Ésta que véis es una foto histórica:
Hans Hotter y
Kirsten Flagstad juntos en un acto II de la Walkyria.
Hace meses, tuve la oportunidad de defender a Hotter como el más grande Wotan que jamás nos haya dejado constancia discográfica. En este mes, intentaré defender a Flagstad como LA Brünnhilde del siglo XX (de la Historia, vamos, porque en el siglo XXI no hay Brünnhildes).
Es de sobra conocido que en los años 50-60 hubo un par de soberbias Brünnhildes: Varnay y Nilsson. Ambas han realizado creaciones magníficas del papel, cada una en su estilo. Entre ellas, yo me quedo, sin duda, con Varnay. Pero, a pesar de que Varnay me encanta (y creo que no puedo ser sospechoso de lo contrario tras mi encarnizada defensa de su Elektra en la ópera del mes), no hay ninguna Brünnhilde que me maraville tanto como la de Flagstad.
Varnay contaba con una incandescencia y un halo telúrico increíbles y Nilsson, de por sí, era ya una fuerza de la naturaleza, cuando la partitura se empina, la sueca campea a sus anchas.
Sin embargo, Flagstad cuenta, en mi opinión, con varios puntos a su favor: en primer lugar, obviamente, la voz, de una belleza, tersura, terciopelo y calidad prácticamente inigualables. En segundo lugar, la increíble técnica, la capacidad para sobrepasar orquestas sin forzar ni un ápice la voz, sin que merme lo más mínimo su legato, su canto de una pureza extrema. En tercer lugar, el aura mítica que sabía dar al papel: siempre me ha sorprendido la capacidad de Flagstad para esculpir las frases y darles cualidades casi escultóreas. Así como todo lo que canta Ferrier suena cercano, dulce como una mañana de invierno, todo lo que canta Flagstad suena mitológico, como si hubiese venido de otro mundo, de otra época.
En este hilo intentaré argumentar con ejemplos sonoros por qué considero que Flagstad es la Brünnhilde del siglo.
Hasta donde yo sé, hay 5 testimonios de óperas completas con Flagstad cantando el papel:
-Un Siegfried de 1937 (MET-dirige Bodanzsky)
-Una Walkyria de 1940 (idem)
-Un anillo completo de 1950 (Scala-Furtwängler)
-Una Walkyria de 1951 (MET- Stiedry)
-Un Ocaso de los Dioses de 1955 (Oslo- Fjelstad)
En las dos primeras grabaciones, nos encontramos con una Flagstad joven, pletórica, con un sentido dramático más acentuado de lo que el tópico podría llevarnos a pensar. Su voz y el lirismo con el que afronta algunos momentos ponen la carne de gallina.
En las grabaciones de los 50, en cambio, nos encontramos con una Flagstad madura, con la voz milagrosamente conservada (salvo el extremo agudo, que nunca fue su fuerte), afrontando este papel de un modo más sereno, quizá sin ese lirismo primigenio, pero sí con un sentido de la monumentalidad, del texto, del tránsito a la madurez de la Walkyria verdaderamente único.
Como muestra de la Brünhilde madura utilizaremos, claro está, el testimonio que nos ofrece el Anillo de la Scala, que, sólo por ella, ya merece ser comprado.
Sin embargo, como muestra de la Brünhilde de los 30 me gustarúa utilizar no una de las grabaciones que citaba antes, sino los fragmentos que quedan de su grandiosa interpretación en el llamado "Anillo de la coronación" de la primavera de 1937 en el Covent Garden.
Utilizaré estos fragmentos como muestra de la joven Brünnhilde de Flagstad por cuatro razones: en primer lugar, porque es el testimonio más antiguo que nos queda de su desempeño en dicho papel. En segundo lugar, porque está en un maravilloso estado de forma. En tercer lugar, porque está acompañada por un reparto de campanillas. En cuarto lugar, porque a la batuta nos encontramos con Furtwängler.
En mi opinión, existe una relación entre la evolución de la Brünnhilde de Flagstad y la evolución de la dirección de Furtwängler de esta obra. En estos fragmentos, oiremos un Furtwängler tenso, arrebatado, veloz, con su infalible sentido del rubato a tope, en correspondencia con la juvenil y arrebatada Brünnhilde de Flagstad. En los de la Scala, a la Walkyria serena, mitológica, de la noruega le corresponderá una dirección más "conceptual", más mística, de Furtwängler.
Es una lástima que el desencuentro de Flagstad con la HMV (hoy EMI) impidiese que la postrera Walkyria en estudio de Furtwängler (de un misticismo instrumental insuperable) contase con la madura Flagstad, más acorde, creo yo, con el "concepto" del Furt a las puertas de su fallecimiento que la gutural y esforzada Mödl (que, de todos modos, tiene el mérito de sacar adelante el papel, que no es poco).
Basta de rollos...pasemos a la escucha...
De las grabaciones del Anillo de la coronación, se conserva, en lo que a Flagstad se refiere, un acto III de la Walkyria
completo, de 29 de mayo de 1937.
Aquí lo tenéis completito:
http://rapidshare.com/files/218840370/W ... 7.rar.html
Al lado de la Flagstad nos encontramos con una impresionante María Müller (cuánto me gusta esta soprano!) y un Wotan más que decente: Rudolf Böckelmann. A la batuta, como hemos dicho, Furtwängler.
Es realmente revelador este acto III de las diferencias entre la Flagstad madura y la joven (y, a su vez, de la dirección furtwängleriana de antes y después de la guerra): apasionada cuando la ocasión lo requiere, sin problemas en ningún momento, con la voz bellísima (incluso en una grabación en vivo con más de 70 años) y una técnica sin ninguna fisura.
Escuchemos, en primer lugar, de la primera escena de este acto III, "Schützt mich, und helft in höchster Not!" y el subsiguiente diálogo entre Sieglinde y Brünnhilde. Al lado de Flagstad, la maravillosa, única, Sieglinde de Maria Müller, hermosa y conmovedora. Y atentos a la dulzura con la que Flagstad ataca "Siegfried" (la primera vez que este nombre aparece mencionado en el Anillo). Espeluznante.
http://www.box.net/shared/yzmvv9sfch
http://www.box.net/shared/g5ymeu7mvo
http://www.box.net/shared/moj99khmtp
En segundo lugar, oigamos un par de fragmentos del "duelo" entre Brünnhilde y Wotan (Böckelmann): el "Nicht weise bin ich", en el que la Flagstad nos traslada la ingenuidad y pasión de la Walkyria (con un maravilloso "Der diese Liebe", sostenido con una belleza arrebatadora sobre la también arrebatada dirección furtwängleriana) y la parte final del diálogo, con la súplica final de la Walkyria a su padre:
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http://www.box.net/shared/od18g3v07z
Nada más por ahora...esta tarde subiré fragmentos de la función del Ocaso de 1 de junio, en los que Flagstad está acompañada (¡¡y cómo!!) por Melchior, Weber, Thorborg y Janssen (!!!). Ya los oiréis, pero ese prólogo (con un Melchior y la noruega por encima de lo humanamente posible), ese dúo con Waltraute y, sobre todo, esa inmolación, están entre los momentos más grandes de la historia de la discografía wagneriana.
Hasta esta tarde...