Para describir el preludio de Parsifal es mejor empezar con aquello que no es: una presentación del conflicto de la obra. La existencia de dos mundos contrapuestos, el del Grial y el de Klingsor, hubiera podido sugerir una estructura como la de la obertura de Tannhäuser, con su forma A-B-A. Wagner tampoco introduce los personajes ni los momentos más destacados, como los Encantamientos del Viernes Santo.
El preludio de Parsifal, en cambio, nos presenta el elemento fundamental de la obra: su trasfondo religioso (atención, religioso y no cristiano).
Para seguir la explicación he colgado la versión de Kubelik. Podéis escucharla aquí:
http://www.box.net/shared/thrngzpoos
Si queréis consultar la partitura, está online en:
http://www.dlib.indiana.edu/variations/ ... index.html.
El preludio se divide en tres partes perfectamente delimitadas.
PARTE I. EL AMOR
Wagner empieza con el amor, es decir, la caridad y la compasión. La caridad puede ser la tercera de las tres virtudes cardinales (tienen prioridad la fe y la esperanza), pero aquí la compasión tiene precedencia: como veremos, ésto se debe a la influencia de Schöpenhauer i el budismo.
Los primeros seis compases del preludio presentan el tema del Amor (0:00 a 0:43). Podemos decir que toda la música de la obra proviene de ahí. Podemos distinguir tres partes en dicha frase: (0:00 – 0:11), (0:11 – 0:23) y (0:23 – 0:43).
La instrumentación es curiosa: violines, violoncelos, clarinetes, fagots y el corno inglés al unísono. Retoman el tema las trompetas y los oboés (0:59), con acompañamiento de la orquesta.
A partir de (2:05) el tema se vuelve a repetir en modo menor, con los mismos instrumentos y luego con las trompas.
PARTE II. LA FE
Tras un calderón llega el segundo motivo fundamental de la obra: el Grial (4:00), enunciado por trompetas y trombones, e inmediatamente el tercero, la Fe (4:36), también en los metales.
El tema de la Fe se va a ir repitiendo, hasta la vuelta del Grial (5:47) en las cuerdas. Continúa la Fe en una progresión ascendente: maderas, cuerdas y metales hasta llegar al fortissimo y de vuelta al pianissimo.
PARTE III. DESARROLLO (CONFLICTO)
La última parte mezcla los temas de las dos anteriores, añadiendo un elemento fundamental: la duda. Esto es un drama musical, y por tanto es necesario que exista un conflicto. No tendría sentido quedarnos en el plácido mundo anterior.
A partir de (8:16) retomamos el tema del Amor en las maderas, pero esta vez los trémolos en las cuerdas dan una sensación de urgencia. Siguen las maderas apremiando, pero hay algo que no funciona.
Llega una respuesta: el motivo de la Lanza (9:47), el mismo que cantará Amfortas cuando grite a Dios. Acto seguido la música nos recuerda la Agonía (10:11) del rey.
El preludio finaliza con el tema del Amor (11:11), pero formulado a medias, de forma dolorosa: primero los clarinetes, luego los oboés, las flautas y los violines. Como es obvio, Wagner no resuelve el acorde y enlaza directamente con el primer acto. Es la melodía infinita, claro.
Nota: Para las versiones de concierto se añade el tema del Grial a modo de conclusión. En la ópera habrá que esperar unas cuantas horas para que suceda lo mismo.
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