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En mi opinión, Carol Neblett ha sido la mejor Marietta de la que tenemos constancia fonográfica, en el rol completo. Canta el personaje con una combinación de sensualidad y ternura que hace a la joven bailarina casi irresistible. Tendremos ocasión de escucharla tanto en la grabación de Leinsdorf como en unas representaciones de la New York City Opera.
A lo largo de su carrera, beneficiada también por su atractivo físico (del que se pudo gozar plenamente en unas funciones de
Thaïs en Nueva Orleans
), una voz grande y bien trimbada, y unas razonablemente buenas dotes de actriz, cosechó bastantes triunfos. Podemos admirar su arte en óperas como
La Fanciulla del West o
La Clemenza di Tito, disponibles en DVD, donde crea también unas notables Minnie y Vitellia.
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Sin embargo, también perpetró Aidas o Toscas de dudosa calidad, y una Norma absolutamente deleznable. Tras unos años en candelero, prácticamente desapareció de los escenarios todavía relativamente joven. ¿Qué le ocurrió a Carol Neblett?.
La respuesta es doble: por un lado, cantó absolutamente de todo, sin descanso, desde muy joven, sin pensar en la adecuación de su voz al personaje, y por otra sufrió un grave problema de alcoholismo. En su vida personal también sufrió la tragedia de la pérdida de una de sus hijas, precisamente atropellada por un conductor borracho. Su matrimonio con un cardiólogo de San Diego no superó esa prueba.
Hoy Neblett, a los 62 años de edad, se dedica a la enseñanza. Su carrera, sin duda, pudo haber sido mucho más importante si la hubiera llevado por los derroteros adecuados.