El inicio de la Aventura.
Los comienzos de la industria discográfica
Sin embargo, los discos de gramófono no se fabricarán masivamente hasta la década siguiente, ni se emplearán hasta muy finales del siglo XIX y principios del siguiente, además de que, para postre, se difundirían en un principio, muy tímidamente.
La velocidad con la que los acontecimientos se movían en los primeros años de la industria discográfica eran no poco excepcionales. El plano disco de gramófono de Berliner , que desplazaría pronto al cilindro de cera, ya se había trasladado a ambos lados del atlántico, estableciéndose en Londres la Gramophone Company, que a finales del siglo buscarían artistas que plasmaran sus voces en el flamante invento.
Se darían cuenta de que el futuro del gramófono dependería del hecho de contar con grabaciones de los más renombrados artistas del momento (ya se sabe que a principios del siglo XX las grandes estrellas de la música eran los cantantes de ópera), pero como diría el legendario productor Fred Gainsberg :
"Conviene recordar que el gramófono era una primitiva pequeña novedad en 1900... Cada vez que nos acercábamos a los grandes artistas, se reían de nosotros y nos decían que el gramófono era sólo un juguete".
Los cantantes que grabaron
De la mayoría de cantantes que cantaron en el período comprendido entre 1850 y 1900, muchos no pudieron dejar testimonio alguno de su voz, o a algunos el invento les llegaría en un momento en el que se encontraban en decadencia. Por ejemplo, ya era muy tarde para nombres excelsos como Adelina Patti, Charles Santley, Alessandro Moreschi, Antonio Cotogni, Francesco Tamagno, Victor Maurel, Gemma Bellincioni, Lilli Lehmann, Elena Teodorini o Marcella Sembrich. Entre los más antiguos que grabaron quizá podamos situar nombres como Patti, Albani, Cotogni, Brandt o Santley, quienes iniciaron sus carreras antes de 1870.
Desde finales de la década de 1870 debutarían más artistas que grabarían más tarde : Tamagno, Maurel, Schumann-Heink, Sembrich, Battistini, y cada vez más según pasaban las últimas décadas del siglo XIX : Melba, Bellincioni, Viñas, Paoli, Tetrazzini,Eames, Scotti, Stracciari....
Además de la imposibilidad de grabar, tenemos que sumarles las largas o negativas o escusas que ponían para finalmente aceptar o rechazar de plano las grabaciones.
Recordemos que en sus inicios, los artistas veían con desconfianza al mismo tiempo que sorpresa, a esos aparatitos que grababan su voz, no siempre de manera fidedigna, y de hecho, para muchos, era un simple juguete. Recordemos a Jean de Reszke, cuando se le propuso grabar en cilindros de cera: "No seré preservado en esa cera", espetó. Así, cantantes como Angelo Masini, o Christine Nilsson, rechazarían la idea de cantar en los estudios de grabación.
Finalmente Reszke aceptó grabar, pero pronto tenemos que clasificarle en ese grupo de cantantes que, insatisfechos con el resultado de las grabaciones, prohibirían su difusión o los destruirían, como también hicieron Hariclea Darclèe (la primera Tosca) o Delfino Menotti.
Encima, muchos de ellos se lo pensaban mucho, y podían tardar entre 3,4 o hasta 10 años en decidirse, ya porque "el otro o la otra" ya lo habían hecho, o por las ofertas tentadores recibidas por las distintas empresas discográficas, lo que hacía que muchas estrellas perdieran la oportunidad de realizar fabulosas grabaciones, porque ya habrían perdido esplendor vocal.
No es lo mismo grabar dos años después de haber alcanzado el triunfo vocal y artístico, que 20 años después.
Los que llegaron o aparecieron en las primeras décadas serían los primeros que harían discos por las mismas fechas de sus actuaciones, o incluso más tarde, en cierto modo, la voz que impresionarían sería grosso modo la que aplaudieron o criticaron nuestros antepasados.
El sistema de Grabación Acústica.
El sistema de grabación era el llamado acústico o mecánico, que consistía en que el intérprete, a veces subido en una tarima, cantara dentro de un enorme embudo, alejándose uno ó dos palmos dependiendo de si la voz era muy potente o muy aguda. En un principio, el acompañamiento se hacía a piano, y hasta 1906-08 no se generalizó el uso de una Orquesta. Orquesta, que debía ser muy pequeña, debido a lo reducido del espacio, a la postura en derredor que tenían que ocupar los músicos frente al embudo; y por supuesto la incomodidad,estrechez,apreturas, ocasionales roces, pisotones, etc.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=Bdgtuly6As0&feature=related[/youtube]
Caruso cantando Il Sogno de Manon. 1902. Acompañamiento con piano
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=SUGVr0bz6MA[/youtube]
Galli- Curci cantando La Sonnambula, 1917. Acompañamiento con orquesta.
