EL BARBERO DE SEVILLA
Argumento para aquellos que no la conocen de nada, o les gusta tanto, que no les importará leerlo una vez más (porque sinopsis suena a algo resumido… y este texto ha salido de dimensiones simonianas…
jajajajajajaja
)
ACTO PRIMERO
Una calle de sevilla. Es de madrugada.
El conde de Almaviva (tenor) está enamorado de Rosina (mezzosoprano), joven heredera que vive bajo la tutela del doctor Bártolo (bajo), quien a su vez quiere casarse con ella, ambicionando su cuantiosa dote. Almaviva decide llevar una serenata a Rosina, ayudado por su sirviente Fiorello (tenor) y un grupo de músicos; el grupo se acerca sigilosamente, piano, pianissimo, al balcón de Rosina.
El conde canta su famosa cavatina “Ecco Ridente in cielo”,
pero Rosina no se asoma al balcón. Desalentado, el conde procede a retirarse, junto con los músicos (quienes, por cierto, arman un escándalo cuando el conde va y les paga por sus servicios… será porque les pagó muy poco?… porque les pagó mucho y están agradecidos? -“mille grazie mio signore”- Depende del regie!! Jajajajaja). De pronto, se oye una voz “laaaaa lala lalala lalala laaaaaaa….” Y el conde, intrigado, decide quedarse escondido para averiguar quién es.
Hace su aparición Fígaro (barítono), “il factotum della città”, el barbero más popular de Sevilla. En su gran aria “Largo al Factotum”
(factotum… el que todo lo hace…. es peluquero, boticario, veterinario, médico, el que lo hace todo en casa) , Figaro se presenta como un barbero pícaro y solicitado “Figaro qui, Figaro là, Figaro giù, Figaro su” , tanto por los señores, como por las señoritas. Almaviva lo reconoce, ya que estuvo a su servicio hace un tiempo, y va a su encuentro. Figaro lo saluda con gran reverencia, y Almaviva le solicita discreción, ya que no desea ser reconocido como Conde en la ciudad. “zitto zitto, prudenza… qui non son conosciuto ne vuo farmi conoscere …”. Entonces el Conde le revela a Figaro su amor por Rosina, y su intención de cortejarla (“e qui la notte e il giorno paso girando, a quel balcone in torno”). Figaro le cuenta que conoce a Bártolo, y que frecuenta la casa como barbero.
Rosina se asoma por el balcón,
y el Conde le habla “oh mia vita, mio nume, mio tesoro, ti veggo alfine!” Rosina le arroja una carta, y engaña a su tutor diciéndole que es la letra de un aria (el aria de “L’inutile Precauzione”) que dejó caer sin querer.
En la carta, Rosina le pide revelar sus intenciones de alguna manera ingeniosa, ahora que su tutor está por salir. Bártolo sale de casa, y se enteran de que quiere desposar a la joven, y cuenta con la ayuda de Don Basilio (bajo), el maestro de música de Rosina. Almaviva pide ayuda a Figaro, y éste le sugiere revelar sus intenciones en una canción “una canzonetta, cosí, alla buona”. El Conde duda, pero al final accede,
no quiere revelarle a su amada que es un Conde rico, quiere que ella lo ame por él y no por sus títulos. Canta (muchas veces acompañado a la guitarra por Figaro, otras veces aparece un guitarrista anónimo, y muchos condes arrebatados, agarran la guitarra, y ellos mismos tocan) la serenata “Se il mio nome saper voi bramate”, una canción dulce y melancólica, en la que se presenta -“io son Lindoro, che fido t`adoro”- como un joven pobre, pero de gran corazón, se revela enamorado y promete fidelidad. Rosina intenta responderle, pero no logra terminar la frase y se retira del balcón (parece que entró alguien… tal vez Berta, la sirvienta… mhmmmm), a veces hasta pega un grito :O .
Almaviva, le pide ayuda a Figaro para entrar en la casa lo antes posible. Fígaro duda…… (mmmmmmm) el Conde ofrece recompensa “di tue fatiche, largo compenso avrai!” contante y sonante, y Fígaro accede muy contento. Ambos cantan el dueto “all´idea di quel metallo”, Fígaro pensando en el oro, Almaviva pensando en su amada.
Figaro sugiere que el Conde entre disfrazado de soldado, con una nota de hospedaje, obligando a quedarse en la casa de Bártolo. Además, debe fingir estar borracho, para poder sortear mejor las trampas del tutor. Quedan de preparar todo, Fígaro le indica como llegar a su barbería, y se despiden. El barbero entra en casa de Bártolo.
Fiorello tiene, en este momento, un pequeño recitativo solo, que sirve de pasaje entre el dueto anterior, y el aria de Rosina, en el que se queja de la vida que llevan los sirvientes.
