¡Caramba, siempre llego tarde a estos hilos tan interesantes, por no estar al tanto de todas las secciones del foro!... Y además, éste es uno de mis temas favoritos: el canto baritonal de principios de siglo tomado como reflejo de lo que debió ser el canto decimonónico.
Quisiera destacar algunas cosillas, por ejemplo la voz de Cotogni con 77 años, todavía robusta y bien asentada, y que para nada parece la voz de un abuelete entrañable que es lo que parecen muchos ahora con 35 ó 40.
El prodigioso canto de Kaschmann, que, si bien en el “Don Carlo” decepciona un poco porque da la impresión que el sonido se bambolea un poco por falta de fuerza física en el apoyo, aunque bien puede ser por la calidad de la grabación, en cambio en el aria de “Ernani” da una lección magistral de canto majestuoso y de acento verdiano. Dos detalles: cómo dice la frase “l’incanto ora disparve”, y cómo va incrementando la intensidad y el volumen en el final hasta enlazar con la gradiosa frase “e vincitor de’ secoli”, con forza pero ligando el sonido, como pide Verdi. Y un detalle curioso, el cambio de la vocal “o” por la “e” en el Fa agudo de “il nome mio”.
Antonio Magini-Coletti es un grande, pero muy grande, aunque no se uno de los nombres más conocidos. Voz imponente y cantante muy versátil. Yo siempre recuerdo de él una versión del “Terceto” de “Crispino e la Comare”, que es un monumento de canto bufo bien entendido.
Buenísima la versión de “Il Balen” de Pacini, demostrando que es un hombre enamorado y no un villano de feria, como acostumbran a presentarlo "los sospechosos habituales". Y espectacular la proyección del sonido, sobre todo en los agudos. E impresionante Bellantoni (verdaderamente mayestática su versión del aria de “Favorita”), cantante al que conocía de un viejo CD, pero al que tenía bastante olvidado, y al que sólo le pongo algún “pero” en su falta de resuello al final de alguna frase en agudo.
Y quisiera romper una lanza por Sammarco, cantante del que recuerdo versiones estupendas, por ejemplo un “Resta immobile” del “Guglielmo Tell” de auténtico nivelazo. En cualquier caso, lo que siempre me viene a la mente cuando escucho estas grabaciones, es el despliegue de fantasía de aquellos cantantes para recrear y recrearse, para aportar siempre algo nuevo, diferente y de propia cosecha a melodías mil veces escuchadas e interpretadas. Y también la extraordinaria capacidad para el matiz y para las dinámicas; escuchando a esta gente se aprende que, en la música y en el canto, entre el piano y el forte hay una gradación muy sutil, pero muy amplia.
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