Lulú es una ópera dodecafónica.
Con matices, como veremos en otro topic, pero dodecafónica.
Para entrar en detalles sobre la estructura musical de la ópera, son precisas unas pequeñas nociones de dodecafonismo. Creo que para algunos foreros puede ser útil una breve guía. Que nadie se asuste,. es muy facilita: en primer lugar, la base del sistema es sencilla y, en segundo lugar, yo tampoco soy capaz de meterme en grandes complejidades sobre el particular.
No renuncio, sin embargo, a un esfuerzo previo por desterrar determinados prejuicios que un sector de aficionados alberga todavía sobre la música basada en éste u otros sistemas post-Schönberg.
El sistema tonal usado en Occidente desde el siglo XVI no es más que una de las infinitas maneras posibles de componer música. Si pudiéramos tener en nuestras manos toda la música compuesta en la historia de la Humanidad, la gran mayoría estaría
fuera de este sistema. El canto gregoriano, la ópera china, el gamelán indonesio, las canciones de cuna de los Navajos, los ragas hindúes,... y
Lulú, no usan ese marco de referencia.
Contra lo que piensan ciertos aficionados ( e incluso algunos profesionales
), no hay ninguna necesidad matemática o física que imponga determinados acordes o relaciones entre ellos. Ninguna. Es una convención.
Las frecuentes violaciones de esa convención por músicos como Wagner, Debussy, Mahler,... a lo largo del siglo XIX y primeros años del XX, fue llevando a experimentar cada vez más con nuevas técnicas de composición. Schönberg fue el primero en renunciar totalmente al sistema tonal, inaugurando el “atonalismo”, rompiendo las atracciones entre notas y las relaciones armónicas. Con el tiempo, el propio Schönberg entendió que no era suficiente destruir el antiguo sistema; era preciso inventar uno nuevo que permitiera al músico la libertad de crear dentro de un orden establecido, liberando las poderosas energías que acompañan a la exploración de las posibilidades de expresión que ofrece un sistema de escritura musical.
Rudimentos de dodecafonismo
Contemplen las teclas del piano. Se comprueba inmediatamente que hay una unidad que se repite, formada por 5 teclas negras y 7 teclas blancas. Cada unidad es una octava y reúne las notas más usadas en el sistema armónico occidental. Estas doce notas reciben el nombre de escala cromática, y son:
do - do# - re - re# - mi - fa - fa# - sol - sol# - la - la# - si
0 - 1 - 2 - 3 - 4 - 5 - 6 - 7 - 8 - 9 - 10 - 11
la distancia entre dos notas es un semitono.
La premisa básica del sistema dodecafónico es que las doce notas de la escala cromática deben ser tocadas ( en cualquier octava ) antes que cualquiera de ellas se pueda tocar de nuevo.
Cuando se decide el orden en que las doce notas deben ser tocadas, se tiene una serie, que se suele representar por su secuencia numérica. Así, la siguiente serie:
re - mi - fa - fa# - do - do# - si - la - re# - la# - sol - sol#
es también: 2 - 4 - 5 - 6 - 0 - 1 - 11 - 9 - 3 - 10 - 7 - 8
y sería en nuestro caso una serie madre, llamada P ( de
prime ) y 2 por empezar en re: P(2), que será la base para componer la pieza en cuestión.
Existen tres procedimientos estándar de trabajar con una serie, a saber:
Transposición: Cada nota de la serie madre, se mueve un número fijo de semitonos hacia arriba o hacia abajo. Si bajamos P(2) dos semitonos se obtiene: 0 - 2 - 3 - 4 - 10 - 11 - 9 - 7 - 1 - 8 - 5 - 6 y se ha convertido en P(0)
Retrogradación: Cada nota de la serie madre invierte el orden original. Se llama entonces R, y en nuestro ejemplo sería:
R(2) ==> 8 - 7 - 10 - 3 - 9 - 11 - 1 - 0 - 6 - 5 - 4 - 2
Inversión: Cada nota se cambia por su simétrica en la escala cromática tomando como centro la primera nota de la serie original. Se llama entonces I y en nuestro ejemplo sería:
I(2) ==> 2 - 0 - 11 - 10 - 4 - 3 - 5 - 7 - 1 - 6 - 9 - 8
Se pueden combinar estas tres transformaciones básicas para crear otras series: por ejemplo retrogradación de una inversión, transposición de una retrogradación,....
Naturalmente el compositor puede elegir presentar la serie en la melodía o en la armonía. Nuestra ya manida serie madre P(2) puede ser tocada en sucesión o, por ejemplo, empezar en re, usar un acorde con mi, fa, fa# y do, seguir la melodía con si, otro acorde con la, re#, la# y sol....
Todo esto en la octava que le acomode, con la elección tímbrica que le parezca oportuna, el ritmo que desee,...
Se trata de un sistema mucho menos predecible que el tradicional y en el marco del cual se pueden componer maravillas como
Lulú y el concierto “A la memoria de un ángel”. Escuchen alguna vez música dodecafónica. No duele y, quien sabe, tal vez descubran algunas composiciones que les enganchen para siempre.