Maria Callas, Giuletta Simionato, Kurt Baum, Nicola Moscona, Guido Picco, Mexico 1950 (en directo) MYTO
A pesar de una calidad de sonido infame, la gran importancia de esta grabación consiste en ser el primer testimonio de la extraordinaria Norma de la Callas. A lo largo de una década nos esperan actuaciones maravillosas, tal vez de mayor profundidad dramática, más matizadas, sin duda mejor registradas... Pero la actuación vocal es insuperable. Combina la belleza de una emisión redonda, totalmente ‘sul fiato’, con una coloratura espectacular, de agudos majestuosos. Una de las mejores interpretaciones jamás grabadas a cantante alguno.
Su amiga, la gran
mezzo italiana Giulietta Simionato, nos ofrece una espléndida Adalgisa. Capaz de mantener los dúos con Callas en constante armonía. También ella irá profundizando el rol con el paso de los años.
Como nada es perfecto tenemos a Baum (al menos, solvente en el extremo alto), Moscona y Picco.
Calificación: 8
Maria Callas, Ebe Stignani, Mirto Picchi, Giacomo Vaghi, Vittorio Gui, Londres 1952 (en directo desde el Covent Garden) EMI
¿La mejor Casta Diva de la cantante griega? Tal vez, desde luego continúa en un estado vocal de absoluta gracia. La dualidad de Norma, como sacerdotisa y como mujer, está aquí perfectamente retratada. En el canto apolíneo a la diosa, pleno de poesía, se intuye a la joven enamorada. En el final de “Mira, o Norma”, además de la tierna madre presentimos el aliento helado de la druidesa. El sobreagudo al final del primer acto es ya historia. A esta lección de
bel canto asiste en primera fila Joan Sutherland en el humilde papel de Clotilde.
Stignani no conserva intacta la facilidad canora de su grabación con Cigna, desgraciadamente para todos, pero sigue siendo una gran Adalgisa. El el dúo del primer acto “Oh, Rimenbranza”, en particular, su voz se funde con la de Callas en momentos de estática belleza... Pero su timbre no puede ya simular el de una ‘giovinetta’.
¿Qué decir de Picchi y Vaghi? Mejor no decimos nada.
La lectura de Gui es mucho más ágil que la proporcionada para Cigna, mucho más apropiada. La obertura se puede calificar incluso de brillante, y desde ese momento nunca deja que decaiga la tensión.
Calificación: 8,5
Maria Callas, Ebe Stignani, Mario Filippeschi, Nicola Rossi Lemeni, Tullio Serafin, Milan 1954 EMI
Recientemente salida de su dieta que le hizo perder más de veinte kilogramos, Callas aborda de nuevo el papel. Sin duda, su interpretación sigue siendo magistral, y tal vez aún más refinada dramáticamente, ...pero la voz ha perdido un punto de frescura, de arrojo. El recitativo “Sediziosi voci” es maravilloso, único... pero la coloratura ha perdido algo de pirotecnia. El “tenere figli” tiene una intensidad casi insoportable....pero los dúos con Adalgisa han perdido algo de esa belleza celestial.
El estado vocal de Stignani no iba evidentemente a mejor, pero tampoco había sufrido significativamente en dos años. Y su compenetración con la Callas es excelente, en ese aspecto se observa un claro progreso.
Filippeschi es un tenor de fácil agudo y patrón verista. No era de esperar grandes alardes a esa altura de su carrera, pero sorprende a todo el mundo con uno de los mejores Polliones jamás cantados. El sobreagudo en “rapiti i sensi” restalla con la fuerza de un latigazo. El color de su voz le ayuda a la hora de evitar los excesos de virilidad a que son proclives otros tenores, y resuelve con cierta solvencia su dúo con Adalgisa. Excelente actuación.
Rossi Lemeni es un digno Oroveso. Lejos de Pinza o Pasero, pero digno.
Tullio Serafin, de legendaria carrera en los años 50, dirige una
Norma a su estilo. Se le acusa de ser la antítesis del bel canto en el foso, y algo de verdad hay en ello. Pero, ¿qué importa? Es la lectura de un gran director, de un profundo conocedor de la obra belliniana que resucitó con Ponselle (su Norma favorita, por encima de Callas) una obra poco interpretada desde los tiempos de Lehmann.
