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 Asunto: La Bohème - 3er. Acto - El argumento y libreto comentados
NotaPublicado: 01 Jul 2005 19:24 
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LA BOHÈME

El argumento y libreto comentados

TERCER ACTO


El tercer acto es un enorme contraste con respecto a los dos anteriores. Luego de la algarabía y el jolgorio del segundo acto, viene la calma dolorosa, el silencio de la nieve, la melancolía, el frío, la soledad.
Antes de iniciar este acto, en partitura, los autores rescatan del libro original:

“La voz de Mimì tenía una sonoridad que penetrava en el corazón de Rodolfo como los repiques de una agonía...
Él sin embargo, tenía para ella un amor celoso, fantástico, bizarro, histérico...
Veinte veces estuvieron a punto de separarse.
Es conveniente confesar que su existencia era un verdadero infierno.
Sin embargo, a mitad de las tempesatdes de sus pelea, de común acuerdo se detenían a retomar energías en el fresco oasis de una noche de amor... pero al alba del día siguiente una ballata imprevista hacía huír despavorido al amor.
Así – si era vida – vivían días alegres alternando con muchos terribles en la contínua amenaza del divorcio...
Musetta, por original malicia de familia, o por material instinto, poseía el genio de la elegancia...
Esta curiosa criatura debió, apenas nacida, haber pedido un espejo...
Inteligente y suspicaz, rebelde sobretodo a cuando tuviera gusto a tiranía, no tenía más que una regla: El capricho...
Cierto es que el único hmbre que realmente había amado era Marcello, quizás porque solo él sabía hacerla sufrir... Pero el lujo era para ella, una cuestión de salud.”


El acto inicia con un Puccini fuertemente impresionista... pinta de forma acabada, con delicadas y finísimas pinceladas, una atmósfera casi mágica en su sordidez y melancolía. Como en los actos anteriores, comienza a abrirse el telón prácticamente sin preludio, solo dos breves golpes en fortíssimo de la orquesta, y estamos en una de las escenas más angustiosas y desoladoras de la historia de la ópera. Una secuencia de quintas paralelas vacías, de arpa y flautas, pintan un ambiente plomizo, triste, mientras los violoncelos, casi imperceptiblemente, arman un colchón de armonías....
Siempre según partitura:

“Aduana a las puertas de París. Del otro lado de la Barrera, el exterior, hacia el fondo, el Camino Real de Orléans, que se pierde lejano entre las casas altas y la niebla de febrero. A este lado, a la izquierda, una taberna y la plazoleta de la Barrera. A la derecha, el boulevar d’Enfer; a la izquierda, el de St. Jacques. También a la derecha, el fin de la calle d’Enfer, que se extiende desde el corazón del Barrio Latino. Sobre la entrada de la taberna, como emblema, se ve el cuadro de marcello “El paso del Mar Rojo”, pero ahora tiene escrito como título, con grandes caracteres “En el puerto de Marsella”. A ambos lados de la puerta hay también pinturas de guerrros turcos y zuavos, con coronas de laureles alrededor de sus gorros. En la pared de la taberna que mira hacia la Barrera, una ventana baja donde sale luz. Los plátanos que bordean la plazoleta de la Barrera, grises y elevados, continúan en largas hileras diagonales hacia ambos bulevares. Entre plátano y plátano hay bancos de mármol. Está terminando febrero, y todo aparece nevado. Cuando se alce el telón, la escena estará inmersa en la penumbra de las primeras luces del alba. Sentados alrededor de un brasero, los aduaneros dormitan. Desde la taberna, a intervalos, se oyen gritos, entrechocar de vasos, risas, Un aduanero sale de la taberna con vino. La verja de entrada de la Barrera está cerrada.”

Se escucha a los barrenderos, pidiendo a los guardias que abran las verjas. Un aduanero atiende los pedidos, y va a abrir. Se escucha brindar dentro de la taberna, voces femeninas que ríen. Finalmente, se escucha a Musetta que canta la primera frase de su vals “Si en la copa está el placer, en una boca joven está el amor”.... Pero esta vez, las palabras de juventud y amor, suenan más sórdidas, más dolorosas, lejanas. Se escuchan otras voces que responden al canto de Musetta, también en la taberna, risas, juerga.

Mientras tanto, el oficial de aduaneros sale de su garita, y ordena que abran la Barrera. Pasan carros por el boulevard. Salen lecheras y campesinas a escena, montadas en sus burritos. Comienza a amanecer. Las mujeres se saludan, y pasan revista a los aduaneros de qué traen y a donde lo llevan.