La casa de Bártolo
Ahora…. Tarán taran… “una voce poco fa”, la conocida aria de Rosina. En esta aria, Rosina se presenta como una joven astuta y voluntariosa, dispuesta a todo, con tal de lograr sus propósitos.
. “Si Lindoro mio sarà, lo giurai, la vinceró..” Ella se dice dócil, respetuosa, obediente y sumisa.... peeeeeeeeero... si es necesario, sacará las garras “ma se mi toccano dove il mio debole, saro una vipera, saró…”. Luego llega Figaro, conversa un poco con Rosina, pero ante la llegada del tutor, se esconde ayudado por la joven. Bartolo interroga a Rosina sobre el barbero, luego hace lo mismo con los sirvientes (Berta y Ambroggio) pero es inútil.. una estornuda sin cesar, y el otro muere de sueño :p ,jajajajaja.
Llega don Basilio, a conversar con Bártolo. Le advierte de la presencia del Conde de Almaviva, que está enamorado de Rosina. Es el rival a vencer. Basilio le explica entonces, al doctor, su método infalible: la calumnia. Inventarían algún rumor sobre el Conde, de modo que Rosina se decepcione de él, y despechada, acceda a casarse con el tutor. Aquí Basilio canta el aria “la calunnia é un venticello”, una pieza importante para un personaje relativamente secundario, en la que Rossini propone asimismo un típico “crescendo” rossiniano… desde el canto “sottovoce”, al forte y fortísimo hacia el clímax del aria “si propaga, si raddoppia, e produce un'esplosione...come un colpo di cannoooooone!!!!”.
El poder de la calumnia entusiasma tanto a Basilio, que lo hace cantar con euforia, fortísimo, dejando su modo de hablar habitual, “con sordina”. Sin embargo, una calumnia es un proceso demasiado lento, y Bártolo prefiere hacer las cosas a su modo. Al final de la escena, Bártolo y Basilio se marchan a redactar el contrato nupcial entre el tutor y la pupila.
Figaro ha oído todo, y se lo cuenta a Rosina; ella al inicio no lo cree, pero luego se decide a oponerse tajantemente. Luego ella pregunta sobre el joven que le dio la serenata, y Figaro le da razón: que es su primo Lindoro, un joven de muy buen corazón, estudiante que busca hacer fortuna. Rosina hace evidentes sus sentimientos, y Figaro le revela los de su “sobrino”. Entonces ambos cantan el dueto “dunque io son, tu no m´inganni”.
Figaro le pide a Rosina que escriba una carta para Lindoro… ella duda, al final la entrega ya escrita (aquí nos damos cuenta de la picardía y decisión de Rosina), la tenía preparada
.
Bártolo llega e interroga a su pupila: ella lo niega todo. El doctor sospecha que algo le esconden, y así lo dice en su aria “a un dottor della mia sorte”,
diciéndole a la joven que él no va a dejarse engañar, ni burlar. Cuando Rosina queda sola, se burla del tutor, segura de su éxito “basta chiuder la chiave e il colpo e' fatto”.
Con ustedes, la escena del soldado borracho
Siguiendo los sabios consejos del barbero, Almaviva llega a la casa de Bártolo vestido de soldado, y fingiendo estar ebrio. Berta le abre la puerta, el conde hace un escándalo, intentando atraer la atención de todos.
Aparece Bártolo, y el “soldado” lo encara con una nota de hospedaje, pretendiendo quedarse a dormir allí. Para esto, confunde el nombre del doctor, muchas veces... balordo, bertoldo, bárbaro... le dice de todo. Bártolo, a esta altura bastante histérico, dice que él está exento de brindar estos servicios al regimiento, y le presenta una nota de excepción, que el conde rompe en mil pedazos al grito de “eh! andate al diavolo”.
En plena confusión, llega Rosina, y el conde le da a escondidas una nota, que ella esconde rápidamente, aunque Bártolo llega a sospechar. El doctor se desespera, discute con el “soldado”, forcejean, fingen una batalla, se pelean, y llega el barbero a intentar calmar las cosas. Sus intentos son vanos, y continúa el caos. Con el alboroto, que se oye hasta la calle, llega el verdadero regimiento de soldados. “la forza, la forza, aprite qua!!”
!!” Bartolo acusa al conde y los soldados se aprestan a arrestarlo. El conde le confiesa al oficial su grado de nobleza, y éste lo saluda con respeto. Entonces, ordena la retirada del regimiento, sin arrestar al conde. Bártolo no lo puede creer. Confusión general “mi par d´esser colla testa in un´orrida fucina”
(reflexionemos aquí sobre el crescendo rossiniano.. ahh, no es maravilloso?) con las implicancias musicales y vocales que esto tiene, cuando se trata de Rossini.
Fin del primer acto