Primera versión: la que dirigió Karl Böhm en 1966 en el Festival de Bayreuth. Ya sabeis que cuando me da por ser subjetivo me pongo pesado así que diré que esta es mi versión, la primera que escuché, la primera que disfrute y la que me confirmó la grandeza de tres cantantes: Wolfgang Windgassen, Birgit Nilsson y Martti Talvela. Pero tratemos de poner un poco de orden en todo esto.
Lo apuntado parece ser una fama que acompaña a esta versión, es decir, que todos la aceptan como versión ideal para iniciarse en esta magna obra pero, al mismo tiempo, se le niega la categoría de máxima referencial quizás por dos razones: porque hay otras versiones de enorme categoría artística bien por los directores y/o bien por la presencia de cantantes excelsos. estamos epnsando en Wilhem Fürtwangler, Lauritz Melchior, Kirsten Flagstadt, etc.
La segunda razón es que el director es Karl Böhm. Ya, por ejemplo, su tetralogía ha sido históricamente calificada de mozartiana por muchos -y en muchas ocasiones en tono peyorativo- y en este
Tristan und Isolde se observan algunas de sus características habituales al dirigir Wagner: cierta falta de quietud, "ligereza" del sonido, excesiva transpariencia, etc. Sin embargo siquiera simbólicamente he querido comenzar este estudio personal (1) por esta versión porque para mí fue clave para descubrirla.
Wolfgang Windgassen es Tristán y siendo así convendremos que sus características -y por ende, sus limitaciones- vocales aparecen de forma más evidenciada en una grabación que está realizada en la segunda parte de su carrera. Windgassen ya había cantado mucho y bien cuando en 1966 volvió a asumir el Tristan. Ya no puede ser el héroe vocal pero pocos Tristanes más humanos, más de carne y hueso que este. Tristan aquí es de carne y hueso y su dolor nos llega de forma clara, diáfana. Por ello, su acto III es al mismo tiempo ejemplo de límite vocal y de inteligencia y técnica.
Birgit Nilssones su amada y, como no podía ser de otra forma, Nilsson vuelve a exhiir un sonido de una potencia, de un dinamismo inimitables. No es cristalina, como Flagstadt sino más bien rocosa, inalterable. Ella, a diferencia del tenor, está en plena forma y en el dúo se le aprecia más cómoda, más heroica. De todas formas Nilsson además de fortaleza tiene una capacidad extraordinaria para el matiz; en ste sentido su acto I me parece referencial.
Martti Talvela es un rey Marke de una pieza. En primer lugar porque cuesta imaginar una voz con un color y profundidad más apropiados; pero sobre todo porque Talvela sabe interpretar el papel de Marke que, lejos del marida cornudo, deriva su personaje al ser dolido en su ser más interior. No hay extroversión, no hay exageración alguna sino todo lo contrario: canto contenido, fraseo ejemplar y fusión con la música hasta hacer la que es -permítaseme la licencia del abuso de nick- en mi opinión la versión referencial de su imponente monólogo.
Eberhard Wächter es un Kurwenal solvente aunque, para mí, excesivamente extrovertido, con tendencia a la "exageración" vocal. De todas formas su escena de lealtad al Tristan ya fallecido me encoge siempre.
Christa Ludwig es un lujo asiático. ¿Se ha cantado mejor la llamada del acto II? estamos ante una de las grandes mezzosopranos del siglo y Bragania no supone una dificultad especial para una cantante que es muy musical y que constrasta -vocalmente- adecuada y suficientemente con su señora.
En el resto de papeles dstacar el lujo que supone que
Erwin Wohlfärt sea el pastor (¿no está este cantante poco valorado?) o que todo un
Gerd Nienstedt sea el timonel que brama una frase en el acto III. Si hubiera de darse algún pero -siquiera simbólico- sería el endeble melot de
Claude Heater.
Dad vuestras opiniones. Quizás no sea la mejor versión pero si intuyo que es la más oída en este foro.
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1) Pues eso, que no escribiré nada de lo que dicen los libros sobre estas grabaciones sino mi opinión personal. Quedais avisados.