Aparece Mimì (por la calle d’Enfer, indica la partitura), mirando el lugar, para reconocerlo. Tiene un fuerte acceso de tos, y luego, debilitada, se acerca al oficial aduanero para preguntar por la hostería donde trabaja Marcello. El oficial se la indica, y mimí se acerca a la taberna, para hablar con una mujer de servicio. A ella, Mimì le pide que, despacio, por lo bajo, mande a llamar al pintor Marcello, para hablarle con urgencia.
Mientras tanto, se ha hecho de día... un día frío y brumoso, invernal, triste. Algunas parejas abandonan la taberna para volver a su casa. Poco tarda Marcello en salir al encuentro de Mimì. Parece sorprendido. Le expica a Mimì que hace más de un mes que vive allí, con Musetta, a expensas del tabernero. Ella enseña canto a los pasajeros, y él pinta la fachada. La invita a pasar, pero Mimì rechaza el ofrecimiento, al enterarse que Rodolfo está dentro. Ante el interrogante de Marcello, estalla la primera (de muchas) frase dramática del acto... Mimì pide, desesperada, ayuda a Marcello.... le explica el infierno en el que se ha convertido la convivencia... Rodolfo está muerto de celos, la ama, sin duda, pero huye... una palabra, una caricia, una flor, bastan para que se enfurezca....

“Rodolfo m’ama.
Rodolfo m’ama e mi fugge,
il mio Rodolfo si strugge per gelosía.
Un passo, un detto,
un vezzo, un fior...
lo mettono in sospetto
onde corrucci ed ire.
Talor la notte fingo di dormire
e in me lo sento fiso
spiarmi i sogni in viso
Mi grida ad ogni istante:
non fai per me,
ti prendi un altro amante.
Ahimè ! in lui parla il rovello,
lo so, ma che rispondergli, Marcello ?


( Rodolfo me ama. Rodolfo me ama y me huye. Mi Rodolfo está muerto de celos: un paso, una palabra, una caricia, una flor bastan para que sospeche y se enfurezca. A veces, por la noche, fijo que duermo y siento su mirada sobre mí, como si tratase de adivinar mis sueños en mi rostro. Me grita a cada momento que no sirvo para él, que busque otro amante. Ay de mí, Sé que es la ira la que habla por él, pero... qué reponderle, Marcello ?)

Marcello solo puede decir que, quienes son como ellos, no pueden convivir. Mimì cuenta como varias veces han intentado separarse con Rodolfo, pero resulta imposible. Marcello pone como ejemplo ( ¿? ), su relación con Musetta... pelean, pero siempre hay canto, alegría, risas... eso es lo que necesita el amor, dice, para durar. Sin embargo, Marcello promete hacer lo que pueda. Le comenta que Rodolfo está durmiendo, que llegó una hora antes del amanecer, y se quedó dormido en un sillón. Mimì comenta, de forma mezclada y “casual”, que siente que tiene “los huesos rotos” desde ayer... y cómo Rodolfo se fue diciendo que habían terminado.... y que por eso decidió buscar a Marcello para hablarle. Éste detiene la conversación. Rodolfo se ha despertado, y está por salir de la taberna, buscándolo. Mimí, asustada, decide esconderse, mientras Marcello le pide que no hagan escena allí.

Rodolfo sale de la taberna. Descansado, finalmente podrá hablar con Marcello. Lo primero que le dice, es su intención de separarse de Mimì. Sin embargo, la orquesta va haciendo comentarios de temas del primer acto, que parecen desmentir lo que Rodolfo dice. Rodolfo se empeña en hacer creer a Marcello que es el tedio lo que lo aleja de Mimì... Marcello, con frases que suben de forma cromática, comienza a instigarlo, diciéndole que en realidad, el es colérico, lunático, prejuicioso, molesto y testarudo... Mimí, a lo lejos, escondida, teme que esa conversación termine enojando aún más a Rodolfo... Éste, con una melodía intencionalmente ligera, descibe irónicamente al “moscardón de viscontino” con el que Mimì coquetea.... Marcello no le cree, y lo instiga a que sea sincero con él... y con una pequeña variación de esa melodía “ligera” que cantaba Rodolfo, en un ritmo más lento, con un conmovedor arrebato, Rodolfo confiesa...

“Ebbene, no, non lo son.
Invan nascondo la mia vera tortura
Amo Mimì, sobvra ogni cosa al mondo
Io l’amo, ma ho paura.
Ogni di più declina.
La povera piccina è condannata !"


