El pasado 28 tuve la suerte de asistir a la première de Luisa Miller en la Bayerische Staatsoper y la verdad es que si bien no fue redonda salí más que satisfecho.
Creo que es de recibo hablar de la puesta en escena de Guth que si bien en algunos momentos costaba hallarle el porqué a ciertas situaciones más pronto que tarde uno acababa reparando en ello. El montaje está basado en una plataforma giratoria en la que los escenarios a veces cohexisten para darle continuidad a la obra. Esto último se consigue casi siempre y no es tarea fácil por cuanto Luisa Miller no es un "drama total" sino una superposición de escenas, bien ligadas musicalmente pero no así en lo que a contiuidad de la historia siendo éste uno de los grandes aciertos del montaje. Otro gran acierto fue en la profundización psicológica de los personajes con muchos más aciertos que errores y que se consigue a base de ficticios espejos en los que lo personajes a veces se ven reflejados, en otras a quien ven es a su "alter ego" y en no pocas ocasiones la realidad que les acaba desbordando. No creo que haga las delicias de los puristas pero a mí me gustó y aquí cabe destacar el gran trabajo teatral y la perfecta caracterización de los dobles que participaron en el montaje. Mirad si llegaba a primera vista que en la escena inicial se nos aparece lo que será el cuadro final, con la muerte de los protagonistas, y la persona (bueno la otra porque una era mi mujer) que me acompañaba y que no tenía ni idea de que iba la obra entendió rápidamente de que se trataba y más o menos pudo seguirla (perdiéndose detalles ciertamente importantes, cosa lógica por otra parte y que yo le aclaré en el entreacto y al final). Sin duda lo que más me gustó fue la camaleónica caracterización de Wurm, un hombre del pueblo pero al servicio del noble/ursupador a quien dibujan como un ser sin personalidad propia , camaleónico saliendo caracterizado de Miller, como el conde Walter o como Rodolfo según la situación dramática, en uno de los dibujos psicológicos de personajes operísticos más interesantes que yo recuerdo. Quizás en lo único que falló la puesta fue en el trabajo escénico del coro cuya inmovilidad contrastaba con el dinamismo de los protagonistas. Luisa queda dibujada, con vestuario sencillo, blanco, como un ser seguro de sí mismo, que sabe amar y sabe sufrir mientras que Rodolfo aparece como un ser más inestable, hasta cierto punto consentido pero enamorado. Este perfil de los protagonistas del romance se refuerza notablemente cuando se desarrollan las situaciones domésticas, o sea, en las relaciones Luisa/Miller, donde éste aparece como un padre afable, a quien únicamente preocupa el bienestar de su hija mientras que el Conde Walter antepone su ambición a un nada disimulado amor por su hijo. Esta última situación sin duda es mucho más complicada pero se consiguió plenamente.
En la foto superior se puede ver un poco el juego de planos escénicos en los que aparecen junto a los cantantes, lugar central, los dobles que iban marcando el desarrollo teatral de forma que éste fuera continuado.
En la foto inferior, los protas una vez ingerido el mortal veneno (eso sí, cada uno con su vaso sin siquiera un inocente intercambio de fluídos).
En fin como uno es torpe, escanear y colgar estas fotos me ha costado Dios y ayuda, por eso en lugar de colgar más fotos si a alguien le interesa creo que en la web del teatro habrá más.
Saludos