THE ROYAL ACADEMY OF MUSIC.
Para asegurar el presente y el futuro de la ópera italiana en Londres aparecerá en 1719 una asociación conocida como The Royal Academy of Music. Esta asociación se constituyó como una compañía por acciones, en la que los suscriptores eran fundamentalmente miembros de la nobleza que tenían interés por la música y deseaban presenciar ópera italiana de primera clase (muchos de ellos habían viajado por Italia, y por tanto tenían conocimiento de primera mano al respecto). Handel fue comisionado para contratar cantantes en Italia, con especial mención del castrado Senesino, y nombrado “Maestro de Orquesta con salario”.
La primera temporada de la Academia, con sede en el King´s Theatre, comenzó el 2 de Abril de 1720 con el Numitore de Giovanni Porta, presentando Handel su Radamisto. En los años posteriores, las composiciones de autores como Bonocini, Ariosti o el propio Handel llevaron a la empresa a altas cotas artísticas, si bien al final resultaría un fracaso financiero. Handel estrenaría sucesivamente Floridante (1721), Ottone (1723), Flavio (1723), Giulio Cesare (1724), Tamerlano (1724), Rodelinda (1725), Scipione (1726), Alessandro (1726), Admeto (1727), Ricardo Primo (1727), Siroe (1728), Tolomeo (1728). Para esas fechas la Academia presentaba ya graves problemas financieros, además de haberse visto su imagen gravemente afectada por las disputas de dos de sus cantantes, las famosas sopranos Cuzzoni y Faustina, las cuales llegaron a pelearse en medio de una representación. El golpe de gracia lo constituyó el espectacular éxito de Beggar`s Opera de John Gay, obra satírica que ridiculizaba los problemas de la Academia y a la Opera Seria en general.
En 1727 adquiere la ciudadanía británica, con el nombre de George Frideric Handel.
LA SEGUNDA ACADEMIA.
A pesar del fracaso anterior, Handel, hombre de teatro por encima de todo, decide continuar por sí mismo y en 1729 viaja de nuevo a Italia para reclutar cantantes para una nueva compañía y seguir realizando representaciones en el King´s Theatre. Así presentará Lotario (1729), Partenope (1730), Poro (1731), Ezio (1732), Sosarne (1732), Orlando (1733). En ese año, no obstante, se producen importantes acontecimientos encaminados a minar la posición preponderante de Handel en la escena operística, particularmente la fundación de una compañía rival por parte de elementos de la nobleza, liderados por el Príncipe de Gales (motivo por el que es conocida como “Opera de la Nobleza”), que rápidamente contrataron al famoso
Senesino, enemistado con Handel (éste reaccinó contratando a Carestini). Su última ópera en el King`s Theatre sería Arianna in Creta (1734), ya que en ese año finalizaría el contrato que tenía con el teatro, que pasaría a ser ocupado en la temporada siguiente por la Opera de la Nobleza. Por fortuna otra instalación se encontraba disponible, el nuevo Covent Garden.
Comenzaron así unos años en los que las dos compañías se vieron envueltas en una guerra en la que Handel ofrecía su propia obra y la compañía rival composiciones de Porpora y Hasse (y la gran atracción de Farinelli). Ariodante (1735), Alcina (1735) y Atalanta (1736) pertenecen a esa época, llevando al límite sus esfuerzos en el año 1737 en que presenta 3 ópera nuevas, Arminio, Giustino y Berenice. Al final, resultó evidente el hecho de que Londres no podía soportar a dos compañías operando al mismo tiempo, por lo que la Opera de la Nobleza terminaría despareciendo, dejando solo a Handel en el campo de la Opera Seria que en cualquier caso cada vez resultaba de menos interés para el público en general.
DE LA OPERA AL ORATORIO.
Durante los años en que su preocupación principal fue la ópera, Handel no dejó de componer otras obras, y en particular oratorios como Deborah, Athalia o Alexander´s Feast. Habiendo apostado claramente por la opera italiana, continuaría aún intentándolo (nuevamente en el King´s Theatre) con obras como Faramondo (1738), Serse (1738), Imeneo (1740) y Deidamia (1741), su última ópera. En esa época recibió Handel un honor inusual como reconocimiento a su figura artística, al erigirse una estatua de mármol con su figura en unos jardines públicos.
Parecía evidente que los gustos del público se inclinaban cada vez más hacia el oratorio, como el propio compositor podía comprobar con cada nuevo estreno, como Saul, Israel en Egipto, L´Allegro, il Penseroso ed il Moderato o Samson. Pero sin duda su obra más conocida, y la que mantendría viva la fama de Handel durante mucho tiempo fue El Mesías, oratorio estrenado en Dublín en 1742.
El resto de su vida permaneció ya plenamente dedicado al oratorio, ofreciendo obras maestras como Joseph, Belshazzar, Joshua, Solomon, Susana, Theodora, Jephtha o The Triumph of Time and Truth, versión inglesa de su obra italiana de juventud. Compondría además dos obras dramáticas, en inglés, Semele (1744) y Hercules (1745), que si bien en su momento se representaron “a la manera de un oratorio” (es decir, sin escenificación), hoy en día se interpretan como si de ópera se tratasen.
Handel fallecería el 14 de abril de 1759 tras haber ido perdiendo progresivamente la vista en los años anteriores, siendo su muerte ampliamente comentada en la prensa de la época y asistiendo a su funeral más de 3000 personas. Sería enterrado el día 20 en la Abadía de Westminster.
_________________ FIRMEZA - UTILIDAD - BELLEZA
|