(Y bien, no, no lo soy (sincero). En vano escondo mi verdadera tortura... Amo a Mimì, por sobre toda otra cosa en el mundo, la amo... pero tengo miedo. Cada día empeora más, la pobre pequeña está condenada).
Rodolfo sigue relatando en una línea de canto descendente... revelando la enfermedad de Mimì, y aún más importante, su terror por no poder ayudarla. Casi de forma imperceptible, las frases de Rodolfo van ligándose a las de Mimì y Marcello, formando un desgarrador terceto....

R- una terribil tosse
L’esil petto le scuote
Già le smunte gote di sangue ha tosse...
Mar – Povera Mimì !
Mim- Ahimè, morire !?
R- La mi stanza è una tana squallida....
Il fuoco ho spento.
V’entra e l’aggira il vento di tramontana
Essa canta e sorride, e il rimorso m’assale
Me, cagion del fatale mal che l’uccide !
M- Che far dunque ?
M- O mia vita !


(- Una terrible tos sacude su pecho frágil, y sus mejillas pálidas se han teñido de sangre... /- Pobre Mimì /- Ay de mí ! Morir...? /- Mi habitación es una cueva inhóspita, donde el fuego se ha apagado. El viento del norte entr ay se arremolina. Ella canta y sonríe, y el remordimiento me persigue. Yo, la causa del mal fatal que la está matando.../- Qué se puede hacer entonces? /- Oh, mi vida...)

El terceto va creciendo en poder melódico, convirtiéndose cada vez en una pieza más desgarradora y desesperada... Mientras Rodolfo sigue describiendo la pobreza terrible que ha marchitado a la pobre Mimì, Marcello no alcanza a encontrar palabras que expresen la pena que siente por la situación de ambos, y Mimí, poco a poco, trata de procesar la idea de su propia muerte... y la desesperación de Rodolfo.

Finalmente, la gran melodía se interrumpe cuando, por un acceso de tos repentino de Mimì, Rodolfo la descubre.... El horror parece completo para él... ella ha escuchado sus palabras, y desesperado, trata de minimizarlas.... diciendo que es el miedo el que le hace decir cualquier cosa... Intenta llevarla a la taberna, pero Mimì dice que el humo la ahoga... se abrazan.

Cuando ya el clima no puede ser más angustiante, más desesperado, se escuchan las risas de Musetta dentro de la taberna, que aparecen como llegadas de otra dimensión. Pero estas risas, esta alegría, a Marcello no le cae nada bien... Enojado, entra a la taberna a averiguar CON QUIÉN ríe Musetta.

Rodolfo y Mimì, quedan así, solos. La orquesta retorna al melismo suave de Mimì, y esta se despide, y ante el desconcierto de Rodolfo, Mimì encara su segunda aria... con el mismo estilo que ya es característico de ella.... mezclando con simplicidad, las cosas cotidianas, con los grandes sentimientos... dulce, tierna, simple, pero esta vez, como nunca, profundamente patética....

“Donde lieta uscì
Al tuo grido d’amore,
Torna sola Mimì
Al solitario nido.
Retorna un altra volta
A intesser finti fior !
Addio, senza rancor.
Ascolta, ascolta.
Le poche robe aduna
che lasciai sparse.
Nel mio cassetto
Stan chiusi quel cerchietto d’or,
e il libro di preghiere.
Involgio tutto quanto in un grembale
E manderò il portiere...
Bada... sotto il guanciale
C’è la cuffietta rosa.
Se vuoi – se vuoi serbarla
A ricordo d’amor!
Addio, senza rencor..."


(Al lugar que feliz dejé cuando tu amor me llamó, vuelve sola Mimì; vuelve al solitario nido una vez más, a bordar flores falsas. Adios... sin rencor. Escucha, escucha. Junta la poca ropa que dejé... En mi cajón encontrarás el anillo de oro y el libro de oraciones... Envuelve todo en un delantal, y mandaré al portero... Ten cuidado... bajo la almohada está el gorrito rosado.. Si quieres.. – si quieres, puedes conservarlo, como recuerdo de amor... Adios.... sin rencor.... )

El aria tiene el recuerdo de algunas de las melodías del primer acto... como un eco de amor... y aunque intenta esconder su dolor, termina estallando cada vez más agitada y doliente.

Rodolfo no acaba de caer.... Tímidamente, sin solución de continuidad, Rodolfo ataca con su “dunque e proprio finita !” (entonces es verdad, ha terminado...). Así, de a poco, comienzan a entrelazarse las frases de Mimì y Rodolfo, formando en primera instancia, un dúo, con nueva melodía, sereno, resignado, melancólico... Es triste ver las diferencias de recuerdos con los que cada uno de los amantes se va...

