Nazzareno de Angelis ( 1881 - 1962)
Uno de los más grandes bajos de todos los tiempos, pasados, presentes y futuros. Una de las voces de bajo profundo más impactantes que se hayan oido en todos los tiempos.
Nació en L'Aquila, el 17 de Noviembre de 1881, empezó cantando de niño en un coro infantil, y dada la potencia de su voz, pronto encontraría un puesto en la capella Giulia en la mismísima Capilla Sixtina.
Pronto dejaría el coro y estudiaría con el profesor Fabri en la Academia de Santa Cecilia, en Roma. Al principio habían problemas en determinar su voz, pues tenía partes de barítono y bajo. Pero se decidió por esta última tesitura, pues se vio que su registro alto se movía más libremente si cantaba como bajo.
Debutó en 1903, en Linda di Chamounix, como el prefecto, en L'Aquila. En Julio el teatro Quirino de Roma le fichó para el Oroveso de Norma. Y después estaba ya en un Hamlet frente a Battistini y Barrientos.
En 1905 estuvo cantando por Holanda, y en 1911 en Chicago. En 1907 debutó en la Scala, y en 1913 estrenaría L'amore di tre Re, de Montemezzi. De 1915 a 1920 cantó en Europa principalmente.
A partir de los años 30, su voz entró en decadencia, y se retiró de la escena en 1939, pero dando algún que otro recital hasta entrados los años 40.
Después dividiría su tiempo a la enseñanza entre Milán y Roma.
Fue considerado el sucesor de la tradición del siglo XIX, represnetada, entre otros, por el bajo Francesco Navarini. Tuvo una de las voces de bajo más impresionantes que haya dando nunca Italia.
Tenía una voz enorme, oscura, impresionante.
Espero que no sea molestia si cito algunas palabras sobre un gran experto en su voz, que es el forero Gino, cuyo blog cito, ya que yo sería incapaz de hablar de su voz ni de analizarla tan bien como él :
Gino, en su blog escribió:
Escuchar en vivo la voz de Nazzareno de Angelis debía de ser una experiencia física y metafísica inolvidable. Un comentarista anotaba en 1926: "Su voz tormentosa y tonante parece una exhalación surgida de las fauces de una gran máscara griega; una vez ha entrado en escena no encuentra ya el descanso ni puede contener el ardor de su soberbio y cruel temperamento; semejante a un lujurioso, su propia sangre lo atormenta; se estremece y tiembla de repente, como un león que se sacude los flancos con su cola, y desde sus grandes pulmones de bronce lanza contra la platea, de golpe, notas enormes y luminosas que corren como bólidos incandescentes."
(2) Giacomo Lauri-Volpi habla de una voz "impetuosa, fulgurante, febril" que establecía una "tensión casi enfermiza en el aire durante todo el espectáculo, como si existiese una corriente eléctrica entre cantante y público" (3) .
El instrumento se caracterizaba por una extensión trascendente, desde el fa grave hasta un sol agudo tan fácil y squillante como el de un barítono. El timbre, más allá de volumen o espesor, estaba dotado de una amplitud heroica, siempre lleno, sonoro y compacto. Tenía además dos características poco habituales en un bajo: un personal vibrato rápido y un color ciertamente claro. No existía en su fonación ningún tipo de resonancia espuria para engrosar el centro ni oscurecer el grave, que poseía una plenitud y densidad genuinas. La homogeneidad entre registros y la extensión eran síntomas inequívocos de una emisión canónica, que no conocía durezas en ninguna circunstancia, sostenida sobre el aliento y lanzada vertiginosamente hacia la máscara. Esto, además de proporcionarle una longevidad vocal incomparable, le consentía también la regulación del volumen en cualquier tesitura, incluso la más comprometida.
Medias voces y filados timbradísimos se alternaban fácilmente con la emisión plena sin brecha audible, permitiendo así que el intachable legato se completara con toda la gama de claroscuros. En de Angelis - como en Stracciari, Galeffi o Pertile - coincidían el poderío vocal más espectacular con una técnica inquebrantable, lo cual equivale a hablar de un tipo de cantante que casi desapareció tras la segunda posguerra: el dramático capaz de hacer verdadero belcanto. Ambos extremos, el heroico y el lírico, también le pertenecían como intérprete. Poseía como pocos el sentido sacro del canto y era capaz de expresar el profundo patetismo de los personajes más graves, ya fueran padres venerables o reyes y sacerdotes imponentes. En esta franja se movió como Mosè, Felipe II, Fiesco, Zaccaria, Marke, Gurnemanz o incluso el papel de Bassbariton por antonomasia, Wotan ("Das Rheingold" y "Die Walküre").
Sin embargo también sabía dar rienda suelta a un temperamento exuberante para recrear un Mefistófeles (Boito) lleno de ironía y fuerza salvaje, tan magistral como debió de ser su Hagen o el caricaturesco Don Basilio. La dicción del cantante era de extrema nitidez incluso en aquellos pasajes donde podía morder el sonido, aclararlo o sombrearlo a voluntad para introducir un matiz grotesco, brutal u cómico. Aun en ciertos momentos donde podía exagerar, el legato nunca llegaba a quebrarse. Al contrario que el único bajo de la época que le hizo sombra, Fiodor Shaliapin, de Angelis nunca se extravió fuera de los límites del canto puro. Por último, a pesar de ser según parece un hombre de trato difícil, su personalidad en el escenario era magnética y arrasadora, como testimonian numerosas declaraciones de sus compañeros ("Su presencia era única. Nunca me he encontrado nada igual ni creo que lo haga" - Francesco Merli
Le oimos:
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=OwX-TcFCQ7Y[/youtube]
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=Ytin5kSUlEI[/youtube]
Mefistofele es el único papel que grabó completo, siendo además el rol de su vida, y el que más veces cantó : más de 500. Pero aquí ya contaba con 51 años, y ya un tanto alejada su mejor época vocal, y aunque está, para mi gusto, espléndido. Aquí podemos apreciar al verdadero bajo profundo, de voz negra. Realmente, estamos ante Mefistófeles. Y su grabación es una cima auténtica del canto grabado.
Disfrutemos pues de uno de los mayores cantantes de ópera que han grabado o pisado un escenario.