Calificación: 9,5
Maria Callas, Giulietta Simionato, Mario del Monaco, Nicola Zaccaria, Antonino Votto, Milan 1955 (en directo) GALA
El mejor equilibrio entre las facultades vocales y la intención dramática de la gran Maria. Es a la vez sacerdotisa, mujer enamorada, madre y amiga, y en todas sus facetas igualmente convincente. Vocalmente espléndida, con la excepción de los primeros compases del Casta Diva. En cambio el "Ah si, fa core, abbracciami" o su autodelación en el último acto, no son de este mundo.
Simionato, como siempre, canta fenomenalmente. Y, también como siempre, da la impresión de ser una matrona gala, en vez de una druidesa en prácticas.
Del Monaco, probablemente sufriendo de un exceso de testosterona, hace un canto sin matices, fuera de estilo, al borde del grito en muchos momentos. La única parte convincente es “Me protegge, mi defende”, en cambio cuando literalmente aulla "Ah, troppo tardi t'ho conosciuta", la falta de adecuación roza lo estrambótico.
Zaccaria cumple sin más. La dirección de Votto es sólida, acompaña con suficiencia a los cantantes, si bien no derrocha imaginación.
Calificación: 9
Maria Callas, Ebe Stignani, Mario Del Monaco, Giuseppe Modesti Tulio Serafin, Roma 1955 OPERA D’ORO
Se trata de un concierto en Roma, la interpretación de Callas es muy parecida, aunque en un plano ligeramente inferior, a la de Milán ese mismo año. Destacar el “Tenere figli” que es de una sutileza asombrosa. Stignani vuelve a cantar una más que correcta Adalgisa (si Callas hubiera podido coincidir con la Stignani del 44... ), Del Monaco está un pelín más contenido que en la otra grabación, lo cual es de agradecer. El Oroveso de Modesti, pura rutina.
En el haber del maestro Serafin, sin duda llevar las riendas de Mario del Monaco, hasta donde era posible llevarlas, acelerando un poco los tempi respecto a su grabación del 54.
Calificación: 9
Maria Callas, Christa Ludwig, Franco Corelli, Nicola Zaccaria Tullio Serafin, Milan 1960, EMI
El estado vocal de la Callas había sufrido un tremendo deterioro y era un pálido reflejo de las glorias de cinco o diez años antes. Dramaticamente, sigue siendo magistral. El personaje está totalmente interiorizado, la entonación de los recitativos es de ensueño, la intención de cada pliegue de voz ilumina un aspecto de la sacerdotisa... Pero nada puede hacer que nos olvidemos de ese sonido duro, chirriante. Los graves se mantienen con cierta solvencia, pero la zona media es inestable y los agudos son auténticos chillidos. Todavía consigue hacernos temblar cuando renuncia a matar a sus hijos, “son miei figli,.. miei figli...” pero en conjunto es una actuación deficiente.
La sobrevalorada (para mí, claro está) Ludwig canta una Adalgisa totalmente fuera de estilo, idiomaticamente al borde del ridículo, aunque consigue algunos momentos interesantes, a fuerza de la pura belleza del timbre. Dramáticamente, nula.
Corelli, teniendo una voz que se prestaba a interpretar un Pollione con matices, un hombre enamorado, decide desgraciadamente seguir los pasos de Mario del Monaco. Al final, ni llega a la talla heroica de Del Monaco ni nos convence en las partes más sutiles. Zaccaria, ni crea ni se destruye, pero curiosamente tampoco se transforma.
Serafin, como la voz de Callas, acusa el paso del tiempo y en esta grabación no consigue transmitir “su” idea de
Norma, tal vez más preocupado de apoyar a su cantante principal en momentos tan obviamente delicados que en las dinámicas de la orquesta. El sonido es excelente, sin embargo.
Calificación: 5,5
Maria Callas hizo otra grabación de
Norma en 1965, que prefiero pasar por alto. Me resulta doloroso siquiera reseñarla.