Mi – Addio dolce svegliare alla mattina !
R – Addio sognante vita....
Mi – Addio rabbuffi e gelosie ! ...
R – che un tuo sorriso acqueta !
Mi – Addio sospetti...
R – Baci ...
Mi – pungenti amarezze !
R - ... ch’io da vero poeta
Rimavo con carezze !
M – Soli d’inverno è cosa da morire
R – Soli è cosa da morire !
R e Mi – Mentre a primavera ç
c’è compagno il sol !


(- Adios al dulce despertar por la mañana / - Adios, vida de ensueño... /- Adios, peleas y celos.../- ... que con solo una sonrisa devolvías /- Adios sospechas... / - Besos... / - dolores y amarguras .... / - .. que yo, realmente poeta, rimaba con caricias.... / - Solos en invierno, es algo para morir.../ Solos, es algo para morir / - Mientras que en primavera, el sol es compañero...)

Poco a poco va ganando más intensidad, tanto desde lo musical como desde lo sentimental, formando nuevas melodías, hasta que, en su punto culminante, aparecen, desde la taberna, Musetta y Marcello, discutiendo. La pareja que, según el propio Marcello, tenía en las risas y en la diversión su mayor capital, discute de forma tempestiva (no podía ser de otra manera, se trata de Musetta, después de todo....), por los celos de Macello, que a ella tanto le gusta despertar.

Así, el dúo de amor de Rodolfo y Mimì, se convierte en un cuarteto. A diferencia de otros cuartetos (el de Rigoletto, por ejemplo), aquí la acción jamás se detiene. El contraste entre las dos conversaciones, que en ningún momento se cruzan, es notable y notorio. Sin romper en ningún momento el clima lírico y romántico de Rodolfo y Mimì, Marcello y Musetta hacen sus intervenciones de forma mucho más temperamental. Son dos dúos superpuestos con magistral mano. Por momentos, cantan los cuatro juntos, por momentos, son claramente identificables las frases de cada uno.

Ma – Che facevi, che dicevi
Presso al fuoco a quel signore ?
Mu – Che voui dir !?!!?
Mi – Nuño è solo l’april.
Ma – Al mio venire hai mutato di colore
Mu – Quel signore mi diceva:
“ama il ballo, signorina ?”
R – Si parla coi gigli e le rose
Ma – Vana, frívola, civetta !
Mu – Arrossendo rispondeva:
“Ballerei sera e mattina”
Mi – Esce dai nidi un cinguettio gentile
Ma – Quel discorso asconde mire disoneste...
Mu – Voglio piena libertà !
Ma – io t’acconcio per le feste....
Mu – Chè mi canti ?
Ma - ... se ti colgo a incivettire !
Mi e R – Al fiori di primavera
C’è compagno il sol !
Mu – Chè mi gridi ? Chè mi canti ?
All’altar non siamo uniti.
Ma – Bada, sotto il mio cappello
Non ci stan certi ornamenti...
Mu – Io detesto quegli amanti
Che la fanno da .... mariti .
Ma – Io non faccio da zimbello
Ai novizi intraprendenti.
(...................)
Mu – Musetta se ne va,
si se ne va !
Vi saluto, Signor: addio
Vi dico con piacer !
Ma – Son servo e me ne vo !
Mi y R – voi che aspettiam
la primavera ancor ?
Mu – Pittore da bottega !
Ma – Vipera !
Mu – Rospo !
Ma – Strega !
Mi – Sempre tua per la vita...
Mi y R – Ci lasceremo alla stagion dei fior...
Mi – Vorrei che eterno
Durasse il verno !
Mi e R – Ci lascerem
Alla stagion dei fior !


(- Qué le decías a ese hombre junto al fuego ? Qué hacías con él ? / - Qué insinúas ?!? / - Nadie está solo en abril... / - Al verme te pusiste pálida / - Ese señor me decía “ Le gusta bailar, señorita ?” / - Hablas con los lirios y las rosas / - Desvergonzada, frívola, coqueta ! - / Y con rubor le respondí “Bailaría noche y día” / - Gorjeos dulces se oyen en los nidos... / - Ese discurso tiene ribetes deshonestos .. / - Quiero plena libertad ! / - Ajustaré cuentas contigo... / - Acaba con los reproches.... / - si te pesco coqueteando.... / - El sol acompaña cuando florece la primavera / - Termina con los gritos ¡ Trmina con los reproches ! No estamos casados ! / - Cuídate, que bajo mi sombreros no tuve nunca ningún... ornamento.... / - Detesto esos amantes que se la dan de... maridos / - No seré el hazmerreír de tus nuevos amantes ( ............) / - Musetta se va, sì: se va ! A vuestros pies, señor! Con gran placer os dejo ! / - con gran placer os dejo marchar ! / Quieres que esperemos... la llegada de la primavera ? / - Pintor de brocha gorda ! / - Víbora ! / - Sapo ! / - Bruja ! / - Seré tuya toda la vida / - Nos separaremos cuando florezca la primavera... / - Quisiera que el invierno fuese eterno ! / - Nos separaremos cuando florezca la primavera ! )

