Recitativo e Cavatina (Pollione): Unos 8 minutos de duración
El esquema tonal de la escena es:
Recitativo “Svanir le voci” en Do menor
Cavatina o Cantabile “Meco all’altar di Venere” en Do mayor (originalmente Bellini lo compuso en Si bemol mayor, pero se estrenó en esta tonalidad para acomodarlo mejor a las características de Donzelli)
Tempo di mezzo en Mi bemol mayor
Cabaletta “Me protegge, me difende” en Mi bemol mayor
El
Tempo di mezzo constituye la transición entre un aria que termina y la
cabaletta que la sigue.
Muchos tenores cantan Pollione poniendo el enfásis en tonos heroicos, como si se tratara de una especie de gran guerrero, un conquistador. En mi opinión, de forma equivocada. Tomemos como ejemplo esta misma escena: Pollione está escondido, espiando temeroso la reunión de los galos. Está enamorado de Adalgisa, pero asustado de la reacción de Norma, obsesionado por un sentimiento de culpa… Y su
cabaletta más que un desafio es una vana sucesión de amenazas, que él mismo se sabe incapaz de concluir. Roma ya ha enviado un “piu feroce condottiero”….
Es un hombre débil, probablemente obsesionado por el paso del tiempo y deseando revivir con Adalgisa los momentos más excitantes de su vida, la seducción de Norma. Se deja capturar por los sicumbri, insiste con terquedad bovina en su deseo de fugarse con Adalgisa, para al final encontrar un sentido a su vida acompañando por amor a Norma camino de la inmolación.
Tras el recitativo de introducción con 21 líneas de verso libre, 3 estrofas de
settenari constituyen el
cantabile, seguido por ocho líneas de diálogo también en
settenari y culminan con la
cabaletta, compuesta en
ottonari.
Un corto y nervioso preludio en Do menor presenta a los personajes, Flavio y Pollione. El recitativo empieza sin acompañamiento (un par de toques entre frases) hasta “m’agghiaccia”, y sigue extremadamente modesto hasta que Pollione habla de Adalgisa con trémolos en las cuerdas.
El
cantabile, introducido for unas notas del clarinete, es un aria narrativa que se acomoda a las tres estrofas del libreto. La primera estrofa va descubriendo una melodía casi hipnótica, correspondiente al sueño feliz que narra Pollione, en las maderas, con las cuerdas y los cornos proporcionando el ritmo. El cantante debe llegar a un exigente do4 en la repetición de “rapiti i sensi”, frecuentemente omitido.
En la segunda estrofa, el sueño se convierte en pesadilla. Cambiamos la tonalidad a Do menor, un tema frío surge en las cuerdas graves y el canto pierde su estilo lírico para convertirse casi en declamación. Un momento de especial tensión resuena en “folgore”. Los vientos apoyan el tenebroso ritmo.
La tercera estrofa nos recuerda inmediatamente a la primera “Piú l’adorata vergine”, pero con el “gemito” y el “pianto” volvemos al Do menor y retorna la estructura de la segunda. Las tríadas en los trombones dan sensación de desastre, de oscuridad.
Toques de gong interrupen el
cantabile y Bellini inicia otra de sus marchas galas que constituye el
tempo di mezzo y que pronto escucharemos de nuevo en la ceremonia del muérdago. Pollione, envalentonado, inicia su
cabaletta, configurada sobre la marcha gala, en un ritmo más rápido sostenido en las violas y los cellos. El cantante tiene exigentes ascenciones al agudo, culminado en un si bemol.
Escuchamos esta escena en la voz de
Mario Filippeschi, tenor discutido por algunos foreros pero que si cantara hoy y hubiera nacido en Perú, echaría abajo teatros en todo el mundo y sería nombrado cantante básico de “Una noche en la ópera”.