plan de "te baneo", "por esto?", "no, por esto no, por todo", "ah, pues vale" creo que genera cierta indefensión, porque no se sabe dónde comienza y dónde termina todo. Seguro que hay gente a las que no les hacen gracia las formas de la bicharraca o de Gino (los pongo de ejemplos bajo mi total convencimiento de que no les importa) o las mías propias cuando llamo Rafa Mora a Giuseppe di Stefano o dije que el mejor papel de Tito Gobbi era Nina Micheltorena. Pero tendría serias objeciones a que nada de lo anterior se usara como argumento de cargo, tras no hacerlo en su momento, en alguna discusión posterior contra mí o algún otro de los foreros mencionados. Desde mi reiteración por el reconocimiento de la auctoritas y la potestas de la moderación, sugiero humildemente alguna reflexión en ese sentido.
Créanme que escribir este post me ha resultado muy difícil. Mucho.
_________________ Die Wahrheit ist bei mir, Mandryka.
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