Bueno, aquí mi testimonio en vivo :
Es corto, pero uno de los motivos por los que vi " Desde la casa de los muertos" era por ver a este genial barítono, ya que no pude verle en Don Pasquale porque estaba en Italia en ese momento.
Pero en las funciones de 2005, se presentó un milagro operísico : el experto Marc Albrecht traía la obra con la bella escena de Eduardo Arroyo y Gruber.
Pese a que aparece el primero en el reparto y que se presentó a Van Dam como el verdadero protagonista de la ópera ( saludó al último, antes del director) ,el papel de Goryanchikov es un papel muy, muy corto , ya que esta Ópera no tiene en realidad protagonistas de peso, es una obra coral en la que cada prisionero tiene algo que contar.
Por eso eché mucho en falta a Van Dam. Pero no deja de ser un logro visto, por lo que voy a contar :
Su primera aparición la hizo en traje de chaqueta y sombrero de copa, como si pasara de una fiesta de gala a la misma cárcel, como si de un gran señor se tratara. Sin embargo Van Dam supo resolver con maestría lo poco que le podía ofrecer el rol, digámoslo así, como un secundario de lujo, tanto que si fuera una película estaría nominado, y merecidamente, para un oscar. La aparicíon principal en escena, no pudo ser más adecuada para este cantante.
Teniendo en cuenta lo corto del papel, no exige grandes complicaciones para el barítono que lo interpreta, pudiéndose este descansar con él tras largas funciones de otros papeles ( como Olaf Bär) o tras una larga carrera, como Van Dam.
Llama la atención lo bien que se desenvuelve en un escenario, ( cuando le torturaban
off-stage, cómo se oían esos gritos de dolor, y su excelente caracterización de prisionero, con el mono amarillo, con qué cariño instruía al joven Alleia ( como hijo , o como amante, a saber).
Estaba muy bien metido en su papel, y sus condiciones vocales, ya mermadas, no le impedían caracterizar sobradamente bien el papel.
En fin , una función memorable, con un Van Dam excelente actor.
Además, fui a verle al salir del camerino : cuando le vi salir, iba acompañado, casi sujetado, de una mujer muy joven y otra más mayor(¿esposa e hija?), y me firmó el holandés de Karajan , donde él salía. Añadir además, que es un tío enorme. A su lado soy un enanito ( yo mido 1,73). Se me antojó un hombre algo frío, pero sería que estaba muy cansado.
Sin duda podré decir, décadas más tarde : " Yo vi a José van Dam", y por ello me da gusto decir que lo vi.
PD : Spinoza, si lo crees conveniente, mueve este comentario a otros testimonios en vivo, o dime donde, para tenerlos juntos, sí queda mejor