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5. ASPECTOS MUSICALES.</CENTER>
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Partitura original de Otello, firmada por G.Verdi</center>
Con Otello, Verdi buscaba algo nuevo: nuevas vías, nuevas fórmulas; comprendía que el espíritu de la vieja escuela operística del siglo XIX que él había heredado ya no podía, o no debía, seguir vigente. Los esquemas tan cerrados (recitativos seguidos de arias, duetos, coros, etc.), la psicología de los personajes, los conflictos llevados a la escena y la dramaturgia del libreto, debían evolucionar e irse adaptando al momento. El Romanticismo como movimiento cultural hace años que ha expirado, dando paso a un nuevo estilo más realista y natural. Era necesaria una transformación de la ópera hacia una forma más evolucionada, que cada vez tendía más hacia un drama musical unitario. Otello, como consecuencia de las formas explotadas en la época en la que está compuesta, se estructura de un modo distinto. Otello irrumpe en el panorama musical de la época con fuerza, rompiendo con la estética romántica como una nueva forma de expresión, a través de un nuevo discurso dramático y armónico.
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Verdi caricaturizado como imitador de Wagner</center>
No considero probado el controvertido argumento de la “wagnerización” del estilo verdiano, o, por decirlo de una forma más sutil “imitación del estilo operístico alemán”. Existían, en la época en la que nos estamos refiriendo, diversas tendencias musicales que discurrían a dar a la orquesta una importancia especial, una renuncia a cualquier acompañamiento orquestal rutinario, una relación directa y estrecha entre la voz y la orquesta, y, sobre todo, extraer de cada instrumento un lenguaje propio. Verdi asimila estas novedades, tan en boga en este periodo, y supo, hábilmente, dotar a la parte instrumental un valor determinante para el desarrollo de un drama musical moderno. Verdi concede a la orquesta el cometido de ser el hilo conductor de la trama, utilizando una paleta orquestal de infinitos matices; ya desde el primer compás, la energía y la violencia de la tempestad nace de la orquesta, y es la orquesta la que va determinando cada momento dramático en toda la ópera. Podríamos, por tanto, hablar más de “globalización” de una corriente musical que pujaba por dominar el panorama de la época, más que de una “imitación” del género operístico alemán. La sustitución de la tradicional fórmula de números cerrados o “pezzi chiusi” (arias, cabalettas, duos, coros,etc.) por una línea continua, la armonía y el discurrir hacia una dramaturgia total dotando a la orquesta de un valor fundamental son diversos puntos en los que los detractores más se han cegado para acusar de “wagnerización”, pero resulta absurdo establecer un punto de aproximación al estilo wagneriano con todo esto. Otro aspecto es la presencia de motivos recurrentes como la música que acompaña a los besos de Otello a Desdemona, pero que no tiene que ver con el leitmotiv wagneriano.
* No pretendo extenderme en este aspecto, aunque si algún lector de los que están siguiendo el desarrollo de esta ópera durante este mes le resulta éste un punto interesante, lo remito AQUI donde argumentan alguna conjetura sobre este asunto.
....continua.....