Gino escribió:
Señor Francino, dígame cuántas ligeras han cantado esto con la dulzura de Sutherland, que consigue una emisión morbidísima en una tesitura ardua incluso para voces como Grist o Güden. Con una dicción nítida y atendiendo a los signos de expresión.
Señor Gino, le podría dar muchos ejemplos de sopranos ligeras que cantaban con una dulzura mayor a la de la Sutherland, si es que a la frigidez se le puede disfrazar de tal, y que usted conoce muy bien, tales como Toti dal Monte y Bidu Sayao, ambas morbidísimas. Sin embargo, el ejemplo que le he traído corresponde al Caro nome de Erna Berger, soprano que, a mi juicio, personifica el ideal vocal de Gilda: dulce, luminosa, timbradísima, un poco aniñada y muy ágil, dando así con el personaje de una muchacha ingenua, delicada, virginal, no desde un enfoque frío y superficial, sino plenamente sentido y asumido. La grabación data del año 1944 y está cantada en alemán, como era la costumbre entonces de las difusiones radiofónicas germanas. No quiero dejar pasar el detalle de que en ese momento Berger contaba con 44 años, razón por la cual no quise traer su grabación hecha seis años más tarde para la RCA junto a Warren y Peerce, en idioma italiano, es decir, cuando tenía 50 años, aunque la labor sigue siendo encomiable.
Erna Berger: Caro nome (1944)