Hacia el final de acto, y luego de la intempestiva salida de la pareja de Musetta y Marcello, todavía quedan Rodolfo y Mimì, prometiéndose amor al menos, hasta la primavera. La orquesta insinúa el tema de los bohèmios, aludiendo al regreso de Mimì a la buhardilla de los amantes.
El acto es corto a nivel dramático, se trata solo de un par de conversaciones, pero sin duda, abre la ventana al drama. De forma magistral, se instaura la enfermedad de Mimì como principal conflicto, y el amor, de diversas formas, pero con los mismos problemas de resolución. Casi tan suavemente como comenzó, el acto se va apagando...

:smoking:


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NotaPublicado: 01 Jul 2005 20:36 
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Este terrible acto tiene una omisión respecto del original, y es que no se lo ve a Rodolfo (de hecho, no se lo ve en toda la ópera) en sus momentos odiosos, malhumorados, celosos. Mimí lo cuenta, pero no lo vemos ni lo oímos hacer escenas espantosas.

Así que, en realidad, Rodolfo suele quedar como un personaje positivo, aunque es el autor de una de las frases más crueles de la ópera De todas las óperas, quiero decir, no solo de esta):

Io l’amo, ma ho paura.
Ogni di più declina.
La povera piccina è condannata !

Una verdadera e indignante porquería, a esta altura Rodolfo es un vil cobarde que se resiste a acompañar a Mimí en el momento que más lo necesita, linda causal de divorcio ... :evil:

Está bien, por lo menos Puccini lo redime en el último acto (y eso gracias a que Mimí no es rencorosa) Baci,
Maddalena


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NotaPublicado: 03 Jul 2005 14:10 
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Registrado: 27 Mar 2004 16:00
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Ubicación: Cerrando mi taberna particular
A partir de este tercer acto, voy mentalizandome poco a poco de que, con La Boheme se llora. El cuarteto y el aria HERMOSÍSIMA de Mimí Dove lieta uscí al tuo grido d'amor (que si se canta bien y se interpreta con emoción ya consigue que se me salten las lágrimas) no puede más que eso. Hacernos llorar.
Además, el contrate con el acto anterior, con ese acto divertido y bullicioso en el café Momus, que por un momento había conseguido hacernos olvidar que estamos asistiendo a una ópera dramática, es tan sorprendente y tan fuerte que para mi es uno de los puntos de mayor genialidad de Puccini: rápidamente consigue distraer el drama, mostrando una escena distendida en el segundo acto, pero igual de rápidamente, con este tercer acto, vuelve a meternos de lleno en la tragedia, ahora ya si, sin descanso posible hasta el final.

_________________
El tiempo es algo singular: Mientras pasa sin más la vida, no es nada en absoluto. De pronto, solo le sentimos a él, a nuestro alrededor y en nuestro interior, fluyendo una y otra vez por nosotros, por nuestros rostros, como un silencioso reloj de arena.


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NotaPublicado: 11 Jul 2005 13:10 
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Ubicación: Esta noche iré a Rick's
Simon, acabas de descifrar de forma sorprendente donde está la magia de ese sádico que era Puccini (siempre buscaba hacernos sufrir y llorar).
Suscribo todas y cada una de las palabras de Annio (por cierto, la Tebaldi es de esas que te emocionan? a mí sí, y de hecho en el D'one lieta uscì me parece que es insuperable), Pero con Maddalena ya no estoy tan de acuerdo.
Digamos que veo a Rodolfo como un persobaje más o menos positivo porque esafrase que tú consideras horrenda, desde luego que no es una declaración de amor, no cabe duda, pero a fin de cuentas Rodolfo avandona a Mimì porque ella no puede soportar las condiciones en las que está obligada a vivir con Rodolfo. Supongo (o al menos eso espero, que Rodolfo es uno de mis roles predilectos), que si las circunstancias fueran distintas, Rodolfo no la avandonaría.
Eso sí, totalmente de acuerdo: Mimì no es nada rencorosa (y no porque no tenga motivos, a fin de cuentas Rodolfo era un mentiroso y un celoso digno de Otello.)


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Traducción al español por Huan Manwë para phpbb-es.com