AIDA
El papel de Aída fue muy importante en la primera etapa de la carrera internacional de Callas. Lo cantó muchas veces entre 1948 y 1953 y de hecho, como veremos, sería el rol con el que debutaría en La Scala.
Podemos hacer un balance general de la interpretación que Callas hizo de Aída, pues en términos globales no encuentro mayores diferencias en cuanto a la la forma de abordar el rol, salvo en lo que respecta a la grabación de estudio de 1955, que por supuesto, la encuentra con una vocalidad menos rotunda que en los registros en vivo, aunque el personaje ha adquirido un mayor refinamiento en la toma comercial.
En mi opinión, Callas ha sido una de las grandes Aídas, pero no es, de lejos, la que más me gusta. En este sentido, los momentos dramáticos están muy bien resueltos, pero cuando el personaje pide esa vocalidad ensoñadora que una Leontyne Price ofrecía a la perfección, Callas no resulta para nada ideal. John Ardoin, fanático callasiano como pocos, lo resume en estos términos: su Ritorna vincitor era mejor que el O patria mia. No es que éste último fuera malo (a pesar de que la voz de Callas no flota en el aria, ya quisieran muchas poder cantar el do agudo con la relativa seguridad con lo que lo hace Callas en sus prestaciones en vivo), pero insisto en que si buscamos esa cualidad lírica y dulce que debe tener una Aída, hay que mirar hacia otro lado porque Callas, a pesar de sus esfuerzos, no la tiene.
No obstante, la prestación de Callas en el rol tiene, en mi opinión, un punto en el que no ha sido superada: el dúo con Amonasro en el Acto III, del cual oíremos aquí tres versiones distintas, y que a Callas le quedaba memorable. La frase “della mia patria, della mia patria degna saró” nunca ha sonado tan trágica como en la famosa versión de México de 1951.
El debut de Callas como Aída se produce en septiembre de 1948, en el Teatro Lírico de Turín, bajo la batuta del maestro Serafín, con Roberto Turrini (Radamés), Elena Nicolai/Irma Colasanti (Amneris) y Raffaele de Falchi (Amonasro). Un mes más tarde repetiría el rol en Rovigo, con Turrini, Miriam Pirazzini y Enzo Viaro.
Su siguiente Aída tendría lugar en el Teatro Colón de Buenos Aires, en julio de 1949, donde –como ya dijimos al hablar de Turandot- Callas compartiría el rol protagonista con Delia Rigal, bajo la dirección de Serafín, con la Amneris de Fedora Barbieri y dos cantantes argentinos, Antonio Vela (Radamés) y Victor Damiani (Amonasro).
En 1950 cantaría Aída en Brescia (Pini, del Monaco, Protti, dirección de Erede) y posteriormente, el 12 de abril de 1950, haría el debut en el que sería su hogar artístico, el Teatro alla Scala, en Milán.
Callas debuta como sustituta de Renata Tebaldi, quien para entonces era reina suprema del teatro milanés, y quien a su vez sería desbancada pocos años más tarde por la soprano griega. Cantó dos funciones de Aída en Milán, acompañada de Mario del Monaco, Federo Barbieri y Raffaele de Falchi alternándose como Amonasro, bajo la dirección de Franco Capuana. Según Meneghini, desde el principio (por razones que no quedan del todo explicadas), existió una mala relación entre Antonio Ghiringhelli (el superintendente de La Scala) y la Callas.
Unos días más tarde Callas cantaría el papel de Aída en otro teatro muy importante, el San Carlo de Nápoles, bajo la dirección de Serafin, con Mirto Picchi, Ebe Stignani y Ugo Savarese.
Luego, en mayo de ese mismo año (1950), Callas cantaría Aída en Ciudad de México, con Giulietta Simionato (quien interpretaba su primera Amneris y se hizo muy amiga de Callas), Kurt Baum (y Mario Fillpeschi en una de las funciones), más el barítono norteamericano Robert Weede.
Durante los ensayos, aparentemente le habían sugerido a Callas que interpolara un mi bemol sobreagudo al final de la escena triunfal, para emular la hazaña de una soprano mexicana del siglo XIX, Angela Peralta. Callas se había negado, pero tal parece que Kurt Baum (un tenor con el que Callas se llevaba fatal) había sido grosero y desconsiderado en los ensayos y en la función, de modo que Callas, previa consulta con sus demás colegas, decidió interpolar la nota para picar a Baum, lo cual logró al llevar al público al delirio.
Esa velada está grabada en su integridad, pero yo no la tengo (aunque sí la he oído) y no conseguí nada en youtube. Si alguien quiere subir algo de esto, es bienvenido.
De la otra Aída que Callas cantaría en 1950, en la Opera de Roma, con Mirto Picchi, Ebe Stignani y Raffaele de Falchi, bajo la dirección de Vincenzo Bellezza, sobrevive casi todo el Acto III. Por ser ésta una grabación que creo no es tan conocida, les pongo aquí lo que quedó de una de las funciones, con la advertencia de que el sonido no es muy bueno.
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En 1951, Callas cantaría el papel de la esclava etíope en el Teatro Comunale de Reggio Calabria, con José Soler, Miriam Pirazzini y Antonio Manca-Serra, y en julio lo haría en Ciudad de México.
De una de las funciones de Ciudad de México queda para la posteridad uno de los registros de Aída más famosos. Callas repite el mi bemol sobreagudo y del Monaco se enfurece, alargando los agudos en el “Si fuggiam da queste mura” del Acto III. El resultado es una función eléctrica, donde a veces se cargan las tintas (en ello incurren especialmente los por demás magníficos Giuseppe Taddei y Oralia Domínguez), quedando para el recuerdo una función en la que, más que los protagonistas pedidos por Verdi, afloran verdaderos titanes.
Esta función es conocidísima, así que sólo destacaremos la anécdota del mi bemol y una buena parte del antológico Acto III: los dúos con Taddei y del Monaco.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=It_CaCrepNI[/youtube]
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Las dos últimas incursiones de Callas como Aída en escena serían en el Covent Garden de Londres, en junio de 1953 (con Baum, Simionato y el barítono Jess Walters) y en la Arena de Verona, en una producción de G.W. Pabst, en las que Callas alternó con del Monaco/Filippeschi y Primo Zambruno, Nicolai/Pirazzini, Protti/Malaspina, y la dirección de Serafin y Ghione.
De las funciones de Londres, dirigidas por Barbirolli, sobrevive un registro completo, del cual destacamos aquí un excelente Ritorna vincitor.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=hHibbClzBAY[/youtube]
El encuentro final de Callas con el papel completo sería en estudio, cuando grabó la ópera en agosto de 1955, bajo la dirección de Serafin, con Richard Tucker, Fedora Barbieri, Tito Gobbi y Giuseppe Modesti.
Digan lo que digan, para mí el dúo con Gobbi es magistral. El está mucho más contenido de lo que cabría esperar y demuestra sus cualidades actorales sin caer en las exageraciones (por demás estimulantes) de Taddei en México.
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Como curiosidad final, en 1964 Callas estaba grabando en la Salle Wagram en París, y Regine Crespin acababa de registrar Ritorna vincitor. Callas escuchó la grabación y le pareció terrible, y en un arrebato de espontaneidad pidió grabar una toma del aria, sin cortes. El resultado es una de las grabaciones que más me gustan de este desafortunado período. La voz tiene problemas, es cierto, pero el arrojo pasional con el que se lanza sobre la escena es brutal.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=piCHJ7nlBQM[/youtube]