Así las cosas, esto frecuentemente concluía en incidentes y airadas quejas, por lo que obligó que la orquesta se redujera a 12 ó 15 músicos. Aunque en casos como las grabaciones de música sinfónica, la 5º de Beethoven por Arthur Nikisch o los fragmentos orquestales de Parsifal por Alfred Hertz, ambos con la Filarmónica de Berlín, se cuenta que la grabación contó hasta con 30 músicos.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=ljBiq943fEk[/youtube]
Arthur Nikisch dirigiendo la 5ª de Beethoven, 1913.
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Alfred Hertz dirigiendo el Preludio de Parsifal, 1913.
Desde sus comienzos a finales del siglo XX, hasta la aparición del sistema eléctrico en 1925, experimentaría mejoras, habiendo claras diferencias de sonido entre una grabación de 1902 y una de 1923, por ejemplo.
Por ello, aquí obtendremos la verdad de unas voces míticas, buenas o correctas, justo en el momento de ser impresionadas en disco.
Además, también, a diferencia de las grabaciones actuales, y no tan actuales (de los 25-30 en adelante), ya que si la grabación salía mal, había que repetirla desde el comienzo, y así tantas tomas como hiciera falta. De no salir bien ninguna toma, directamente no se publicaban (por ejemplo, se daban casos que de 10 ó 15 tomas no se publicaría ni una sola), sin ser posible volver a grabar desde o encima del error.
En aquella época, ni el intérprete al registrar el disco, ni las empresas fonográficas al publicarlo, podían dar gato por liebre : Todo lo que el artista era capaz de hacer se quedaba registrado en los surcos.
Eso sí, este rudimentario sistema no nos permite captar en su totalidad el esplendor de las voces de estos artistas : ¿Cómo podría hacerlo un sistema, en el que había que cantarle al cuerno, y ese sonido pasaba a una pasta de pizarra o baquelita? Eso, sin sumarle que la pasta podía estar en malas condiciones, que el estudio presentase alguna que otra falla técnica, o del humor del cantante : porque es bien sabido que no es lo mismo cantar en un estudio de grabación que en vivo : no es lo mismo cantar dentro de un cuerno "Celeste Aida", que hacerlo en el Teatro y frente a 2000 espectadores.
Un ejemplo de cómo suena un mismo cantante en los dos sistemas, acústico y eléctrico :
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=BYLIpfijxpg[/youtube]
Miguel Fleta cantando I Puritani, en 1923. Sistema Acústico.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=TtUm-Pm0ML0[/youtube]
Miguel Fleta cantando una canción popular,1930. Sistema Eléctrico.
Valoraciones finales.
Si bien hoy en día contamos con grandes leyendas, una Callas, una Sutherland, un Domingo, un Pavarotti, un Cappuccilli, un Fischer Dieskau, un Carreras, una Freni.. o bien futuras leyendas como un Flórez, una Meier o una Damrau, debemos recordar que éstos artistas formaban parte de la plantilla que hacía las delicias de nuestros abuelos, bisabuelos y hasta tatarabuelos y más lejanos.
Que muchos inspiraron o encandilaron a célebres personajes históricos : escritores, reyes, políticos, emperadores... Que el testimonio que nos dejaron, aunque imperfecto, es una parte sustancial del conocimiento de la historia del canto, que tod@ aficionad@ debe catar al menos una vez en su vida. O que nos permite una reconstrucción histórica del antiguo panorama operístico. Además que leyendas como Caruso o Chaliapin están en nuestro firmamento.
Por ello es de agradecer que muchos de estos artistas se decidieran a grabar, a dejarnos impreso su arte, ya que con ello 90 ó 100 ó 110 años más tarde podemos disfrutarlo, admirarlo, conocerlo, ya que con ello pasaron a la inmortalidad, aunque no les hiciera un favor completo, porque con ese sistema de grabación sólo se captase un pequeño porcentaje de su voz.
Porque estos tesoros, de valor incalculable, nos hablan de otra época, de una dorada e imborrable época, de indispensable conocimiento.