Lo poneis difícil. Es posible que a lo largo de estos 11 años como teatro de ópera, el oído se nos haya acostumbrado a la acústica, pero os cuento que en las primeras representaciones si noté un sustancial cambio, un matiz que para mí fue importante en ese momento, ahora no lo noto seguramente por la costumbre, el matiz era el CALOR del sonido, empastado. En esos primeros momentos el sonido lo notaba frío llegaba (llega) muy directo. Es mi opinión. La cuestión es que creo que encontré la respuesta, es posible que os riais, pero mi impresión era ni más ni menos la falta de las cortinas en todas las puertas. Creo que no es una tontería ya que el sonido rebota en las paredes y vuelve otra vez al oído, si el choque es sobre un grueso telar, lo amortigua y lo envuelve, le da lo que yo llamé antes, el calor del sonido. Hoy en día al rebotar sobre planchas de madera el sonido rebota casi sin cambios.
La luz general de la sala la noto insuficiente. Los asientos bastantes cómodos muy similares a los anteriores. En el paraiso la distancia con los asientos de la fila anterior es muy pequeña y la decoración en general pausible. Sobre otros teatros, conozco el Colón, Covent Garden (antiguo), Liceo, Ópera de Budapest, el Garnier de París y el San Carlo. De todos estos a nivel de acústica pienso que el Colón y el de Budapest es muy bueno. Budapest tiene una decoración que me fascina, y la acústica de éste y del Covent Garden (antiguo) se parece/n al antiguo del Real.
Muchos saludos.